17 ── P.M.

7.3K 951 778
                                    

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

En el mundo existen personas con mucha suerte, como ese tipo de adolescentes que nunca le daban más de una leída a sus libros de texto y sacaban un sobresaliente, aun si la daban la mínima importancia a la escuela. O ese horrible tipo de persona que, pese a obrar mal y acaba librándola y saliéndose con la suya. También entra en esta categoría esa parte de la población que nunca tuvo un brote sorpresa en su cara el día de la foto de su carnet.

Tengo que aclarar que no soy una de esas personas.

Es por eso que cuando salgo de mi habitación, tropezando con mis pies, me encuentro con un Bucky petrificado con medio cuerpo dentro de mi piso. Oh mierda.

—¡Él es...! ¡Él es...! —repite Holly con los ojos abiertos mientras apunta con su dedo a mi vecino.

Bucky se ve listo para salir corriendo.

—Ella no va a decir nada —Le doy la espalda a la rubia estupefacta para tranquilizar a Bucky—. Te lo prometo.

—¡Oh, Dios mío, Danni!

Me masajeo las sienes buscando dentro de mí la manera de proceder, la pequeña Charlotte decide tomar la iniciativa y da rienda suelta ladrando.

—¡No, no! ¡Cállate! —La pequeña bestia me ignora por estarle ladrando a Bucky—. ¡Holly calla a tu perro!

—¿Es esto lo que has estado ocultando...?

—¡Holly, enfócate! —Estoy gritando a este punto—. Están prohibidas las mascotas en el edificio. ¿Quieres que me corran?

Eso parece sacarla de un estupor, pero cuando se agacha, la perrita ya está ocupada comiendo un puñado de croquetas de la mano de Bucky.

¿De dónde sacó las...? Oh, es verdad. Hoy tocaba alimentar a los gatos de la zona. Una burbujeante emoción me invade al considerar la manera en que Bucky y yo ya tenemos algún tipo de cronograma.

Con mis demás amigos es difícil hacer planes, pues todos somos en cierto punto esclavos de nuestros trabajos y ni siquiera vivimos cerca aún en la misma ciudad, es solo por eso que mis actividades con él son especiales.

—¡Oh Dannika! ¡Bucky Barnes está alimentando a Lottie! —chilla Holly a mi lado en lo que ella debe creer es voz baja, pero sé que Bucky la escucha perfectamente por la sonrisa de medio lado que tiene en su tonto rostro presumido—. ¿Puedes creerlo?

A este punto es imposible mentir, así que me lo tomo con humor.

—No, increíble. ¿De dónde habrá salido tal fósil?

—¡Dannika!

Holly luce escandalizada, pero Bucky rompe en una carcajada.

—Nada de respeto por la propiedad nacional, ¿no es así? —murmura él por lo bajo una vez que me le acerco.

A.M. ✦ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora