𝐀𝐌 | Bucky no puede dormir por las pesadillas y Dannika sufre insomnio, ambos hechos concluyen en ellos dos encontrándose en la escalera de incendios de su edificio. De la casualidad surgen grandes cosas.
THE FALCON AND THE WINTER SOLDIER
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Bucky no ha regresado, ayer cuando volví a su piso en la noche seguía tan vacío como en la mañana. Otro día pasó y ya no sabía qué hacer. Algo me decía que algo malo estaba sucediendo y, por lógico que fuera, supuse que avisar a la policía no ayudaría.
Es más, a este punto las autoridades ya estaban al tanto de eso.
¿Qué cómo lo sé?
Resulta que era, sin saberlo, el contacto de emergencia de Bucky según su terapeuta, la doctora Raynor. El susto que me llevé cuando me llamó preguntando por él y la razón de su ausencia a su cita de terapia obligatoria.
Para empezar no sabía que lo estaban obligando a hacerlo. Siempre pensé que lo estaba intentando por iniciativa propia.
—¿Está segura que no sabe dónde se encuentra el señor Barnes, señorita Jones? —había dicho la mujer al teléfono.
—Le aseguro que no. Desapareció desde ayer.
—¿Y lo vio la noche anterior?
—Sí, estuvimos hablando hasta tarde —Ella no tenía que saber que estaba muy dispuesta a que él... Bueno, lo que sea, esa noche.
—¿Y notó algo extraño?
—Si puedo ser franca con usted —dudé sobre seguir—, no quisiera que él tuviera problemas.
—Puedo asegurarle que no deseo que James tenga más problemas de los que ya tiene.
—Siento que tiene que ver con el sujeto ese.
—Mm, ya veo. Presumo se refiere al señor Walker.
—Sí. Steve significaba mucho para Bucky.
Hablamos un poco más, todo bastante formal. Le pedí encarecidamente que me avisara si lograba saber algo de él.
El mundo no se detenía sin Bucky, acepté, fui a trabajar como todos los días y al volver a casa, me encontré con mi persona favorita en el mundo sacando un pastel de carne del horno.
—Sé que se te corta el apetito cuando estás preocupada por algo.
Con sus rizos dorados sostenidos en una coleta desordenada, me ofreció una sonrisa reconfortante.
—Oh Holly —sollocé abrumada por todo lo que venía sintiendo, dejé mis cosas caer en la entrada—. Creo que lo amo y, maldita sea, estoy tan asustada de que algo le haya pasado.
Enseguida dejó la vajilla de cerámica en la isla para abrazarme, sus tiernas manos limpiaron las lágrimas que se derramaban.
—Estoy segura de que él te ama a ti, Danni.
—Pero es que nada tiene sentido —me quejé—. Nos conocemos hace medio año. ¿Qué clase de persona se enamora en tan poco tiempo?
—El tiempo no lo es todo. Yo te consideré mi mejor amiga desde la primera semana que pasamos juntas, no necesité años para estar segura —El tema duele porque pienso en los años que he tenido a Alicia en mi corazón y la decepción que me hace sentir—. Puedes sentir en unas horas lo que no sentiste en décadas, Danni.
