Capitulo 27

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—n-no, nos van ha ver, quédate quieto— Empujaste la cara de tu pareja para que dejara tu cuello en paz.

—Es culpa tuya, no puedes restregarte así en mi y salirte de rositas— ¿Perdona? El lo había echo, no tenías nada que ver en eso.

Resulta que Henry había adquirido una moto y, a ti te hacía ilusión probarla. Te dejo conducirla un poco, tras enseñarte como claro. Con la condición de ir montado tras de ti en todo momento.

Y nada más subirte ya estaba intentando follarte en mitad de la carretera. Tuviste que pararla, si no os descalabrarían contra el suelo

—No inventes— Te bajaste de la moto dejándolo confundido.

—Vuelve a subirte joder— le excitaba mucho la ideas de hacerlo sobre su nueva  motocicleta.

—Solo si dejas las manos quietas— Le pediste acomodándote el vestido.

—oh, vamos, ven a follar con tu novio— palmeó el cuero del asiento frente a su entrepierna.

—No se, la última vez no pudiste controlarte— Advertiste.

—esta vez saldré a tiempo, súbete— Resignada subiste a horcajadas en sus piernas.—buena chica— Beso tus labios y metió las manos rápido entre tu ropa.—Tenemos que hacerlo rápido, por aquí pasa gente—comentó excitado.

—¡¿Que?!-

—Shhhhhh...—Levanto tu falda y aparto tus bragas para estimularte— Siempre estás preparada para mi, ¿ves?—Saco sus dedos de tu intimidad para mostraste tus fluidos y llevarse estos a la boca.

—Henry...—Susurraste avergonzada, el ya sabía la vergüenza que te daba que hiciera eso.

Apenas pudiste continuar cuando introdujo toda su longitud en ti.

—Ahh...— Gemiste.

Empezó a moverte con ambas manos clavadas en tu trasero. Haciéndote saltar sobre sus miembro.

—Mierda...____...— Susurró en tu oído. Se sentía tan bien, no podías controlar tus gemidos. La adrenalina al saber que estaban en una calle totalmente transitada a Henry le fascinaba.

—ah, ahh..,a-ah-ahhh— sentiste ya los conocidos cosquilleos en tu vientre bajo. Ibas a correrte, te aferraste fuerte de sus hombros, haciendo más profundas las estocadas.

No pudiste pensar con claridad cuando tuviste un orgasmo y a los segundos sentiste algo caliente dentro de ti.

Maldito idiota.

—¡¡Henry!!— Golpeaste su pecho levantando tus caderas para que saliese de ti, así sintiendo como sus semilla se deslizaba por el interior de tus muslos.

—Perdón— Te agarró fuerte para que no cayeses de su regazo ni de la moto. Ya que sus pies llegaban al suelo y los tuyos no.

—Eres idiota, ¿acaso no piensas?— Bajaste de la moto seguida de el.—¿cómo se supone que limpie esto?— Señalaste tus muslos.

Henry busco con la mirada con que ayudarte pero no encontró nada. Se sentía arrepentido de lo que hizo, no quería hacerte enfadar, la última vez que lo hizo no le hablaste durante una semana.

Así que quitó sus propia camisa de tirantes se agachó a para limpiar tus piernas.

—¿qué haces?— Se te subió la sangre a las mejillas, cada día hacia algo más raro e inconsciente que el anterior. Pero así te gustaba.

HENRY BOWERS X READER: La hermana de PatrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora