Dos meses habían pasado velozmente. En Estados Unidos, un invierno demencial atravesaba las calles. En Irlanda, el sol se asomaba con un brillo singular y varias veces se deslumbraban arcoíris.
Mia había iniciado su especialización en gerencia gastronómica, era una de sus próximas metas y lo estaba logrando. Su motivación era grande y quería continuar con ello. Stephen siempre fue su ejemplo a seguir. Desde muy joven trabajo como mesero, estudio y ahorro dinero para crear su restaurante.
Mia se levantaba y salía a trotar, era el único ejercicio que podía hacer, no era muy disciplinada. Desayunaba, se bañaba, se vestía con su uniforme y se iba a su primer trabajo. En la panadería trabajaba dos horas, ganaba buen sueldo y propinas. Regresaba a su apartamento y tomaba sus clases virtuales, esto le ayudaba muchísimo, ya que no debía correr para desplazarse hasta la universidad, quedaba muy lejos. Almorzaba y se dirigía rápidamente a tomar el metro, se bajaba en la quinta estación y caminaba las mismas seis manzanas para llegar justo a tiempo. Allí la recibía Stephen con una gran sonrisa.
- Llegas justo a tiempo, como siempre.
- Ya sabes que me gusta ser puntual- ella sonrió.
- He contratado a una chica para que te ayude como mesera. Solo debes brindarle una pequeña capacitación por una semana.
- ¿Enserio? ¡Eso es fantástico!
- Cualquier cosa me comentas.
Su vida andaba de la mejor manera, pero sabía que algo le faltaba. Barry le daba un mensaje y de cierta manera le alegraba el día, pero ya no los tenía. Trataba de distraerse, acompañaba a Page a las exposiciones de arte e iba a los almuerzos dominicales de su familia, allí compartía con ellos y le alegraba un poco el corazón. En las noches meditaba todo y sabía que ya era momento de hablar con él.
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Por el contrario, la vida de Barry había estado algo decaída. De niño le platicaban de una gran chica, a la cual conocería y se convertiría en su novia, él creía haberla encontrado y se sentía muy mal al saber que la perdería. Lo sucedido con Mia había sido su culpa total, debió advertir el comportamiento de su madre, siempre era muy reacia a ese tema y trataba a los demás de muy mala forma. Pero Emily sí lo sorprendió por completo, nunca había sido así y eso le molestaba.
- Barry, hola- ella lo observó arrepentida.
- Emily.
- Yo quería disculparme, sé que lo que hice estuvo muy mal y me arrepiento de eso. Por eso quisiera que Mía y tú vinieran a cenar en mi apartamento.
- No lo sé Emily, no creo que sea lo correcto.
- Por favor, no puedes negarte.
- Básicamente puedo después de lo que hiciste.
- Me estoy disculpando ¿Sí?
- Ok, yo hablaré con ella. No prometo nada.
- Ok, te quiero, lo sabes. Los espero el fin de semana.
- Adiós Em.
Está situación lo tenía entre la espada y la pared, por un lado, estaba su familia y por otro estaba Mía, quería estar bien con ambos bandos, pero le parecía imposible. Hasta aquel día en que recibió la llamada.
- Hola...
- ¿Quién habla?
- Tan pronto me olvidaste.
- ¿Mia?
- ¿Cómo estás?
- Mia - sonrió- ¿Eres tú?
- Hola Barry.
- Llevó esperando esto hace tiempo, bueno, me refiero a que es bueno escucharte- habló nervioso.
- Sé que debes preguntarte porqué te llamé.
- Estás en lo correcto.
- Yo lamentó mucho sí me desquité contigo o te traté muy mal por lo que sucedió en Irlanda, pero supongo que entenderás cómo me sentí y no quería vivir con aquella humillación.
- Mia, no, no debes disculparte por eso. La culpa fue mía, debí advertirte de la actitud de mi madre. Ella es muy celosa y delicada con ese tema, siempre ha querido que Emily sea mi novia, pero eso no va a suceder jamás.
- Te he echado de menos.
- Y yo a ti, no sabes cuánto.
- Supongo que lo mismo que yo.
- Y yo que pensaba que tú eras el Polo Norte- se burló.
- Oye -se quejó.
- Antes de que hablemos sobre otra cosa, quería decirte una cosa. Emily me ha hablado ayer y me contó que estaba muy arrepentida, nos ha invitado a cenar a su apartamento. Sí no quieres ir, házmelo saber.
- Supongo que está muy arrepentida... Iremos.
- ¿Segura?
- Sí, todo estará bien.
- De acuerdo, es el fin de semana, así que llegaré el viernes a tu apartamento. Te invitaré a cenar.
- No.
- ¿Qué?
- Yo te llevaré a un lugar especial.
- Está bien. Te quiero, Mía.
- Y yo a ti. Te espero con ansias.
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Pasaron los días y llegó aquel fin de semana esperado por los chicos, estaban más que emocionados por su reencuentro y tenían tanto por decir que cuando se vieron se fundieron en un beso apasionado.
- ¡Por fin, mi hermosa, Mía! - él la levantó y la abrazó con fuerza- Te extrañé muchísimo.
- Estás más musculoso.
- Te tengo una gran noticia.
- A ver, te escuchó.
- ¿Recuerdas la audición? He ganado un papel para una película muy importante.
- ¡Felicidades! ¿Dónde grabarán?
- ¡En Estados Unidos, me mudaré aquí! - la abrazo.
- No lo puedo creer...
- Ya no tendremos relación a la distancia y compartiremos más ¿Qué dices?
- Ven aquí. -le devolvió el gesto y le brindo un pequeño beso- Desde ahora todo cambiará, así es.
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Mistakes- Barry Keoghan
Fanfiction- ¿Qué piensas del amor? - Dolor y sufrimiento. - No puede ser. - se burló- Para mí es la sensación más hermosa que existe. Te hace sentir cosas maravillosas e inexplicables. - Eres todo un princeso. - Mía, no te burles de mí. - No lo hago, solo cre...