26~ Padres...

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Narrador Omnisciente:

Pasó la semana de apareamiento de ambos, en la cuál, el peli-azul por más que intentaba mantener el control se le hacia imposible, pero era más porque el albino siempre le provocaba, ya que, aunque ya había pasado por su celo en otras ocasiones, ahora estaba con su chico, por lo que fácilmente se le subía la calentura al verlo.

Ahora ya estaban más calmados, más que nada el albino que apenas si podían caminar. Aunque el peli-azul ahora que pensaba con claridad estaba algo estresado por el antiguo aviso que recibió de Betoffy.

Timba: -... *Suspiró pesadamente, sabía que tendría que encargarse de ese tema tarde o temprano* -Betoffy...

Betoffy: *Llegó rápidamente a la habitación con una libreta hecha de hojas de árbol en sus manos* -¿Si mariscal?¿En qué puedo ayudarle?.

Timba: -¿Puedes hacer que traigan a los humanos que encontraron hace unos días? Por favor, deseo hablar con ellos.

Betoffy: -Claro mariscal, en unos minutos los tendrá aquí presentes, ¿o prefiere que se encuentren en otro sitio?.

Timba: -No, prefiero que nos encontremos aquí, para que sea más seguro, y gracias.

El semi perro se retiró de la oficina, dejando solo al peli-azul, el cuál ahora estaba perdido en sus pensamientos, recordando los pocos momentos que tuvo con sus progenitores.

Todos esos recuerdos sólo eran negativos, incluso recordaba algunos insultos que le habían dicho.

Pasaron algunos minutos y vio cómo entraron 2 personas que no conocía, junto con 2 guardias, no terminaba de reconocerlos, pero el reconocer el olor lo dejó algo nervioso.

La mujer era de cabellos celestes y de ojos negros, mientras que el hombre era castaño y de ojos ámbar, aparentemente habían rasgos que el de cabello azul no recordaba.

Timba: -Déjennos a solas, los llamaré si es necesario, *Le habló a los guardias haciendo que estos se retirasen del sitio, luego devolvió su mirada a los otros 2 presentes* -¿En qué puedo ayudarles?.

Clarisa: -No puedo creerlo... Mi hijo es el mariscal *Dijo con una gran sonrisa y se acercó con la intención de abrazarlo*.

Timba: *Se alejó de la mujer con una mirada seria, algo que sorprendió a ambos mayores* -No te me acerques, ni siquiera sé quién eres.

Javier: -Timba, es tu madre, ¿No la recuerdas?. *Habló el hombre castaño*.

Timba: -Jhm... No, yo no tengo padres, crecí solo. *Dijo con un tono neutro*.

Clarisa: -Pero... Timba yo soy tu madre, yo te di la vida.

Timba: -Y aparentemente me la diste solo para abandonarme en un laboratorio ilegal.

Javier: -Hijo, escúchanos...

Timba: -"Oh, Claro" ahora soy su hijo, cuando era un niño yo era su estorbo, inútil, idiota y su fenómeno error bueno para nada, solo díganme la razón por la que están aquí.

Javier: -Te estábamos buscando... *Dijo e hizo una pausa cómo si pensará en algo* -Nos arrepentimos de haberte abandonado un poco después de haberte dejado en aquel laboratorio, pero cuando volvimos ya no estabas, pasamos buscándote todo este tiempo.

Timba: *No pudo evitar soltar una risa, claramente de sarcasmo, dándoles un escalofrío a ambos presentes* -Ni para mentir son buenos, no soy estúpido.

Clarisa: -No digas esas palabras en mi presencia.

Timba: *Levanto una ceja y con mirada seria se acercó a la mujer, haciendo que la mujer retrocediera algo asustada* -¿Acaso esperabas que te respetará?... ¿Qué te tuviera miedo?...

El lobo del Zoo ~Riumba~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora