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-No me gusta el señor Osorio.

-Ya lo sé -contestó Joaquín, arreglándose un poco el pelo con las manos, usando su móvil de espejo -, pero es a mí a quien le tiene que gustar.

-He visto como te mira, y como te...
-Azul, bajó la voz, avergonzada -. Como te toca, y como te besa. Como si fueras su propiedad.

-Yo no lo veo de esa manera. Y además, te recuerdo que le quiero.

-No, no le quieres. Eres emocionalmente dependiente de él, que es diferente. -la holgada y simple camiseta de ella, blanca, de cuello barco, se escurrió, dejando ver su hombro. Sus ojos estaban sospechosamente brillantes, como si estuviera a punto de llorar -. Llevo bastante tiempo pensándolo. Te está manipulando. Tú antes no eras así.
Joaquín, tú me conoces. Soy tu mejor amiga desde el instituto. He estado contigo en las buenas y en las malas. Solo quiero lo mejor para ti. Y ese hombre no lo es, o al menos eso creo. Lo último que quiero es hacerte daño, pero... no creo que eso sea bueno para ti. Estoy preocupada, Joaco.

-Siempre le has odiado - contestó Joaquín. Sabía que Azul solo estaba siendo sincera. Parecía muy triste, y verdaderamente parecía que llevaba mucho tiempo pensando en decírselo -. ¿Sabes lo que me parece a mí? Que no te gusta la diferencia de edad y quieres quedar mejor presentándome con alguien de mi edad en lugar de con Emilio.

-No, Joaquin. La diferencia de edad es lo de menos. Estás en una relación tóxica, y ni siquiera tú lo sabes. ¿A que le has tenido que pedirle permiso para quedarte a dormir aquí?

-Hombre, es mi novio. Tal vez le parece mal que duerma con un género al que puedo estar atraído.

-Te trata como si fuera tu jefe, o tu padre, que es más asqueroso -negó con la cabeza -. Y no quiero que te pase nada, o que ese hombre te persiga, o que te amenace si quieres cortar y solo... No sé, me parece que es peligroso. ¿Verdad que es autoritario contigo?

"No te he preguntado qué hacías. Te he dicho que vengas."

-¿Y que se pone meloso contigo cuando quiere sexo, o algo de ti?

"Solo un toqueteo rápido. ¿No quieres divertirte un rato? ¿Mh?"

-¿Y has visto cómo ha tratado a Ale solo por ser cariñosa contigo? A mi me parece que tú no eres feliz con él. Eres más antipático, menos dulce... no sé, me preocupa. Y su literatura erótica simplemente es perturbadora. Está llena de perversiones, y juguetes sexuales... y me refiero, yo no estoy en contra de usar juguetes sexuales en una relación, pero cuando describe tan detalladamente a un chico tan parecido a ti, siendo abusado por varios hombres a la vez.. me da la impresión de que es un pervertido, y te está manipulando para que creas que le quieres, o que nadie más te va a querer aparte de él. Una relación es dar y recibir, ¿Verdad que a ti no te pide permiso para todo? ¿Qué le das tú? iY tú te regalas a ti mismo! ¡Entero para él! ¿Y qué te da él? -Joaquín dudó unos instantes.

-¿Cariño? -Azul negó con la cabeza.

-Ese cariño es falso. Es únicamente para que te sientas lo suficientemente cómodo como para no darte cuenta de su plan. Yo lo noto. Yo noto como le miras como si fuera la única persona que te fuera a querer nunca, agarrándote a él aunque duela, y él aprovechándose de tu cuerpo, con toqueteos en cualquier parte, y una mirada arrogante a cualquiera que se atreva a rozarte, como si fueras suyo y solo suyo... Me dan ganas de vomitar al ver su actitud. Y tambien me asusta pensar en que puede convertirse en un problema serio y puede empezar a portarse mal contigo, o cualquier cosa. Estas cosas hay que cortarlas de raiz. Confía en mi, Joaquín. Soy tu mejor amiga. -Joaquín asintió, mirando al suelo unos instantes.

Cierto era que Emilio era autoritario, y que tenía que pedirle permiso para todo. Pero, de alguna manera, siempre había sentido que su cariño y sus mimos eran auténticos. Se sentía estúpido por pensar que se querían.

-Entonces, ¿todo lo que siento...? - Se arrebujó en el jersey de Emilio. Su olor, que antes consideraba reconfortante, ahora le entristecía - ¿Todo esto...? ¿Es falso? ¿Todos los besos...? -Miró a Azul, con lágrimas en los ojos y la voz rota -. ¿Todas las cucharitas...? ¿Fueron puro teatro? ¿Dime, Azul? ¿Todo nuestra relación, fue solo sexo? ¿Todos mis sentimientos fueron solo... Síndrome de Estocolmo? -Azul sonrió con amargura y le abrazó.

-Si. Todo eso, Joaquin, solo te hace daño. Él te hace daño. Él no te quiere. Pero no te preocupes, Joaquín. Yo siempre estaré aquí por ti. Siempre.

[....]

Joaquín entró por la puerta, cerrando después de él. Emilio estaba sentado en el sofá, tranquilamente, con un té en la mesa y un libro en la mano.

-Hombre, por fin llegas. ¿Qué tal te lo has pasado? -Se levantó a recibirle, marcando el libro y dejándolo sobre el sillón. Le rodeó la cintura con sus brazos, aproximando sus labios para besarle, pero Joaquín se apartó, rechazándolo.

-Me voy a la ducha-murmuró. Algo confundido, Emilio rió y le abrazó por detrás, impidiéndole ir al baño.

-¿Y esa frialdad? Te he echado de menos, ¿sabes? Podrías al menos darme un beso, ¿no?-Hundió la cabeza en su cuello, dejando un beso húmedo sobre su clavícula. Joaquin cerró los ojos. Por un segundo, se relajó al roce de Emilio, pero rápidamente despertó, y se apartó de nuevo, tal vez con demasiada brusquedad y sin siquiera mirarle, y siguió andando.

-Me voy a la ducha-repitió. Emilio le agarró la muñeca.

-Joaquin, ¿estás enfadado? -preguntó suavemente, pero visiblemente preocupado. Joaquín se soltó del agarre. Era todo falso. Estaba intentando engañarle, manipularle.

-Déjame en paz. -Le miró a los ojos, desafiante -. Deja de manipularme para que te quiera y puedas seguir usando mi cuerpo. No soy tu juguete. - Sentía como las palabras de Azul salían de su boca tal y como habían entrado. Todo era mentira.

-¿Manipularte...?¿Usar tu cuer...? ¿Juguete? ¿De qué estás hablando, Joaquín?

-¡Tú no me quieres! iNo haces más que jugar al tira y afloja conmigo para ver cuanto puedes sacar! ¡Siempre me fuerzas a hacer cosas que no quiero, y estoy demasiado asustado como para decir que no! ¡E intentas convencerme de que nadie más me querrá, para que así me acueste contigo y puedas probar todas tus perversiones con mi cuerpo! ¡No te quiero! ¡Déjame en paz! ¡Eres un pervertido! ¡Te odio!

-Joaquín, no digas cosas que no piensas, ¿eh? - Emilio estaba mirándole, asustado. Pero Joaquín siguió gritando. Era todo falso. Estaba siendo engañado. Emilio podía hacerle daño en cualquier momento. Era más grande y mas fuerte que él. Eso antes le daba seguridad, como si él pudiera protegerle del mundo, pero ahora veía esa protección como un muro para aislarle, y un arma que podía usar contra él.

-¡Te odio! ¡Ojalá nunca te hubiera conocido! - gritó, desgarrando su garganta mientras lo hacía. Emilio permaneció mirándole a los ojos unos se
gundos más, con sus pupilas temblando. Finalmente, miró al suelo. Sus hombros empezaron a temblar, pero Joaquín no sabía si estaba riendo o llorando.

 Sus hombros empezaron a temblar, pero Joaquín no sabía si estaba riendo o llorando

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•Me dueleee todo lo que le dijo Joaquín a Emilio.

•¿Estamos de acuerdo que azul es fastidiosa?

Bri_farfan

Sugar Master || EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora