Capitulo 10.

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Estabas en pijama, un pantalón corto y una camiseta blanca. Ya eran al alrededor de las nueve, el cielo se encontraba oscuro. Acababan de cenar y ya no tenias nada que hacer. Dormirías temprano para llegar temprano a clase.

Tumbada en la cama, pudiste escuchar unos golpecitos en tu ventana. Los ignoraste, sería algún pajarito o el viento tal vez.
Pero no pararon, y se hicieron más fuertes a los pocos minutos.

Te levantaste y abriste la ventana de mala gana, ya te estaba irritando el ruido que hacía. Miraste arriba, a los lados y finalmente abajo.

Henry no dijo una palabra, solo te saludo con la mano.

—No puede ser...— Bufaste irritada y le hiciste una señal con la mano para decirle que esperase. Saliste de tu cuarto y bajaste las escaleras, saliste por la puerta principal. Fuiste a donde estaba henry.

—¿Qué haces aquí?— Hablaste suave. Lo miraste ya de cerca, estaba horriblemente mal. Manchas de sangre en su camisa, ojos hinchados,(seguramente de llorar) moretones en el rostro y extrañamente tiritaba como si tuviese frío. Respiraba con dificultad y no te miraba a los ojos. — ¿Qu-Qué te pasa? ¿Por qué estás así?— Te acercaste a él y lo rodeaste quedando frente a su espalda. No respondió, tampoco se movió. Levantaste la tela teñida de rojo que cubría su espalda.

Era una vista aterradora, marcas sobre marcas como latigazos, la escasa piel que no estaba morada, casi negra, se encontraba al rojo vivo. Y tenía cortadas que parecían ya estarce infectando. Diminutos agujeros a causa de la hebilla, que también sangraban. Se podía notar como una capa grasosa lo cubría todo, haciéndolo más mórbido a la vista. No te atreviste a tocarlo más allá de levantar su camisa. Y no te querías imaginar el dolor que estaría sintiendo.

No necesitabas justificación alguna de su parte. Solo sabías que tenías que a curarle. No porque él te obligase, simplemente era así, tú lo curarías y punto. En ese momento ya sabías que ese sería un patrón a seguir durante mucho tiempo, tú serías la única que podía curar sus heridas, físicas y mentales...

—mi padre me golpeó— Te sorprendiste al escucha su afónica y temblorosa voz. Te pusiste frente a él. ¿Por qué su propio padre le haría tanto daño? — Porque hoy me salté todas las clases, menos la primera hora— Eso no era motivo suficiente, no justificaba nada.

Henry no sabía que pensabas de él, pensó que te debía una explicación y te la dio.

—Eso no es motivo para hacer esto— Lo miraste a los ojos.

—Lo sé— Henry no dijo nada más.

Pusiste ambas manos en sus brazos y las subiste hasta sus hombros acariciándolo. Hasta llegar a su cuello y lo abrasaste cuidadosamente. Él, dudoso te correspondió.

Lo llevaste a tu cuarto, lo dejaste en tu cama tumbado y cerraste la puerta con pestillo.

Fuiste al baño y llenaste la bañera, volviste a donde estaba Henry, quien no paraba de mirar cada movimiento que hacías.

—tienes que bañarte— Tendiste una toalla frente a él. Henry la tomó y se levantó con dificultad, se dirigió al baño y tu cerraste la puerta para que tuviera más privacidad.

Henry se quitó la ropa y se metió a la bañera sus heridas ardieron al entrar en contacto con el agua caliente, la cual se tiñó de rojo.

Tu mientras, buscaste en tu armario, sacaste la ropa que Henry dejo en tu casa la semana pasada, limpia y perfectamente doblada.

Cuando Henry salió tenía una toalla alrededor de su cintura y estaba mojado.

—Está es la ropa que dejaste aquí, está limpia— Dijiste sin mirarlo. El tomo la ropa y se quitó la toalla. Te diste la vuelta inmediatamente, tu cara se puso color carmesí y te pusiste nerviosa.

—Oh, vamos, sé que quieres mirar— Y ahí volvió el Henry que conocemos.

•••

Tras terminar de vestirse, Henry se tumbó en tu cama, rato después se quedó dormido, profundamente. Estaba cansado y su cuerpo no aguantaba más.

Lo miraste rendida, te daba lástima. Le acariciaste suavemente el cabello. Te acostaste a su lado, lo cubriste con la cobija junto a ti. Te acercaste a él lo máximo posible, pero sin casi tocarlo.

Su respiración era tranquila, su pecho subía y bajaba lentamente, parecía extremadamente cómodo. Tomaste su mano y enredaste sus dedos con los tuyos, para finalmente dormir junto a él.

Henry necesitaba cariño, Nadie nunca sé lo había dado. Su madre murió cuando él era muy pequeño. Sus amigos son idiotas, nunca entenderían lo grave que es su situación. Él necesita atención, es lo que busca al causar problemas. Quiere atención.

Henry es muy difícil.

HENRY BOWERS X READER: La hermana de PatrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora