29~ Mucho Trabajo (+18)

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Narrador Omnisciente:

Una semana después de haberse comprometido, el albino descubrió lo cansador qué podía llegar a ser un mariscal, a él no le asignaban trabajos o lo llamaban para emergencias que llevarán fuerza incluida, a comparación de a su esposo, pero con lo "poco" que solían darle se sentía agotado.

Ahora entendía porque su chico se notaba cansado y en algunas ocasiones solo llegaba a dormir.

Aunque a pesar de todo, ellos no se distanciaban, por más ocupados que estuvieran, intentaban darse algo de atención y cariño mutuo, por lo menos un abrazo o un beso cuando se encontraban.

Increíblemente, ese día no hubo mucho que hacer, terminaron temprano con aquellas labores y el primero en buscar a su pareja claramente fue el peli-azul.

Timba: -¡Rius! *Gritó alegré y entró a la habitación, allí estaba su marido recostado en la cama, cuando terminó de acercarse notó que el chico estaba dormido, así que decidió taparlo con una sábana y le dio un pequeño beso en la frente*.

Se retiró de allí y decidió salir un rato, quería pasar el rato con su pareja, pero viendo la situación, prefería dejarlo descansar.

Dio un pequeño paseo por el bosque, aprovechando a revisar que todo estuviera en orden por allí, y si, todo estaba tranquilo y sin ningún problema.

Se escabullo y fue a la ciudad, se le ocurrió visitar a sus antiguas amigas, ya que ellas lamentablemente no pudieron asistir a su boda.

(¯'·.¸¸.·´¯'·.¸¸.-Más tarde-.¸¸.·´¯'·.¸¸.·´¯)

El peli-azul volvió a la casa con tranquilidad y con un cajita con galletas que la rubia le había regalado para que compartiera con su polluelo.

Cuando regresó se dio cuenta que el albino no estaba, Betoffy le informó que el chico salió por una llamada y que probablemente regresaría hasta la noche.

El de ojos grises no le dio mucha importancia, ya se estaba acostumbrando a la ausencia del chico, pero ahora no sé preocupaba tanto por sus ausencias, todo gracias a que sabía que el albino lo había elegido de pareja, para eso usaban unos anillos, los cuales consiguieron desde antes de la boda, solían usarlo de recordatorio de que lo suyo era oficial.

Subió las escaleras y aprovecho a comer algunas de las galletas que había en la cajita, solo estaba distraído en sus pensamientos, pero no era estrés o algo más, literalmente solo estaba pensando miles de cosas al azar mientras que también jugueteaba un poco con su anillo.

En una de tantas se le cayó su anillo y este rodó abajo de la cama, se agachó para recogerlo, pero le pareció extraño ver una caja allí.

Sacó su anillo y volvió a ponérselo, luego sacó la caja para saber que tenía dentro, vio todos los artículos eroticos que había en esta, pero no comprendía para que eran, así que procedió a leer lo que estaba escrito en los mismos empaques.

Gracias a leer los paquetes que incluso traían instrucciones, se quedó perplejo, le parecía extraño que en su casa estuvieran todas esas cosas y que él no lo sabía.

Después de mucho pensar llegó a la conclusión de que si esas cosas estaban allí era porque el albino quería usarlas con él, aunque no tenía ni la menor idea de cómo iba a empezar, pero iba a intentarlo con tal de complacer a su pareja.

Pasó el resto de la tarde arreglando mejor el lugar, ya que había que aclarar que tanto la habitación cómo las oficinas estaban bastante desordenadas.

En la noche llegó el albino, resulta que la llamada que había recibido tan sólo era una broma por parte de sus amigos para que llegará rápido para pasar la tarde juntos.

El lobo del Zoo ~Riumba~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora