Lynette
—¿Mamá? ¿Papá? —pregunté entrando a la casa.
No había nadie, había vuelto de la casa de Percy y mis padres no estaban en casa. La noche ya estaba cayendo y el frío se hacía presente, pensé en que se habrían ido a dar un paseo por la ciudad así que entré a la casa y dejé una funda con pequeñas compras que había hecho antes de venir. Un grito desgarrador hizo que dejara todo y corriera en busca del sonido.
—¡MAMÁ! ¡PAPÁ! —grité, sabía que el grito que escuché debía ser de mi madre. Casi nadie viene a estos lugares, somos la única casa de por aquí.
Corrí lo más que pude, hice que mi pulsera se trasformara en una vara, estaba lista para atacar sea lo que sea. Seguía adentrándome en el bosque hasta que otro grito más llamó mi atención y al llegar vi la escena más desgarradora de mi vida.
—¡NO! —grité con lágrimas en los ojos.
Mi padre estaba siendo atravesado por una bestia con cola de escorpión, su cabeza cayó hacia atrás mirándome, pero la vida había escapado de sus ojos. El cuerpo ensangrentado de mi madre yacía unos metros del animal. El monstruo me vió y rugió fuertemente tirando el cuerpo de mi padre lejos como si de una basura se tratara. Vi la espada de mi padre en el piso y la lanza de mi madre a pocos pasos de distancia. Ellos lucharon por su vida hasta morir.
—Me las pagarás —dije apretando mi arma con furia y dolor.
Me acerqué a la bestia y con mi bastón le di un golpe en la cabeza dejándolo aturdido. Utilicé mis poderes haciendo que el monstruo quedara bajo mi mando.
—Quédate quieto —susurré mirando a los ojos de la bestia.
Tal y como lo esperaba, mi don hizo efecto en él, pero me sentía un poco cansada. No sabía si era por el dolor y la perdida, pero no me importaba. En este momento solo pensaba en matar al alacrán. Mis golpes se convirtieron en fuertes estocadas en todo el cuerpo de la bestia.
Sangre brotaba del animal, pero no me detendría. Daba saltos por todos lados tratando de lastimarlo lo más que podía, quería que sufra como yo lo estaba haciendo, quería que sufra como mis padres lo hicieron antes de morir. Ya cansada de escuchar los gritos de la bestia y el dolor en mis músculos por el esfuerzo, tomé la espada de mi padre y corté la cabeza del animal.
—Mamá, papá —exclamé entre sollozos acercándome al cuerpo de mis padres.
Moví los castaños cabellos de mi madre y solo pude ver su ensangrentado rostro sin vida. Mi padre estaba en la misma condición. Alcé me cabeza y creí ver el rostro de Chris Rodríguez entre los árboles, dando una última mirada al panorama antes de escapar rápidamente por el bosque. Volví mi atención a mis padres y grité, mis rodillas tocaron el piso y me dejé llevar por el dolor. Grité tan fuerte que hasta en el olimpo me escucharon porque un rayo cruzó por los cielos, pero no pude ver que seguía. Caí en una nube de cansancio y dolor que hizo que mis ojos se cerraran rápidamente.
—Te tengo, hermanita —escuché una voz a la lejos mientras sentía como mi cuerpo era cargado por mi hermano Eros.
Percy
Había pasado un tiempo desde que Lynette se había ido y yo no recibía noticias suyas. Mi novia quedó en llamarme apenas llegará a casa para asegurarme de que llegó sana a su hogar, pero no había recibido ni una llamada y ya habían pasado tres horas.
—Percy —me llamó mi madre con voz temblorosa y asustada.
—¿Qué sucede, mamá? —pregunté saliendo de mi habitación casi corriendo.
La televisión estaba encendida y una noticia muy impactante que hizo que mi corazón latiera rápidamente se reproducía.
—Asesinato a las afueras de la ciudad, el muy reconocido abogado Peter Roberts junto a su esposa, la condecorada empresaria Lori Roberts aparecieron muertos a unos metros de su morada —anunció la reportera mientras las imágenes de un avión sobrevolando mientras los oficiales cubrían los cadáveres.
No, no, no, esto no puede ser real. Lynette no puede estar muerta.
—Lynette Roberts, la joven de diecisiete años se encuentra desaparecida, se presume que la joven podría estar muerta al igual que sus padres. Su cuerpo está siendo buscado por las autoridades.
—¡NO! —grité fuertemente mientras mi madre me abrazaba —. Ella no puede estar muerta, ¡ELLA NO MURIÓ!
Me negaba a creer que mi linda Ly se fue de mi lado.
—Ella es fuerte mamá, los dioses la protegen —comenté entre lágrimas —. Ella está viva.
—Lo siento, Percy. —Mi madre me abrazaba fuertemente mientras ella también sollozaba.
Sabía que los Roberts eran sus amigos y ella amaba a Lynette.
—Tengo que ir a buscarla —comenté —, debo ir al olimpo en busca de respuestas.
Mi madre secó mis lágrimas delicadamente mientras las suyas seguían cayendo.
—Lamento que perdieras a tus amigos —dije ahora yo secando sus lágrimas —. No te preocupes, mamá. Encontraré a Lynette y le preguntaré que es lo que ocurrió. La mantendré a salvo, no te preocupes. Volveré.
Con eso último dejé un beso en la frente de mi madre y con una maleta llena de cosas necesarias emprendí camino hacia el olimpo en busca de respuestas, con el corazón en la mano y la esperanza de que mi bella chica de ojos azules y cabello castaño estuviera con vida.
Por primera vez en mucho tiempo lo único que podía hacer era pedirle a los dioses que la hayan protegido, les pedía que esté viva y que pudiera encontrarme con el amor de mi vida.
¡Primer capítulo del primer acto! Me duele la muerte de Peter y Lori, pero era necesaria. Espero que les haya gustado el capítulo.
Con amor,
Ivy.
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𝑬𝒗𝒆𝒓𝒍𝒂𝒔𝒕𝒊𝒏𝒈 ~ 𝐏.𝐉
FanfictionLynette Roberts, una chica de belleza y fuerza incomparables. Su origen divino, como hija de Ares y Afrodita, la ha convertido en una diosa desterrada que vive entre los mortales sin saberlo. Percy Jackson, un semidiós problemático y aventurero, se...