A Emilio no le dio tiempo ni a pestañear antes de que Joaquín, nada más entrar por la puerta, se fuera pitando a su cuarto a quitarse los pantalones. Sonrió. El carácter dócil de su novio hacía que su roles fueran mucho más fáciles de asumir, pero cuando la vida social de este se desiquilibraba un poco, sacaba una actitud arrogante e impaciente (en el mal sentido, un sumiso alimentado de anticipación siempre es deseable), y esa actitud situaba su relación en una situación de tira y afloja, estando a punto de cruzar la raya que separaba al Dominante del sumiso. Por suerte, su vida se estaba establizando un poco, y se estaba volviendo a amansar poco a poco. Emilio se sentó en el sillón, cogiendo su libro de la mesilla. Al poco rato, un semidesnudo Joaquín apareció.
-¿Puedo sentarme? – preguntó, suavemente, señalando el regazo de su Amo. Este asintió, enderezándose en el sillón para que puidera sentarse cómodamente.
-Hoy estás más sumiso –comentó mientras él se subía sobre su regazo y le abrazaba, dejando reposar su desnudo trasero en sus piernas.
-Mh –murmuró Joaquin como respuesta. Emilio prosiguió.
-Me sorprendió mucho que te interesará por el roleplay. Harry y Louis nos dieron un buen espectáculo, ¿verdad?
-¿Suelen hacer eso mucho? – Joaquín hundió la cabeza en su cuello, dejando que sus brazos le rodearan la cintura.
-Bueno, en parte es que somos amigos cercanos. Pero antes lo hacíamos mucho, Harry y yo. Jugar con audiencia. Es una experiencia diferente.
-¿Jugaban juntos? –preguntó Joaquín, sorprendido. Emilio rió.
-No, no. Osea, si jugabamos juntos, pero cada uno con nuestro sumiso. Harry y yo nunca tuvimos esa clase de relación. Mi etapa de exploración abajo ya habia terminado cuando le conocí. Además, nos debían una porque yo te presté.
-Prestarme... –-murmuró para sí mismo Joaquín.
-¿Nunca te he contado lo de la posesión? – Emilio se sorprendió de su propia negligencia –. Tú eres mio, porque somos pareja y jugamos juntos y todo eso. Es decir, yo puedo poner una serie de reglas sobre a quien puedes darle afectividad y sexo y viceversa. Entonces, cuando dejo que jueges con alguien que no sea yo, se dice que te "presto" o te "cedo". De todas maneras, tu Dominante soy yo y será conmigo con quien tengas tu aftercare, a menos que quieras que sea con el otro Dominante.
-Mh –fue de nuevo la respuesta de Joaquín.
-Amor mio, no quiero presionarte, pero hay algo que me lleva preocupando un tiempo... –empezó Emilio, tanteando el terreno, dudoso –. ¿Qué paso en tus años de instituto? ¿Por qué Azul es tan territorial contigo? No me lo cuentes si no quieres -se apresuró a aclarar. Joaquín sonrió amargamente.
-En mis años de instituto... Yo estaba muy confundido. Mi vida era un lio en el instituto. Bueno, mi vida fue un lio hasta que te conocí. Yo era bastante tímido y malhumorado, y la gente se empezaba a oler que me gustaban los chicos. Una pandilla se esmeró conmigo. Solían intimidarme en baño, y a veces pegarme una paliza, porque yo no me defendía ni se lo contaba a los profesores. Y, un día, me pillaron en el baño y me obligaron a ponerme una falda. Se pusieron a darme nalgadas y a tocarme el culo, y luego me dieron una paliza. Me rompieron dos costillas y me dislocaron la muñeca. No volvieron a pegarme, pero me empezaron a llamar zorra, tratándome como si fuera una chica, y me obligaban a llamarles oppa.
-¿Es por eso que te gusta tan poco que te traten como una chica?
-Sí. Fue una época muy dura. Pero Azul estuvo ahí. Supongo que desarrolló un sentido de madre o hermana mayor. Me cuidaba despues de las palizas, y se ponía muy triste cuando me insultaban.
-Ya veo. –La mano de Emilio le acarició el pelo con ternura –. Gracias por contármelo, cariño.
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Sugar Master || Emiliaco
FanfictionJoaquin Bondoni no resaltaba mucho. La gente que no era cercana a él solo sabían que era un chico pálido callado, un poco cascarrabias y apenas entraba a los veinticuatro. Sus amigos sabían que era fanáticos de los gatos, pansexual y que tenía un no...