Fictober🌸 Demon Slayer 🌸2021🌸

19🌸 Helado

Era invierno.

Si uno se encontraba en la intemperie el aliento se condensaba formando un vapor de agua.

Entre la nieve se abrían paso tres mariposas.

Una caminaba de forma elegante y cuidadosa, demostrando con su rapidez a la hora de evadir obstáculos, su gran agilidad.

La de mayor estatura llevaba una gran parte de los fardos que portaban las tres chicas. Su mirada era dulce y brillaba cada vez que se posaba en sus hermanas.

Pero resaltaba la que iba detrás de las primeras dos. Ella era excesivamente cuidadosa con sus pasos como si para ella ningún sitio aparte del que pisaban sus hermanas fuera seguro. Sus manos eran las que menos temblaban, su expresión glacial y una sonrisa que parecía dibujada por un pincel adornaba su bonito rostro. Era lo más cercano en apariencia a las muñecas japonesas. Ella intentaba dar algo de calor a sus manos, pero sus intentos eran infructuosos; en esa estación el ambiente de las montañas denotaba su algidez.

Las Kocho habían sido instruidas en medicina por parte de sus padres, y por sugerencia exhaustiva de Shinobu se encontraban subiendo la ladera después de adquirir elementos de la última aldea cercana a su objetivo.

Fue muy extraño; un día a Shinobu le había llegado una carta, de remitente que no quiso dar a conocer, y al momento siguiente se encontraban de camino a la localidad que la ojimorada había señalado.

- Es por allá

Siguiendo sus indicaciones, se abrieron paso por un sendero de árboles antes de llegar a un lugar grande que emanaba gran calor.

- ¿Carbón? - Comentó pensativa la mayor

- Son una familia que se dedica al oficio por generaciones. Me notificaron que una gran parte se encuentra bastant...

Shinobu guardó completo silencio.

Mas adelante, el chasquido de la puerta indicaba que alguien acababa de entrar, y solo Shinobu sabía a ciencia cierta de quien se trataba.

- ¡Llegaron!

El grito llegó hasta ellas.

Una chica, de una edad menor a la mas joven de las mariposas corrió hacia ellas. Toda su cara era pálida y las manos no cesaban de temblar.

- Bienvenidas - saludó con nerviosismo, y su pulso temblando evidenciaba lo ansiosa que se encontraba al no ir directo al grano - Gracias por venir y...

- ¿Sucedió algo?

Kamado asintió ante Shinobu, con el ceño fruncido desaparecido y una sonrisa de bondad en su rostro.

- Ayuden a mis hermanos. ¡Por favor!

La niña se puso a llorar desconsoladamente.

Kanae sujeto sus paquetes con medicinas en su interior, cediendo algunas a Kanao. Ya con un brazo libre, abrazó a la pequeña intentando al menos tranquilizarla al ver como la había pasado.

- A eso vinimos