O8 ── P.M

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La melodiosa voz de Nat King Cole cubre la habitación como una suave manta sobre nuestros hombros, la voz del cantante y el piano acariciando los oídos, hace un increíble contraste con el caos que se desarrolla en este momento.

— ¡B9!

Veo a Mercedes cubrir con agilidad la casilla, Louisa observa con gran concentración el tablero frente a ella.

— ¡O42!

— ¿Te estás divirtiendo? —me pregunta Marianne, sin despegar la vista de mí, pasa su tenedor por el trozo de pastel de Louisa y cubre una de las casillas de su propio tablero. Está de más decir, que estoy en verdad impresionada por lo multitarea que es.

— ¡N15!

¡Oh, yo tengo esa! ¡Al fin!

Me apresuro a cubrir la casilla, pasando de largo una pieza que parece tener dientes marcados.

—Lo estoy haciendo —le ofrezco una sonrisa—. Solo creo que soy un poco lenta para esto.

Cantan dos números más y apenas he encontrado la casilla en mi tablero cuando dicen la segunda cifra.

—Solo te hace falta práctica, no te preocupes.

—Los jóvenes de ahora no desarrollan ninguna destreza o agilidad mental —masculla Mercedes.

Sin ofenderme ni un poco por sus comentarios, sonrió concordando, a mi lado Marianne pone los ojos en blanco.

— ¡Ya vas a empezar!

—No me dejan concéntrame —sisea Louisa.

El edificio tiene un salón compartido para usos varios, este es el lugar donde se llevan a cabo los domingos de juegos. Es bastante bonito tomando en cuenta la antigüedad del lugar, la iluminación es lo suficientemente buena para que los adultos mayores puedan jugar sin percance, con sus paredes pintadas en colores crema, hay una pared revestida con madera donde un joven canta los números de bingo.

— ¡Dannika, tú tienes ese número!

Me sobresalto sobre la silla de plástico al percatarme de lo perdida en mis pensamientos que me encontraba. A saber cuántos números me he perdido ya.

— ¿Qué número es? —le cuestiono a Marianne en un susurro, para no perturbar a nuestros demás acompañantes.

—Oh querida, ya he puesto la ficha por ti.

Le ofrezco una sonrisa —Eres maravillosa Marianne, gracias.

Es impresionante la manera en que estas personas han crecido en mí en tan poco tiempo.

— ¡Morty, masticas muy fuerte! ¡No me puedo concentrar!

Trato de ahogar una risa al mismo tiempo que me siento un poco mal por el señor calvo en nuestra mesa. Mortimer o "Morty" como todos le llaman, es un ex contador y el esposo de Louisa, ambos son padres de dos mujeres que residen en el extranjero. Él y Louisa tienen ya más de tres décadas casados y con lo que he visto hasta ahora, solo ellos saben de qué manera han podido estar tanto tiempo juntos.

A.M. ✦ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora