O4 ── P.M

10.2K 1K 538
                                    

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

Ni las voces de fondo, ni el ruido de las maquinas lograba perturbarme de la consternación que sentía. Pasé casi toda la noche despierta meditando sobre mis acciones y todo lo sucedido, había conocido a Bucky Barnes. Recordaba a mi abuela hablar de cómo todas las jovencitas de su edad estaban vueltas locas por las fotografías que salían en el periódico del capitán y los comandos aulladores, aun varios años después de la guerra.

Y yo, que lo tenía enfrente y rociaba gas pimienta en la cara.

Al menos había ocupado mi mañana buscando algún sitio para trabajar. Debo dejar de pensar en eso, él mismo me dijo que ya todo estaba en el pasado. Aasí,así viendo todo con la cabeza fría, no solo me avergoncé a mí misma, me avergoncé a mí misma y ni siquiera le di un nombre del cual huir, lo que no estaba segura de sí era mejor o peor. Tal vez algún día no volveríamos a encontrar en la escalera de incendios.

Observo la tanda de ropa que aún me falta meter a la lavadora, acumulé bastante en apenas unos días, toda esa limpieza y decoración me hizo ensuciar y sudar mucha más ropa de la que creí.

—... Y entonces Morty vino con ese queso de dieta, ¿acaso luzco como si necesitara estar a dieta?

—Luces como si necesitaras un poco de cera en la cara.

—¡Eres alguien para hablar, todos sabemos que hace mucho no eres pelirroja!

Me encuentro con la mirada exasperada de Marianne mientras las otras dos mujeres discuten.

—La elegancia es algo con lo que se nace, Louisa.

En respuesta, la otra señora se ríe con burla.

—¿Podrían tratar de no ahuyentar a nuestra nueva vecina? —Marianne les llamó la atención a ambas.

La mujer alta, de cabello negro apenas encanecido, se acerca a mí, pasa de lado sin prestar mayor atención al rostro enfurruñado de Mercedes. Me ofrece una sonrisa cordial, puedo ver en su postura, en el perfecto recogido de su cabello y en la ausencia del marcado acento de Brooklyn, mucha clase.

—Disculpa mi arrebato, déjame presentarme—me tiende una mano que aunque presenta arrugas es suave y delicada, decorada con un par de sortijas de oro. Tomo su mano ofreciéndole una sonrisa—. Soy Louisa Bennett, vivo en el 2D con mi esposo Morty.

—Es una placer —Mercedes bufa cuando correspondo el saludo—. Lamento no presentarme antes, no quise interrumpir.

—Por favor, lo hubieras hecho. Así no habría tenido que escucharlas, querida —suspira Marianne.

La anciana pelirroja entrecierra los ojos molesta y se aleja para meter su ropa en una secadora.

—Como sea —pronuncia Louis haciendo un delicado gesto que le resta importancia a lo dicho por la rubia—, es bueno tener gente nueva en este viejo edificio.

A.M. ✦ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora