XIV

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- ¿Te irás tan pronto? -Barry enredó sus brazos en su cintura, aún con los ojos cerrados.

- Así es.

- Quédate conmigo, tengo tiempo libre, las grabaciones inician al mediodía.

- Debo irme, le prometí que iría a visitarla y antes de verla debo acompañar a Page a comprar unas cosas.

- ¿Tienes que ir?

- Por supuesto. -ella se acercó y juntos sus labios con el chico- Te prometo que llegaré temprano y podemos ver una película.

- Prefiero una serie -balbuceó aun dormido.

- Entonces una serie será.

- Te veo luego.

- Dulces sueños, guapo durmiente.

- Te amo.

Mia tomó su bolso y se abrigo muy bien, el invierno estaba azotando la ciudad y una gripe espantosa se encontraba rondando entre los ciudadanos. La chica caminó hasta la estación del metro y se bajó en la 10° estación, allí Page la estaría esperando en uno de los pasajes comerciales más grandes, ella esperaba visitar a su familia en Atlanta y quería llevarles miles de regalos.

- ¿Por qué te fuiste de Atlanta, Page? -la tomó de la mano y la balanceó.

- Yo veía un futuro totalmente diferente al que iba a tener en aquel lugar y sabía que mi destino era aquí, en Washington D.C. Muchos me criticaron, insistían en que era una estirada, pero siempre llevé algo en mi interior que me decía que merecía la pena ir a la gran ciudad y darme la oportunidad de vivir. Y gracias a Dios que lo hice, si no, no te hubiera conocido jamás.

- Tienes razón, me alegró que tu decisión haya sido tan acertada.

- Grandes cosas nos esperan, Mia ¿Sabes por qué? Somos buenas personas y siempre damos todo sin esperar nada a cambio y esas son las personas que valen la pena en verdad, no las estiradas como esa Emily -se burló.

- Ella es así porque recuerda que su piel debe ser muy marcada y perfecta.

- Me alegra saber qué tenemos una razón para reír, muchos ya no tienen felicidad -meditó la rubia.

- Hoy estás más filosófica de lo normal ¿Todo bien?

- Solo valoró y vivó mi vida lo mejor posible -ella agachó su mirada.

Pasaron algunas horas entumidas entre la ropa y miles de accesorios, finalmente Page consiguió cosas maravillosas y se fue a empacar todo, su vuelo sería 5 horas más tarde y no lo quería perder, no como la última vez. Por su parte, Mia tomó un taxi y le indicó la dirección de la residencia de su amiga. El hombre estaba algo confuso y exasperado por no poder ubicarse en el lugar, Mia trató de ayudarle y finalmente, cuando se iban a dar por vencidos, se fijaron en que estaban frente a la casa. Mia le pagó con propina, en compensa del estrés provocado, se bajó y caminó rápidamente hasta llegar a la puerta, allí timbró y un hombre alto la recibió.

- ¡Hola Mia, bienvenida! -Douglas la recibió con una cálida sonrisa- Pasa, Lauren está en la cocina.

- Te lo agradezco. Les he traído un vino.

- Te lo recibo -río.

Había pasado dos semanas desde la reunión y Lauren le insistió demasiado en que fuera a su casa. Caminó detrás del chico, tratando de observar con atención el lugar, pero él era demasiado alto, por lo que podía dar dos zancadas y llegar fácilmente, lo que provocaría la pérdida.

Mistakes- Barry KeoghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora