𝟎𝟏𝟏

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Cronos lo sabía, él conocía el poder de la diosa desterrada y su capacidad de poder destruirlo. No por nada la pequeña castaña se había convertido en el temor del gran titán del tiempo. La muestra del poder de la chica fue muy clara, ella pudo sacar a Luke de su control y Cronos esperaba que la joven muriera antes de que lo asesinara.

—¡Morirás! —espetó el titán lanzando sus garras contra la chica.

Lynette esquivó el ataque y con su vara golpeo la mano del titán logrando herirlo.

La mirada de la chica se posó en sus amigos, la batalla que lidiaban no estaba del todo a su favor, eran muchos enemigos para cuatro de ellos sin contar a Percy y a ella.

—Ve a ayudarlos —le dijo la chica a su amado —. Esto es algo familiar al parecer.

Percy negaba con su cabeza, no estaba dispuesto a dejar a su novia luchar sola contra el titán. Así que no dejó de luchar contra Cronos mientras le decía a Lynette que no la dejaría.

—Ve, muchacho —escuchó una voz tras él.

El hijo de Poseidón posó sus ojos en los tres dioses tras él.  Ahí estaban ellos: Ares, Afrodita y Eros. Listos para batallar contra el titán y ayudar a su hermana e hija.

—Quédate quieto —declaró la castaña a Cronos haciendo uso de su don.

Cuando este se quedó ligeramente quieto, la chica aprovechó para arremeter contra él, pero el titán logró salir del hechizo y la atacó haciéndola caer a metros de distancia.

—Te tengo —dijo una voz conocida para la joven, ayudándola a ponerse de pie.

Eros estaba frente a ella y su mirada se posó en sus padres, quienes no dudaron en atacar al titán.

—Volvamos a la batalla —anunció el chico tomando su arco y disparando a Cronos.

El titán tomó entre sus manos las flechas y las hizo polvo.

Lynette transformó su vara en una espada y se acercó a ayudar a su familia. Ares era golpeado por su padre, quien no perdía la oportunidad de hacer grandes cortes en el cuerpo de Afrodita. El icor inundaba el campo de batalla, Cronos estaba hiriendo gravemente a los dioses, incluso a la diosa desterrada que cada que lograba hacer un corte en el cuerpo del titán, recibía dos por parte de él.

La castaña no podía dejar de pensar en por qué los demás dioses no ayudaban.

Y como si su pregunta fuera respondida, un rayo de luz apareció frente a ella deslumbrando a Cronos, quien había estado a nada de desgarrar el cuello de la chica. Lynette sonrió, eso solo podía ser obra de Apolo.

Todo pasó de forma lenta y tortuosa. 

—¡Percy! —gritó la chica dejando de lado su espada y corriendo donde su amado.

El hijo del mar había sido atravesado por la cola de uno de los monstruos, directo en el corazón, acabando con su vida de inmediato.

Los llamados de los demás no servían, Lynette no escuchaba nada, todo a su alrededor desaparecía y la imagen de su amado entre sus brazos cubierto de sangre la destrozaba. 

—¡No! —gritó mirando al cielo.

Nadie hizo nada por intentar salvarlo, ni su propio padre. Poseidón había dejado a su hijo morir sin mover un solo dedo.

Una mirada llena de dolor y maldad se posó en Cronos. Lynette sabía que sus bestias habían causado todo ese daño y ella haría que pagara. Grover a unos pasos de ella fue atravesado por una espada en un movimiento certero, más lágrimas caían de los ojos de la joven y ahora se acercaba a paso enfadado a tomar su espada. Uno a uno de sus amigos fue cayendo, siendo la última su hermana.

𝑬𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒏𝒈 ~ 𝐏.𝐉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora