La amazona y el humano
Las amazonas son mujeres fuertes, bellas, pero sobre todo letales. Una batalla contra ellas podría significar tu derrota e incluso destrucción.
Estas mujeres eran conocidas por su increíble habilidad en las batallas. Si algo era muy claro entre las amazonas, era que no se permitían hombres. Los hombres no eran considerados como algo bueno, incluso muchas veces eran utilizados con fines de reproducción, pero de todos los bebés, solo servían las niñas.
Diana, una princesa guerrera, falló a su gente cuando se enamoró perdidamente de un humano. La mujer de hermoso cabello castaño y ojos marrones como el chocolate eclipsaron por completo a Steve, un humano al que encontró en una misión.
—Las amazonas no podemos enamorarnos —le reprendió su madre completamente furiosa.
Ya era sabido por todas sus hermanas que la princesa Diana había caído bajo los encantos de un humano. Aquel hombre de rubio cabello y ojos claros había logrado cautivar completamente a la guerrera. No sólo por su belleza, sino por la manera tan peculiar que tenía para hacerla sentir especial sin necesidad de presionarla a ser la mejor.
Diana amaba a su pueblo, amaba a su madre, pero constantemente poseía sobre sus hombros la carga de ser la mejor siempre. Pero cada que Steve estaba junto a ella, solo podía olvidarse de todo y sonreír.
—Bailemos —sugirió el hombre extendido su mano hacia su amada.
—No sé bailar.
El hombre en lugar de desistir, solo sonrió y tomó a la chica de la cintura para acercarla a él.
—No importa, solo quiero que estemos cerca y divertirnos —dijo el rubio —. No necesito que seas la mejor bailarina, además, si alguien piensa que haces el ridículo, me encargaré de hacer el ridículo contigo.
La princesa sonrió y se dejó guiar por el rubio. Tal y como lo prometió, cuando las miradas cayeron sobre la inexperta bailarina. El hombre rió y comenzó a bailar tan graciosamente que todos rieron, el estómago de la chica ardía de tanto reír. Y solo se preguntaba cuándo había sido la última vez que sonreía tanto.
—Lo amo —declaró frente a su madre logrando que esta solo la mirara con decepción.
—Debería matarte, pero tú sola lo harás al sentir como desperdicias todo tu entrenamiento por un hombre.
La princesa hizo algo que nunca había hecho, se enfrentó a su madre.
—No me importa el entrenamiento, se que él es la respuesta a todos mis problemas. Él me ayuda a ser mejor, me anima a lograr lo que quiero. Pero sobretodo, no me presiona para que sea lo que él quiere —espetó Diana furiosa —. Él estaba dispuesto a dejarme ir con tal de que yo sea feliz con mi familia, pero ustedes no son para nada mi familia. Porque aunque los humanos sean desastrosos y caóticos, muchos de ellos pueden formar una buena familia. Sí, tienen contratiempos, pero se encargan de solucionarlos.
Las lágrimas caían por las mejillas de la hermosa joven.
—Él es mi familia ahora, así que me iré y nunca más sabrás de mi. Sé que crees que soy débil, pero yo solo puedo asegurarte de que no lo soy, porque no solo estoy escogiendo a quien amo, sino que escojo vivir de la manera que quiero. Yo seré recordada, mi linaje será recordado. Recuérdalo, madre.
Con esto último, tocó su vientre pensando en el pequeño que ahora llevaba dentro de ella y se marchó.
Diana pudo ser feliz junto con los humanos, vivía con su esposo quien se encargaba de amarla cada día de su vida. La joven consiguió trabajar en algo que le gustaba y en lo que era buena. Y en cuanto al bebé que esperaba, descubrieron que era un niño.
Si bien la sangre de amazonas aún corría por sus venas, al este ser un varón, se debilitaba. Eso no causó que su madre lo quisiera menos, el pequeño que recibió el nombre de Roger, obtuvo el mejor entrenamiento. Se convirtió en uno de los mejores guerreros, su madre sin duda estaba orgullosa.
Años después de que vivieran una larga vida juntos, Steve murió, dejando a Diana al cuidado de su hijo y su nieta Denira. Aquella pequeña poseía la sangre de amazonas con mayor fuerza, aquella niña logró vencer a su padre en más de una ocasión luego de los largos entrenamientos que tuvo.
Denira se casó con hombre llamado Billy Roberts. Para este entonces Diana ya había fallecido, dejando solo el legado de que cada niño o niña que naciera en su familia sería entrenado. La mujer no perdía la fe que su legado dejaría marcas en la historia. Y así fue porque luego de años y años de prácticas incansables junto a tardes llenas de sudor. Peter Roberts, hijo de la amada nieta de la princesa Diana, logró convertirse en uno de los mejores, logrando así que incluso dos dioses posaran su mirada sobre él.
Peter se casó con Lori, quien amaba con locura al hombre que la apoya incondicionalmente a pesar de no poder darle los hijos que él quería. Años después de casados cuando estaban a punto de ir a adoptar a algún pequeño, Lynette llegó a sus vidas. Peter había sido elegido para proteger al más preciado tesoro de los dioses por su gran valentía y capacidad de defenderse, mientras que Lori había sido elegida para amar y criar a Lyentte por su gran capacidad de amar a los demás.
Aunque Lynette no llevaba por sus venas la sangre de Peter y Lori. Ella seguía siendo su hija y sin duda alguna, Diana estaba orgullosa de que su legado sería recordado sin duda alguna. Porque a pesar de que Lynette Roberts no era una Roberts de sangre, era hija de su bisnieto. Y sin duda alguna la pequeña diosa desterrada marcaría la historia, dejando el apellido de los Roberts en alto ante los dioses, porque luego que los años pasaran, Diana al fin pudo demostrarle a su madre que su elección fue buena. Lynette era la prueba de su promesa. La adoración de los dioses, la diosa desterrada, la reina de los dioses pertenecía a su linaje.
Así fue como la amazona pudo estar feliz de que su vida llena de amor tuvo frutos. La amazona que se enamoró del humano fueron necesarios para que aquella hermosa diosa pudiera estar protegida, y eso los dioses lo sabían muy bien. Por eso que la princesa guerrera Diana era recordada como el inicio de un linaje lleno de fortaleza, valentía y sobretodo poder.
ESTÁS LEYENDO
𝑬𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒏𝒈 ~ 𝐏.𝐉
FanfictionLynette Roberts, una chica de belleza y fuerza incomparables. Su origen divino, como hija de Ares y Afrodita, la ha convertido en una diosa desterrada que vive entre los mortales sin saberlo. Percy Jackson, un semidiós problemático y aventurero, se...