Capitulo 17.

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—vámonos a casa—Oscar hablo por fin aliviado, coloco una mano en la espalda de Henry y lo guió hasta su coche de policía.

—no quiero— Henry retrocedió.

—Henry vamos. Ahora— Dijo el shérif intentando calmarse.

—No— Dijo definitivamente, Oscar lo miro rabioso y levanto la mano para darle una cachetada.

Pero su mano se detuvo a centímetros del rostro de su hijo, lo vio a los ojos...

Hacia años desde la ultima que miro los hermosos ojos azules de Henry. De echo también hacia tiempo que no lo miraba a la cara con intención de verlo a el. Solía hacerlo para solo ver como este agachaba la cabeza esperando el primer golpe.

Pero esta vez no había agachado la cabeza, lo estaba viendo directamente a los ojos, esperando el golpe. Eso hizo que se formara un nudo el la garganta de Oscar y también un malestar en el estomago. Sus cejas se fruncieron para reprimir sus enrojecidos ojos de las lagrimas y su mano tembló.
Bajo su mano lentamente.

Henry no se movía, no estaba llorando esta vez ni parecía querer hacerlo. Solo lo miraba, miraba los ojos de su padre como si fuesen los del mismísimo Satanás. Tal como mirarían con desprecio a un pedófilo asesino de criaturas. La mirada mas fría que pudiese existir, nadie desearía ser mirado así.

Y entonces él se dio cuenta.

Se dio cuenta del padre de mierda que había sido todos estos años y del terrible esposo que alguna vez fue.

Solo se miraban. No hay más. Nunca hubo más. Solo se podían mirar y observar el uno al otro. Ninguno sabia que haria el otro ahora.

Lloro, Oscar empezó a llorar. Extendió sus manos en busca de algún tipo de contacto o reacción positiva por parte de Henry pero solo consiguió que este se alejara mas.

—Henry, hijo , y-yo te quiero— El solo quería a su hijo de vuelta, al muy egoísta no le importaba nada mas en el mundo. Y era escupido porque el había sido el verdadero y único motivo del mal comportamiento de Henry y todas sus malas actitudes.

—Yo no te quiero—Y como hacerlo, Henry no tenia motivos para quererlo, pero si para odiarlo.

Henry se fue, a quien sabe donde. Sabia que algún día se le acabaría la suerte. Pero preferiría que eso pasase lomas tarde posible

•••

Otra vez, escuchaste golpes en tu ventanal.
Fuiste a abrirla. Dejando entrar a Henry.

—hey, ¿estas bien? ¿Que ha pasado?—Te acercaste a el.

—Algo muy raro—agito la cabeza—No importa—Te agarro de la cintura.

—¿pero que ha pasado?—insististe preocupada.

—Nada, ni yo lo se—Ibas a volver a preguntar pero te beso.

Pusiste ambas manos en su pecho y empujaste, no era momento para eso.

—____, se mi novia—Pidió mientras besaba tu cuello.

—eh, no puedo Henry—te sonrojaste.

—claro que puedes, no quieres ¿verdad?—Dejo de besaste y te sentiste mal. No se sentía nada mal tenerlo pegado a ti.

—s-si quiero—Dijiste con vergüenza—Pero eres muy mayor para mi— Y era verdad, esa parte del mundo era muy estricta con ese tema, y entre menores de edad tres años de diferencia eran muchos. Aunque otros no lo vieran así.

HENRY BOWERS X READER: La hermana de PatrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora