MY SWEET BOY - YUMARK (COMPLETA)

19

- No vuelvas a buscarme, me oyes, nunca - Resonó en todo el café, el alzamiento de voz de Yuta, dejando solo a su ex novio.

🔒❤💔

En el hospital, esa tarde.

- Ven aquí animal, ven aquí... - Taeil arrastró del brazo a Yuta y suspiró, diciendo entre dientes - Él estaba ahí, pedazo de estúpido.

Al chico se le debilitaron las piernas cayendo sentado en uno de los asientos de espera del hospital, sin entender bien lo que pasaba, parecía como si su alma se le había salido del cuerpo, tapó su boca con la mano y abrió los ojos como si hubiera visto un fantasma...

- Hyung... su carita... cómo estaba él? 

- Pálido como un zombie, pero se veía tranquilo y no hizo nada más que irse, sus amigos lo siguieron desde atrás - Se sentó a su lado.

- Ayer noté que andaba raro conmigo, en la noche no quería ver mi cara y hoy en la mañana apareció Winwin, me llevó al café... - Se tomó la cabeza con ambas manos - Me dijo que quería hablarme de Mark, le creí y lo seguí - Sollozó.

- Que torpe eres, sabía que algo así pasaría viniendo de ti - Se sentó Taeyong quien apareció con su bata blanca y habiendo escuchado lo último que dijo Yuta.

- Me dijiste que había intentado besarte y que quería volver contigo, no notaste nada raro cuando él llegó a tu habitación sin previo aviso y sacando a colación a tu novio? - Taeil frunció el seño sin poder creer lo iluso que era su amigo, movía la cabeza de un lado a otro.

- Ayúdenme chicos... no quiero perderlo.

- Dale tiempo para que se le ordenen las ideas, de todos modos no te veías tan romántico con tu ex novio o eso notamos con Tae - Enrollando su brazo en el cuello de Yuta sin saber lo que Winwin había hecho previo a eso.

...

Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes... Los días pasaban y Mark se encerró en su habitación sin tener contacto con el mundo exterior. Cambió el código de entrada y desactivó sus redes sociales.

Sus sospechas habían sido correctas, si tenían algo y él había salido perdiendo, eso pensaba.

Durante los días en que no salía, extrañaba como nunca a Yuta y revisaba su perfil desde una cuenta falsa, se torturaba y los malos pensamientos se lo comían; los platos sin lavar en el lavabo, la ropa tirada por toda la habitación aunque llevaba días sin cambiarse ni bañarse; las bolsas bajo sus ojos y la barba que le comenzó a crecer, lo hacían ver como un vagabundo. 

A cada momento le comían los dedos por marcarle a Yuta pero no lo hacía, qué le iba a decir sabiendo que él ya no era suyo.

⏩⏩

1 semana transcurrió y Yuta no lo soportó más, tantas llamadas sin respuesta, mensajes que no entraban al buzón y la puerta que no se abría así fuera que estuviera tocando todo el día. Poniendo su vida en peligro se pasó del balcón de su casa al balcón de Mark. Entró por la ventana abierta de la habitación y ahí estaba el chico a quien tanto extrañó, acurrucado en un rincón con un portarretrato de ellos dos en la mano; tenía los labios secos, estaba despeinado, con barba, totalmente desaliñado. Corrió a abrazarlo, cubriendo por completo el cuerpo de la bolita hecha de Mark.

Aunque lucía mal, no le importó y bajito le susurró en el oído te extrañé no sabes cuánto... Pero Mark lo alejó con sus manos, dándole un débil empujón.

- No... te me acerques - Balbuceó y escondió el marco detrás de él.

- Necesito que hablemos.

- Vete de mi casa, no quiero verte nunca más - Desvió la mirada hacía la pared mientras cerraba los ojos conteniendo sus lagrimas y respirando profundo, llenando sus pulmones de aire.

- Sé que me viste con él, pero no es lo que crees, quiero explicarte - Entristecido intentó acercarse una vez más, sin conseguir el propósito.

- No quiero tus explicaciones, yo sé lo que vi, por favor, sal de mi casa - Alzó la voz Mark, saliendo las lagrimas de sus ojos, empujó más fuerte a Yuta.

- No amor, no me iré.

- No soy tu amor, no vuelvas a llamarme así, nosotros... terminamos.

Yuta comenzó a desesperarse, negándose rotundamente a lo que estaba sucediendo, su corazón se le hizo chiquito y sudó frío al escucharlo decir que estaba terminado con él.

- No terminaré contigo, no podemos, yo te amo... no podemos... no... 

Mirando con rabia a los ojos de Yuta, descargó sus emociones frente a él...

- Yo ya no te amo, no puedo ni ver tu cara sin imaginarme que ustedes dos estuvieron juntos cuando yo casi moría en casa... - el nudo en la garganta aparecía - TE ODIO, ese mismo día ingresé al hospital, el mismo día que volvió ese maldito destruyendo todo esto y peor, te ves con él a mis espaldas, se toman de las manos... qué más hacen, se revuelcan en tu cama mientras yo estoy con mis amigos, no?... vete de mi casa, AHORA!!!! - Gritó, volviéndose loco y pataleando.

Abrió los ojos desconcertado por lo que decía Mark y se quedó perplejo por unos segundos, tendía a ser así...

Tranquilizándolo un poco, para que dejara de moverse tanto - Pero bebé, qué dices... eso jamás pasó, quién te dijo esas cosas.

- Él me las dijo, tu ex nov... digo, tu noviecito me lo dijo a la cara, se besaron y te vi tomando café con él, me inventé esas cosas? - Se rascó el cabello y comenzó a llorar de nuevo.

- Eres un tontito, yo jamás te sería infiel y menos con una persona a la que ya no quiero - Dándose cuenta de que había sido un malentendido, comenzó a sonreír de los nervios.

- ¿Ahora te parezco una broma? - Serio.

- Escúchame - Ubicó sus dos manos en los hombros de Mark y lo miró fijamente - Yo te amo a ti y no quiero estar con nadie más que no seas tú, recuerdas que prometimos luchar juntos ante todas las dificultades, todavía mantengo mi palabra.

Mark moviendo su cabeza de un lado a otro negándose a lo que le decía, fue parado por las manos de Yuta, quien las ubicó en la cara del chico, formando una flor con ellas le limpió los ojos con los pulgares.

- No podría estar con nadie más que no fueras tú, entiende, contigo me siento muy bien y estoy dispuesto a correr todos los riesgos del mundo sólo por ti, mi pequeño - Besó tiernamente a Mark en los labios y le dio un cálido abrazo, reconfortando al dolido chico.

Tomándolo en brazos, llevó al chico a la ducha y se bañaron juntos, lo afeitó como si fuera discapacitado a hacerlo, le secó el cabello y lo llevó hasta la cama en donde se durmieron tomados de las manos, mirándose el uno al otro, olvidándose del resto del mundo.