13🌸 Galaxia

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Kanae era nueva en muchas cosas, una adolescente que dejaba atrás aquella etapa adentrándose en la juventud.

Cosas pequeñas que antes no se percataba, como las conversaciones que sostenían algunas señoras del pueblo, habladurías que realzaban conductas desagradables, que le daban importancia a cosas huecas y como pareciese que les encantaba difamar a las personas con tal de tener un tema de que hablar el domingo. Kanae mordía los labios y la sonrisa en su rostro era forzada cuando se veía obligada a interactuar con los chismes.

Pero cuando escuchó que hablaban mal a las espaldas de la cabeza de la familia Shinazugawa, su cortesía con aquellas personas se desvaneció sin poder contener lo que pensaba al respecto.

- Así que alzarle la voz a la señora Watanabe.

Kanae observó como el fusuma era recorrido por un par de manos llenas de magulladuras y delante suyo aparecía Shinazugawa Sanemi, que alzaba una ceja burlón.

De censurarse alguna acción pasada, Kanae se reprendía diariamente por desconfiar de Sanemi. Su padre se había ganado mala fama, y después de su muerte, aquella reputación fue legada al hijo mayor al que creían una segunda edición del primero.

Kanae sabía que eso era una mentira. Una realmente grande

Sanemi junto con su familia habían pasado penurias terribles que fueron endureciendo su carácter. Tuvo suerte de hallar un amigo que le consiguió un trabajo que le permitía mantener a su familia, y eso supuso una gran mejora.

También fue testigo de como daba pedazos de ohagi a los perros abandonados, procuraba ser amable con niños y ancianos.

Sanemi no era malo, pero Kocho no lo negaría, era algo agresivo y directo. Podía ir hasta los golpes si se trataba de algo realmente importante para él.

- No le grité, lamento no haberlo hecho de su boca sólo salían truenos.

Sanemi decidió callar, Kanae lucía enfadada cuando mencionó el tema a la ligera.

-  Vamos a ver las estrellas

Kanae primero quedó estupefacta con la noticia. Después enrojeció hasta las orejas.

- ¿P-por q-que? – tartamudeó jugando con sus dedos, con los nervios subiendo de nivel – ¿por qué tan de pronto? ¿por qué yo?

- ¿No estás desanimada? – preguntó Sanemi alzando una ceja sin entender los cambios de humor en Kocho – Si estás bien…

- ¡No! Estoy muy deprimida! Y mira que si te vas, ¡volveré a llorar! – haciendo aspivamientos con sus manos forzó a que sus ojos produjeran algo de agua.

- No jodas, se volvió loca – aún aturdido, aceptó esperarla en su puerta dentro de una hora. Los cambios de actitud en la centrada joven lo aturdían completamente.

Kanae contuvo un chillido delante de Shinazugawa.

Eso era muy poco tiempo para arreglarse.

🌸

Una hora y media después, y con mucha ayuda de Kanao ya que Shinobu intentó sabotear la cita…

- ¿Segura Kanao-chan?

La chica de trece años asintió. Pero la pequeña gota de sudor en su sien era más que evidente.

A unos metros de ella Shinobu estaba maniatada y la presión que ejercía en sus muñecas comenzaba a dejarle marca.

- Ojalá Tomioka-san no se hubiera marchado, era el que mejor ataba a las personas – murmuró Kanae.

- Suerte Nee-san – deseó Kanao, a pesar de que quien necesitaba ayuda era ella. Shinobu había jurado interrumpir en la “cita” y ella siempre cumplía sus promesas.

- Gracias por todo hermanita. ¡Eres la mejor!

Esparciendo flores alrededor de cada paso que daba, salió encontrándose con la desagradable sorpresa de que Shinazugawa la había estado esperando y había escuchado el jaleo que se había presentado en el interior de la casa.

¿A quien engañaba?

No había nadie. Ella había llegado temprano, y eso la desilusionaba y aliviaba en partes iguales.

Intentando acallar todas las voces en su cabeza que la motivaban a llorar (ahora sí) de verdad decidió ir a la casa de los Shinazugawa a pedir explicación.

Las locas imágenes de Sanemi llegando tarde por hablar con una linda muchacha del pueblo la atacaban.

- Disculpa Kanae-san – una pequeña niña, Sumi, jaló su yukata – Mi hermano… ¿se durmió?

Por el rabillo de su ojo pudo visualizar a Genya realizando señas exageradas. Soltando una risa que Sumi confundió con música.

-  No hay necesidad de que armen excusas – intervino Sanemi que venía junto a dos de sus hermanos – Kanae seguramente estaba lidiando con Shinobu.

Despidiéndose de la pequeña comitiva liderada por Genya, ambos siguieron su camino.

- ¿Dos haoris? Alguien más nos va acompañar? Es chica? Para que sepas si es Teiko o Sumi no hay problem… oh

Tomando el abrigo que le te día Kanae sonrió con el ceño fruncido desapareciendo.

No es que le desagradara la presencia de Teiko, Sumi o una tercera…

-  ¿Sabes de estrellas? – preguntó emocionada – ¿Podrías contarme todas las historias que sepas?

Sacar conversación con Shinazugawa era difícil. Por él solo miraban el cielo sin intercambiar palabra, Kanae no estaba en contra, pero deseaba hablar con él.

- Kanae - susurró cansado - ¿Me ves con cara de un estúpido narrador?

La cara era terrorífica. Aunque no servía de nada, Kanae ya sabía la verdad.

- Kumeno-san.

Shinazugawa no pudo evitar fruncir el ceño. Que Masachika conociera a los Kocho… simplemente no era bueno.

Lo peor hubiera sido que saliera con sus tontas especulaciones. Esas en las que insinuaba cosas que no existían entre el y Kanae.

- Solo sé la del Tanabata – viendo como a la pelinegra la expresión se iluminaba negó – es imposible que no la sepas, no se te ocurra mentir.

🌸

Sanemi bufó enfadado.

Había relatado la del Tanabata, el origen de hilo rojo y todo gracias a un mísero puchero de Kanae.

Al menos no había tenido que improvisar.

- La verdad es que me parece muy dulce, relatar las historias a tus hermanas. ¡Es como ver una faceta más, Shinazugawa!

No había luz, pero los orbes de la mariposa resplandecían como estrellas.

Sintió la caricia de un pétalo en su mejilla, y segundos después Kanae se dirigió a su casa con el rostro completamente rojo.

Sanemi no se movió ni consiguió reaccionar.

Fictober🌸 Demon Slayer 🌸2021🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora