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Mark: Haechan-ah, ven a mi habitación - Dijo con un tono muy débil y triste, que ni siquiera se oía bien en la llamada.

Haechan: Claro que sí amor, dame 10 minutos y estoy allá. 

Ese día sábado, Mark se sentía mal, quería un poco de cariño y comprensión. Por la mañana se peleó con sus padres, ya que se habían enterado que su hijo estaba saliendo con un hombre, le concertaron una cita a ciegas pero la chica les contó que no podía salir con él porque ella lo había visto de la mano con un chico. Esto fue un balde de agua fría para ellos.

Su mundo se vino abajo, en casa de los Lee no había personas homosexuales, su familia consistía en sus dos padres James y Ana Lee; y 3 hermanos, Louis el mayor con 35 años, luego le seguía Nora con 30 años, Peter de 27 años y finalmente Mark. Todos estaban casados y con hijos menos Peter, pero él tenía novia y estaban comprometidos, sólo faltaba el menor y resultaba que estaba saliendo con un chico.

En su casa se seguían las tradiciones coreanas antiguas, una familia "normal" debía ser hombre y mujer, por lo tanto Mark iba contra las reglas, y eso le causó un gran problema.

- Mark, estás? - Decía desde afuera de la habitación y tocaba la puerta, pero no había respuesta.

El chico se había dormido llorando y su celular se apagó. Haechan estuvo afuera por 5 minutos tocando y llamándolo, pero no pasó nada, finalmente se fue ya que no quería molestar a los vecinos y llamó a Chenle para ir a su casa, él sabía que Mark siempre lo llamaba para que se juntaran pero había una gran probabilidad de que lo dejara plantado, así que se resignaba y no decía nada. Ya era costumbre. 

🌸🌸🌸

Era primavera, las flores estaban floreciendo muy hermosamente, una época colorida y bella, pero al parecer nada era colorido en la relación de Yuta y Winwin...

- Cariño, ¿estás bien? - Le pregunta Yuta, después del incidente de la noche anterior. 

- Vas a explicarme ahora, ¿porqué estaba ese objeto en tu casa? ¿Algo que quieras decirme? 

- Por supuesto, no es nada, a Taeil se le quedó eso en mi habitación el martes, no hay de qué preocuparse - Con la mirada ida, dijo tratando de reparar la situación.

- Aaah de Taeil, la "M" era por su apellido, verdad? - Sonrió fingidamente sabiendo todo.

- Claro amor - Abrazó a Winwin y le dio un beso muy tierno en la frente - Vamos a tomar un helado, ¿Qué te parece? - Sonrió y le tomó la mano, arrastrándolo a la tienda.

Winwin sabía que le estaba mintiendo, ese día había hablado con Taeil y lo vio con el vecino jugueteando, pero decidió quedarse callado para no aumentar los problemas que ya tenían hace bastante tiempo. Suspiró y trató de olvidar ese trago amargo.

🌖🌖🌖

La noche caía y Yuta fue a casa de su novio a dejarlo, se despidieron muy amorosamente o eso se veía.

- Gracias por este día mi pequeño - Dijo aunque él era más pequeño que Winwin y le dejó un pequeño beso en los labios.

- Descuida, todo fue un mal entendido, cierto? ahora ve a casa amor, ya es tarde y tienes que estudiar, salúdame a tu madre. - Achicó los ojos y se despidió, tratando de que no se notara la decepción en su rostro por la mentira de su novio, sonrió falsamente cruzando los brazos y apretando las manos de la rabia y el dolor en su corazón.

- Adiós, te amo.

Eso fue lo último que dijo Yuta y se fue. Winwin entrando a su casa, ni siquiera saludó a sus padres, pasando por el lado de su hermana mayor, dio un portazo en la habitación, llorando con una almohada en sus brazos, se durmió.

🍸🍷🍶

Yuta pasó por una botillería, compró tres botellas de whisky y dos bolsas de lay's de acompañamiento, hoy quería beber, ni siquiera regresó a casa de sus padres como tenía planeado, él sabía que había mentido y eso le dolía, pero que más podía hacer cuando aceptó a otro hombre en su casa antes que llevar a su novio.

Cogió sus productos y se fue a su habitación, eran las 9 p.m., una hora perfecta para escuchar música y embriagarse, qué le pasaba... ni él mismo lo sabía, el año anterior había sido caótico en su relación pero siempre conseguía reconciliarse con el chico y este año estaba pasando lo mismo. Las peleas sin sentido, los celos absurdos, la falta de comunicación, todo le estaba afectando. Más los estudios, que si bien Yuta ya tenia una profesión, su sueño era convertirse en médico y eso lo estaba estresando aún más. Necesitaba un respiro.

Entrando a su hogar, se quitó los zapatos y fue directo al sillón de tres cuerpos cayendo a peso muerto de espaldas en él, se quedó mirando al techo por unos momentos, se sentó luego y destapó una botella, los shots amargos y solitarios se hacían cortos a medida que pasaban las horas - *dos golpes en la puerta resuenan en la silenciosa habitación.*

- ¿Puedo pasar? 

Un chico con aspecto débil, pálido, ojeroso y con una capucha roja tapando su desordenado cabello negro, dejó con los ojos abiertos y confundido al entonado joven ebrio.

MY SWEET BOY - YUMARK (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora