—Ya voy, ¡ya voy! ¿Quien demonios llamas a estas horas?— Abrió la puerta.—¿ Que demonios haces aquí niñato?— Le preguntó el señor Hockstetter a Henry.—¿Esta ____?— Pregunto cansado y de forma desesperada por el maratón que había pegado ha su casa.
—¿Qué coño te importa? ¡Aléjate de mi hija!.
—¿Quién es?— Pregunto la señora Hockstetter acercándose a la puerta—¡Oh! Henry,
Anda pasa.— Aparto a su malhumorado ex marido dejando paso al joven Bowers.—¿Esta ____?— Repitió jugando nerviosamente con sus manos.
La madre rio.
—Claro, ella está en su habitación— Señalo al pasillo que daba a las escaleras.
—Gracias— Este salió disparado ha tu cuarto.
•••
Abriste algo molesta la puerta de tu cuarto, unos molestos golpes te habían asustado.
—¿Que pasa... ah, eres tu ¿que quieres?— Dijiste desinteresada.
—Hola ____, ¿cómo estás?—Hablo algo nervioso, no sabías a que venía todo esto.
—emm, bien supongo...—Achinaste los ojos esperando a que dijera a que debía su vista. Pero no solo se quedó quieto frente a ti ansioso de algo.—Anda pasa— Te apartaste para que él entrase.
—si, gracias— entro rápidamente y se quedó un momento apreciando lo lindo que era tu cuarto. Siempre que venía recordaba cuando os conocisteis y también cuando se quedó demás en el viviendo.
—¿Qué quieres Henry?— Fuiste directa, no estabas de humor, después de lo que paso con Greta...
—Este... lo que paso el otro día, me tiene bastante preocupado ¿Sabes?— confesó sentándose en tu cama.
—¿Por qué? ¿has hecho algo malo?—Preguntaste juguetona.
—¿Qué? ¡No! No me esperaba que vinieras así y quiero dejarte las cosas claras...¿sabes?—Al menos el pobre lo intentaba, lo cual era de admirar.
—Pues... No entiendo y no creo...—Respiraste un momento, empezando a tomar en serio esta conversación— Que Greta...es raro, ¿por qué me mentiría? Si, según tú, no tenéis nada que ver.
—Joder...no sé, ¿qué te ha dicho? ¿Desconfías de mí? Y...—Se levantó de la cama—¿y le crees a una puta que acabas de conocer?— Henry se estaba poniendo nervioso, era consciente de la reputación que se había ganado en el pueblo. Temía que llegaran a ti, aunque lo hicieron días después de conocerse. Pero no eras chismosa, ni creías en rumores estúpidos.
—Siéntate— se sentó, no estabas para tonterías—Me dijo, que tú les hacías lo mismo que a mí a otras chicas y que ella se acotó contigo— Explicaste con vergüenza, era un poco ridículo acusarle de eso. Él te había demostrado durante años su interés en ti, sin pelos y señales. El único motivo por el que algunos no sabían de su relación, era porque tú no querías. Pero esa maldita duda, esa maldita inseguridad.
—¡Pues no! Ya te dije que eso no es cierto— Se volvió a levantar y caminar hacia a ti— ¿No me crees?— Espero tu respuesta, aunque solo alzaste los hombros dudosa—¿no? No, ¿crees que te estoy mintiendo?
—No es que crea que me estás mintiendo, solo tengo dudas, entiéndeme, ¿y si fuera al revés? ¿Te bastaría con que yo te dijera que no es cierto?— Cuestionaste, sabías que si fuera al contrario... ni te lo quieres imaginar.
Bueno, pues ahora era él quien no sabía que contestar. Válgame Dios, ¿qué se debe hacer en estos casos?
—yo... pues, demuéstrame que no es cierto— Por fin encontró las palabras.— Te pediría eso, si no tuviera pruebas... Porque mi novia eres tú, y a quien voy a creer, si me lo demuestras,—aclaro— es a ti.
— ¿Y tú puedes demostrarlo?— Reíste, él siempre tiene respuestas para todo.
—No lo se, me estás acusando de ser infiel sin pruebas, me golpeaste en la cara, insultaste y estás fría conmigo— Sonrió, para no llorar de lo absurdo que le parecía todo.— Aun así, estoy aquí, parece que ni me das el beneficio de la duda, pero sigo aquí, debería bastarte...— hizo una mueca bajando el volumen de su voz mientras hablaba. Ahora te sentías un poquito mal, pero solo un poquito.
—Oh, ¿así qué debería bastarme?— lo tomaste de los hombros empujado, nuevamente, hacia la cama, para sentarlo ahí. A horcajadas te pusiste en su regazo, parecía más relajado tras eso— Vale, vamos a probarlo.
—¿Probarlo?— preguntó inocente sujetándote de la cintura. Así es, le era imposible no hacerlo.
—sí, y si un amigo tuyo te dijera, que yo me he acostado con él o que, me ha visto besándome con otro chico...(¿?)— Cuestionaste sonriente.
—Se que no es verdad—Te devolvió la sonrisa.
—Ja, ¿como lo sabes? Cómo sabes que cuando no estás tú, más en concreto, cuado quedo con mis amigos... Los perdedores— Sentiste un ligero apretón en su agarre. Bajaste más tu pelvis rozando vuestras intimidades, en verdad ahora te estabas divirtiendo y Henry solo se dejó llevar—Aun más en concreto, con Richie o Bill— y ahí fue cuando Henry dejó de dejarse llevar, frunciendo el ceño y viéndote a los ojos— No lo sé, comparto muchos gustos con Bill y es, de todo el grupo, con quien más estoy a solas...
—Eso... ya lo sabía, lo hemos hablado, no me importa— su voz sonó monótona y el agarre en tú cintura se aflojó, no te diste cuenta de su mirada ahora perdida y solo seguiste.
—Y Richie, es tan gracioso, siempre me hace reír, ademas se a puesto muy apuesto este año, se que le gusto, siempre en aprovecha para poner las manos en mis muslos, así— Colocaste una mano de Henry justo como lo hizo tu amigo aquella vez.— ¿Crees qué aparté su mano? ¿Crees qué cuando me robó un beso, lo apar...
—Deberías— Contenía la furia como podía y apartó las manos de ti para apretar las sábanas. Parpadeaba lentamente y con fuerza pues no quería llorar de la rabia. Su voz era seria, muy rara en el.—Deberías...haberlo hecho— apenas sin tocaste te parto y se levanto, dándote la espalda.
Mierda, le habías hecho daño.
—Henry, lo siento no iba en serio— Intentaste tocar su hombro pero lo apartó bruscamente.
No te dejaba ver su cara, pero escuchaste como sorbía su nariz y limpiarse los ojos con las magas.— No, no, no, claro que lo aparte—
Mentira— Henry, en serio, era broma, era para que te pusieses en mi lugar.—N-No— Ay, ahora estaba llorando, se ahogaba con sus palabras— n-no...no
—¿no? ¿No qué?
—n-no...t...te creo— Respiro y salió de tu cuarto, bajo las escaneada, no aguantaba estar un segundo más ahí.
Y salió de tu casa.
Obviamente lo seguiste suplicando e insistiendo, pero simplemente no te oía.
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HENRY BOWERS X READER: La hermana de Patrick
RandomDespués de unos años vuelves ha Derry junto a tu Hermano mayor y madre. Dispuesta ha seguir con una vida tranquila sin esperar que nada cambien. Pero no contabas que el mismísimo Henry Bowers se interpondría entre tú y tu perfecta rutina. Siendo pos...