𝑬𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒏𝒈 ~ 𝐏.𝐉

𝟎𝟎𝟑

Años atrás

Lori Roberts se encontraba junto a su esposo llenando las cápsulas con azúcar como cada vez desde que Lynette vio a los monstruos. A los adultos les dolía hacerle pensar a su pequeña hija que estaba mal de la cabeza, pero aún no estaba lista para descubrir la verdad, y los dioses no se habían puesto en contacto con ellos para  acordar la llegada de Lynette al campamento. 

—No quiero hacer esto, Pet —exclamó la mujer en una noche lluviosa mientras su hija dormía.

—Yo tampoco, pero no está lista para ese mundo —dijo su esposo —. Ly es muy inteligente y fuerte, logrará aprender y estar lista para luchar contra lo que sea. Recuerda que el dios de la guerra está dando su favor en cada espadazo que da.

La mujer asintió y una vez que terminaron su trabajo fueron a la habitación de su hija.

La pequeña y dulce niña se encontraba dormida, sus cabellos castaños caían como una cascada y se podría decir que Lynette lucia como un ángel. Sus padre se sentaron junto a ella uno de cada lado y comenzaron a dejar caricias en el cabello de su hija, eso era algo que habían iniciado a hacer desde el primer día que la pequeña llegó a sus vidas. Les encantaba admirar lo hermosa que era y estaban tan agradecidos de poder tenerla en su vida, ellos siempre habían querido un bebé y cuando estuvieron a punto de ir a adoptar a uno, los dioses aparecieron dándoles la oportunidad de cumplir u más grande deseo. Por eso era que los adultos buscaban siempre el bien de la niña, era por eso que en cada acción que tenían con la de ojos azules era llena de amor y cariño. Ellos siempre la habían querido en sus vidas.

Lynette

Luego de que el profesor le explicara que era una furia, que nos contara que pensaban que Percy había robado algo y que le diera un bolígrafo que era una espada para defenderse, nos encontrábamos en casa de Percy buscando a Sally. Grover habló de algo sobre proteger a Percy y de paso a mí.

—Hola, mamá, sé que es tu buzón, pero te diré algo, estoy enojada porque me mintieras diciendo que eran alucinaciones, ahora iremos a un lugar junto a Grover y Sally porque un monstruo persigue a Pers, nos vemos luego. Tenemos que hablar sobre esto, te amo.

—Mamá —dijo Percy cuando estuvo en casa.

Gabe estaba junto a sus asquerosos amigos que no dudaron en recorrer mi cuerpo con su mirada.

—Tenemos que hablar.

—¿De qué?

—¿Qué no ves que está sirviéndome a mí y a mis amigos? —dijo Gabe en modo de protesta a Percy.

—Oye —espetó Percy acercándose al hombre —, no hables así de mi mamá, ¿quieres?, fenómeno calvo.

El hombre tomó a Percy del cuello y lo estampó contra la pared. Intentaron detenerlo, pero el hombre no cedía, así que hice lo que mejor sabia. Golpear a cretinos. Me acerqué, tomé al hombre con fuerza y di una pata en su espalda para luego tomarlo de la cabeza y estrellarlo contra la mesa. Ante la atenta mirada de sus amigos hice más presión haciendo que se pusiera rojo.

—Vuélvelo a tocarlo o a Sally y me aseguraré de que tú junto a tus bastardos queden golpeados y en la cárcel.

Luego de dejar al hombre casi inconsciente escuché como Gro le decía a Sally que Pers debía irse. El chico de ojos azules tomó mi brazo y me llevó con ellos.

Ahora estamos en el auto, íbamos de camino a un campamento mestizo, mientras Percy hablaba con su madre yo estaba contestando la llamada de la mía.

—Lynette, lo siento, cariño, no quise mentirte. ¿Dónde estás? Debemos hablar.

—Sí, bueno, un poco tarde, mamá, estamos de camino a un campamento mestizo —le dije.

—Está bien, te veré allá luego —me dijo —. Cuídate.

Ya era de noche y seguíamos manejando, mis ojos se cerraban mientras me acurrucaba sobre Grover quien no dudó en acariciar mi cabello y dejarme descansar, escuchaba de lejos la conversación sobre el padre de Percy.

—¿Entonces su padre si es Poseidón? —pregunté casi al borde del delirio por el sueño.

Antes de que pudieran decir algo, Grover gritó.

—¡Sally, cuidado!

Una cosa se tiró sobre el auto haciendo que nos asustáramos y mi sueño abandonara por completo mi cuerpo. El carro se volcó lastimándonos.

—Percy —dijo la madre de mi amigo.

—Mamá, Ly ¿están bien?

—¿Estás bien? —le pregunté al chico a mi lado quien me miraba buscando una herida.

—Estoy bien, Ly —contestó Grover.

—Grover, ¿cómo estás? —preguntó Percy.

—¿Vi mal o están lloviendo vacas?

Percy miró por su ventana y dijo

—¿Qué-es-eso?

—Rápido, salgan, rápido —dijo Sally.

Grover se quitó los pantalones.

—¿Por qué te quitas los pantalones? —preguntó Pers tapando mis ojos —. ¿Qué haces?

Luego de quitar la mano de mi cara vi a Grover y sus pezuñas.

—Mi trabajo —contestó el moreno.

—Wow wow ¿eres mitad asno?

—Mitad cabra —aclaró antes de patear el vidrio hasta hacerlo pedazos y permitirnos escapar por ahí.

—Síganme —nos dijo antes de comenzar a correr para escapar de la bestia.