9🌸 Música

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Un día relativamente tranquilo en la casa Kamado.

Pero más allá en el camino.

- ¡Apúrate Zenitsu!

Inosuke empujaba de forma tosca a su amigo quien tenía en su espalda una replica del canasto de bambú que utilizaban para mover el carbón vegetal. Claro que la carga era menor.

Inosuke ya pronunciaba sus nombres de forma adecuada. Habían pasado tres años desde esa misión en la mansión de Kyogai, en la que por primera vez sus caminos se cruzaron, un largo tiempo

- Cuando terminemos las cargas, ¡Te reto a una carrera!

- Tanjiro, di algo! - suplicó Zenitsu temeroso de los retos del Hashibira. Un día retó a un oso que se encontraba en las cercanías de la aldea, terminó bien pero fue un riesgo excesivo.

El aludido sonrió débilmente. En cierta forma ambos le recordaban las batallitas que tenían Takeo y Hanako.

- Lo siento Inosuke - se disculpó - Hoy es día de la correspondencia.

- Pero si los inútiles de los cuervos nos las traen - reclamó Inosuke mostrando su puño a su leal compañero ave, que estaba tan bien oculto entre el follaje de los árboles que ni se le notaba.

- Lo que pasa es que Senjuro nos enviará tu regalo de parte de los Rengoku - convenció Tanjiro recordando el ya pasado cumpleaños del jabalí.

De verdad que fue un total caos.

- Ya veo, entonces en marcha

Completamente eufórico ante la idea del regalo, Inosuke sonrió.

La anterior vez, la mini réplica del tipo de ojos saltones prometió darle a Nezuko un libro de las diferentes recetas de tempura. Esperaba con ansias tal cosa, si había alguien diestra en la cocina, esas eran Aoi y Nezuko.

🌸

A pesar de que la distribución del gas habían bajado la venta del carbón, según lo que Tanjiro recordaba, una gran parte del pueblo seguía comprándoles carbón.

- Y si cambiamos a vender pan? - fue la inocente pregunta de Inosuke cuando compraron un par de bocadillos diferentes para innovar - no parece difícil, Nezuko puede hacerlo.

- Lo dices para comer este tipo de cosas todos los días! Si es así Nezuko-chan ya no tendrá tiempo - lloriqueó Zenitsu.

- Chicos - susurró Tanjiro antes de poner paz.

Guardaron un pequeño atado de pan para Nezuko y lo depositaron en las cestas, junto con las demás compras.

Pudieron notar una presencia conocida en la casa

Y por suerte, Nezuko ya había arribado un par de decenas de minutos antes.

- ¡Nezuko-chan~!

Zenitsu corrió a su encuentro y la abrazó casi lloriqueando.

- ¿Por qué no volviste antes? Te extrañe mucho, casi voy a buscarte - murmuró arrodillado, mientras la ojirosa se ponía a su altura y acariciaba sus cabellos de forma cariñosa.

Fue cuando miró a su hermano preocupada.

- ¿Usó su velocidad?

- No, pero esta vez si que estuvo cerca.

- Nos encargamos de que no lo hiciera - recuerda las veces que hasta le daban ganas de noquearlo de una vez por todas, Inosuke incluso comenzó a llamarlo "condenado escurridizo" ya que en el menor descuido agarraba un bastón y un reducido equipaje en busca de Nezuko - ¿Cómo van los preparativos?

- Bien - sonríe de forma alegre - Oh! Se me olvidaba, Kanao-nee y Aoi-chan también se encuentran de maravilla, les mandan saludos.

Inosuke soltó una carcajada. Tanjiro compartió la sonrisa de su hermana.

- ¿Kanao-nee? - meditó y Nezuko soltó una carcajada suave, bastante divertida.

- Después de todo, falta muy poco para que sea mi hermana mayor oficialmente.

Tanjiro ya no se sonrojaba ante la posibilidad, pero sentía como si algo cálido brotara dentro de sí. Era felicidad, de eso estaba seguro

- Le enseñé la canción - agrega contenta - Ahora ambos podrán cantarla.

- ¿Qué canción? - Ante la confusión de su hermano menor o al menos al que consideraba como uno, Nezuko miró su hogar de una manera triste, pero esperanzada.

- La del conejo de la pequeña montaña - responde a Inosuke - mi madre solía cantarla.

Hace un año, el tema de la madre era muy delicado para Inosuke al recordar a Kotoha; aunque actualmente evoca su recuerdo con orgullo.

La reina de la montaña era muy fuerte.
Una de las mejores personas existentes.

- También tengo eso.

- ¿Are? - confundido, Tanjiro percibe un aroma a nostalgia en Inosuke.

- Una canción. Mi madre me la cantaba de forma recurrente, "Promesa de Meñique" le diré a Aoko que se la aprenda, como futura reina debe saberla. ¡Vamos Jinro! El jefe dicta, el subordinado escribe!

Tanjiro sabía que Inosuke se encontraba muy emocionado con la idea, tanto que se equivocaba con sus nombres. De todas formas accedió a escribir la carta con los versos de aquella música.

Nezuko advirtió con diversión, como Inosuke cargaba a Tanjiro en su hombro para incrementar velocidad.

- ¿Zenitsu?

Zenitsu se encontraba cabizbajo. Nezuko pudo entender la situación.

Zenitsu no tenía ningún recuerdo de sus padres, y siempre tuvo la impresión de que fue abandonado. Buscó formar una familia exageradamente ganado malos hábitos, como proponerle matrimonio a desconocidas. Desde que vivía junto con ellos esa actitud se había desvanecido lentamente, extinguiéndose al completo cuando Nezuko lo aceptó

- ¡Zenitsu! Te enseñaré la canción. Solo escucha y repite después de mí.

Emocionada, lo condujo a sentarse en un soporte de madera.

- ¡Algún día la cantaremos juntos!

Eran por esos momentos, la razón de que Zenitsu agradecía tener buena audición.

Es que Nezuko producía la más hermosa de las músicas.

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