NUEVOS CAMBIOS

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He decidido tomar clases extras para encajar con el horario de Connie, tener asignaturas en común es un gran inicio pasar más tiempo a su lado sin levantar sospechas. Mi padre no está muy convencido de este cambio tan brusco de actividades pero no le importa del todo mientras siga cumpliendo con mis demás deberes  pues lo que más le importa es que pueda tener la capacidad de algún día mantener la gran empresa Blake.

Los días pasan rápidamente, pronto será la entrega de evaluaciones y podré olvidarme de rendir cuentas a la Escuela para dedicarme a algo con un poco más de valor, quizá podría esta tarde invitar a Connie al cine, sin pensarlo dos veces, fui corriendo  a su taller. Su hermoso cabello resaltaba  entre los demás, podía sentir como mi corazón se aceleraba rápidamente al verla actuar tan natural.

-Connie Baker, te buscan en la puerta- exclamó uno de sus compañeros al verme en la puerta. Sin darme cuenta, este salón se había vuelto uno de los lugares que más visitaba en todo el día.

Tengo aproximadamente  dos horas antes de ir al cine, lo cual es suficiente para soportar el sermón de la señorita Beckett debido a mi comportamiento y quizá darme una ducha. Por lo general observo a detalle el camino, envidio solo ser un espectador a través de la ventana del auto como si fuera mi único destino. Observar. 

La cita con Connie fue todo un éxito, reímos, nos divertimos y para finalizar quedaba un ultimo lugar por visitar, el clima templado le daba una sensación cálida al ambiente como si fuera el momento indicado. Mi corazón latía con intensidad al ver a la tierna chica juguetear entre las mariposas mientras yo solo observaba

-que haces ahí?-se detuvo Connie jalando de mi brazo. - no te quedes observando y ven a jugar conmigo- por una vez deje de observar, pude sentir como en cuestión de segundos aquel vidrio frente a mi se fragmentaba en pedazos para dar apertura a una nueva experiencia, un motivo nuevo para sonreír sin una cámara frente.

El día paso volando, me sentía exhausto pero feliz  incluso mi padre cenaría conmigo, podría ser esta mi oportunidad para contarle sobre la chica que me gusta? Aún así estoy emocionado de poder convivir un poco mas con el. Mí mente brincaba de felicidad divagando hasta que un ruido estruendoso corta mi inspiración, provenía de una de las habitaciones vacías de la casa. Lentamente deslice mis dedos por las paredes asomándome con timidez en la ranura de la puerta, mi padre se encontraba hablando por teléfono.

-¡Lo tengo!, todo quedara perfecto antes de su llegada-menciono dando un vistazo a su alrededor haciendo que del susto retrocediera llamando enseguida su atención. - Hijo mío que haces ahí escondido? -pregunto mientras se acercaba a la puerta.

-L-lo siento padre escuche un ruido proveniente de esta habitación y quise saber que era-conteste mostrándome un poco avergonzado de mi comportamiento. No es que fuera a regañarme sin embargo por alguna razón me quede helado al escucharlo hablar, por lo general se la pasa en su oficina atendiendo las necesidades de la empresa. 

-No te parece linda esta habitación?-observe los alrededores intentando responder. - esta un poco vacía, pero acogedor-. Mi padre revolvió mi cabello mostrando una sonrisa que casi nunca suelo ver en el.

 - Pues pronto se vera mucho mejor cuando este lista para ella-

-¡ELLA?!- exclame impulsivamente. -Una colega de la empresa me ha pedido que le de alojo a su sobrina, pensé en decirte sin embargo el trabajo me ha tenido bastante agotado-concluyo su explicación dejándome pensativo y sin habla, en todo este tiempo desde que mamá  se fue esta casa ha estado sola, en ella vivimos mi padre, la señorita Beckett y yo pero a pesar de todo cada quien tiene sus ocupaciones y eso hace que la casa tenga aires de soledad entre los pasillos.

-Entiendo que no era la manera correcta para que lo supieras Adrián- acerco su mano a mi hombro. -  Se que la desaparición de tu amiga te afecto, pero dime hijo, acaso ¿no te gustaría tener de nuevo una compañera?- finalizo su discurso saliendo de la habitación. Una compañera...se que no lo dijo con intención de herirme pero como puede hacerlo ver tan fácil como si las personas fueran objetos desechables. 

Cenamos como estaba planeado sin embargo con la conmoción del momento solo me dedicaba a responder las preguntas de mi padre que se esforzaba por mantener la conversación a pesar de mi frialdad, no estaba molesto de su decisión pero a pesar de todo aun me dolía imaginar en una compañera  pues enseguida venia a mi mente Liseth, mi gran compañera de aventuras y sobre todo mi mejor  amiga, desapareció sin mas y a pesar de las investigaciones no se logro dar con su paradero.

-Joven Adrián tiene practica de piano en 5 minutos- señalo la señorita Beckett apresurándome por la hora, aunque quizá había olvidado que mi clase se pospuso por la lluvia .  - lo siento padre-mencione al notar como el rostro de mi padre se entristecía. -Esta bien hijo, intentaré despejar mi horario mas seguido para cenar  juntos de nuevo -  sonrió dejándome ir .

Me tire en mi cama a reflexionar, necesitaba todavía un poco de tiempo para procesar, creía haber superado con el tiempo lo que le paso a Liseth pero sigo sin aceptarlo y ahora  debo sustituirla así sin mas? suena mas fácil decirlo que hacerlo si soy honesto. Frustrado, golpee sobre mi cama  tirando algo al suelo, se trataba de  mi caja de recuerdos que debido a mi enojo había vaciado por todo el suelo. Dé un suspiro cambio mi semblante al ver varias de las cosas que guardaba, entre ellas tenia las primeras fotos con Liseth de aquel día en la sala de juegos, había estado insistiendo en ir y por cuestión de suerte en uno de los juegos  ganamos 500 tickets que después usaríamos para  comprar lo que seria nuestro amuleto de la amistad...el cual por distraída olvido y termino quedando a mi cuidado. Toda esta tristeza desapareció y se convirtió en lagrimas de felicidad  que me acompañaban mientras me adentraba entre mis recuerdos.

𝓟𝓮𝓭𝓲𝓻 𝓾𝓷 𝓻𝓪𝔂𝓸 𝓭𝓮 𝓼𝓸𝓵 𝓪 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora