24 La catedral

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—Isabela, ¿Por qué tan temprano? —interrogaba Víctor sentándose tratando de no caer al piso por el sueño que se cargaba.

—Espero que tengas una ex...explicación—comentó Daniel bostezando—Ya van hacer las doce de la noche y solo estamos nosotros cuatro ¿Dónde está Tom? —concluyó Daniel apuntando a Fernando, Víctor, a Isabela y a él.

—Ese es el asunto—dijo Isabela, que comenzaba a manipular la gran pantalla—Tom junto con Rebeca fueron a la casa donde al parecer se encuentran el libro que tanto ellos y ahora nosotros necesitamos obtener. Por esta razón es que estamos aquí.

—Perdón—interrumpió Fernando levantando su mano—Dices que Tom fue a esa casa con Rebeca.

—Sí, con ella.

—¿Con Rebeca? —Víctor hacía de nuevo la interrogación—Con esa joven que contra apenas sabe cómo mover un palo para defenderse.

—Fue decisión de Tom...

—¡Ah eso! —expresó Daniel—Fue una orden de Tom, porque eso de decisión no la creo, es una orden que él tomó y tenemos que respetar—siguió hablando Daniel—Además veremos si la mujer es viable para morir hoy o dentro de unos años.

Todos soltaron una corta carcajada.

—En eso tienes razón—dijo Fernando—Yo apuesto que hoy saldrá herida, muerta no.

De nuevo otra risa se escuchaba en la sala de operaciones.

—Bueno, si tanta risa les da...

—¿Apoco te enojaste? —interrogó Víctor cruzando sus pies.

—No es eso—corrigió la mujer—Pero siento que este no es el momento...

—Isabela, solo fueron a una casa donde hay un fantasma...

—Por un libro que tanto ellos quieren como nosotros—finalizó Isabela seriamente—El libro que vio el padre, está en esa casa y le pertenece a ese fantasma, a la mujer o como la leyenda la nombra: La condenada.

—¿Me estás diciendo que el libro realmente existe y no es una ilusión del sacerdote?

—Es correcto Víctor, además creo que esto te va a interesar Daniel.

Mientras Isabela le movía a la pantalla por medio de un teclado, Daniel miró a Víctor y a Fernando y dijo.

—No creo que la realidad se apegue a la leyenda, la gente al paso de los años ha cambiado las versiones.

—En eso tienes razón—concordó Fer—Tan solo veamos a la llorona, hasta estuvo en los Ángeles ¿Qué estuvo haciendo allá?

—En tour—dijo Víctor—Como dice Tom: La Llorona: Ay mis hijos Tour.

Y diciendo eso, todos volvieron a reírse incluyendo a Isabela.

—Daniel, dejemos la gira turística de la Llorona y ve esto—Isabela por fin ponía la imagen que le interesaría a su compañero. Y así fue, Daniel al ver la imagen junto con un video de las cámaras que estaban en esa casa, se puso de pie y camino hacia la pantalla—Octavio está en esa casa, junto con dos sujetos que no puedo reconocer.

—Ya está de regreso ese maldito...

—Daniel...

—Si este hombre está ahí es porque quiso atraer a alguien del Senado y me temo que alguien sabía que Tom estaba detrás de esto.

OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora