—¡Marchando esos desayunos!—canturreaba el señor Kwang haciendo malabares con una infinidad de platos, tazas y vasos.—Dos sándwich para los señores.
Aparcó los mencionados frente a Joon y Hobi.
—...dos de tostadas con mermelada y mantequilla.
Esta vez maniobró frente a Yoongi y Jin.
—...un bocadillo mixto para el caballero.
Este fue depositado frente a Jungkook. El señor Kwang chasqueó los dedos y dos camareros se abrieron paso a su espalda con tazas y vasos llenos de zumos y cafés.
—...los refrigerios. Y...—en última instancia, dejó frente a Taehyung un pequeño bol con cacahuetes. Después, justo al lado, dejó un platillo metálico con un papelito trabado. La cuenta.—Los cacahuetes del caballero. ¡Disfruten, mis queridos muchachos!
Un guiño rápido y se marchó entre sonrisas y agradecimientos de los chicos.
Taehyung miró fijamente el infame papelito en el recipiente metálico y cual ave rapaz lo atrapó para analizarlo. Jimin rodó los ojos, allá vamos.
—La madre que lo parió.—farfullaba el castaño ante la atónita mirada del grupo. Colocó la cuenta abruptamente frente a las narices de Jimin, santo Jimin, que paciencia...—¡Mira! Me los ha cobrado el vejestorio.
—Ya, ya...
—Que poca vergüenza. Y encima caros. ¡Ya puede haberlos sacado de una planta que caga oro!
Los recién llegados aún lo miraban con mezcladas expresiones de extrañeza.
—¿Que te ha cobrado, Taehyungie?
Los ojos del nombrado se anclaron en Namjoon.
—Los cacahuetes del demonio.
—Pero...—Joon se rascó tímidamente la frente —Si no querías que te los cobrase, ¿Para que los pides?
El Taehyung ofendido, un verdadero señor de la guerra, abrió la boca con toda la intención de explicar la infame tacañería del señor Kwang pero Jimin –bendito Jimin– le cubrió suavemente la boca acariciando su brazo con la mano que tenía libre.
—¿Que tal si lo dejamos estar, eh?
Taehyung puso cara de fastidio pero finalmente claudicó, dando por sentado que su batalla contra el señor Kwang no podía acabar en victoria para él. Eventualmente, la mesa quedó sumida en un extraño silencio.
La incomodidad seguía ahí latente, porque nadie sabía realmente que hacían allí.
Se suponía que aquella escapada era de a dos y sin comerlo ni beberlo se les habían acoplado cinco de sus mejores amigos y sin embargo, ahora, sentados todos en aquel café, se sentían como completos extraños. La tensión fue tanta, que Jimin quiso escapar un instante.
—Voy al baño.
—Voy contigo.—saltó Taehyung, poniéndose en pie.
Yoongi arrugó el gesto con desconcierto.
—¿Al baño?—cuestionó.
—Ajá… Es que lo hacemos todo juntos, ya sabes. Cosas de almas gemelas.—excusó rápidamente Jimin, mientras se tambaleaba entre el banco y la mesa precipitándose lejos de aquel lugar con Taehyung.
Cuando finalmente llegaron al baño, se encerraron en uno de los cubículos y se apoyaron cada uno en una pared del reducido espacio. Sentir el frío de la baldosa en la nuca fue una -mínima, minúscula- ayuda.
Jimin fue el primero en hablar.
—¿Y ahora qué hacemos?
—Y yo que sé…—suspiró, la cabeza alzada al techo y los ojos cerrados.
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NEVERMIND ♠️Kookmin♠️
Fanfiction❝Donde finalmente, Jimin asume que debe dar un paso atrás.❞ Jungkook se pasa la vida ignorando y menospreciando a Jimin, aunque el pequeño rubio haga su mejor esfuerzo por agradarle. Gasta todos sus cartuchos y los vuelve a recargar, todo por el car...