4. Cita

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La tarde siguiente Jimin no se esperaba que Jungkook fuese a entrar en su cuarto exclamando, más bien ordenando un, "levanta, vamos a dar una vuelta". Pero Jimin no era de dar excesivas vueltas a las cosas, menos aún si se trataba de su Jungkookie, así que ni se le pasó por la cabeza que pudiese haber una mala intención detrás. Antes de darse cuenta ya estaba subido en la furgoneta junto con el menor.

—¿A dónde vamos, Kook?

—A la tienda de música.—respondió secamente, sorprendiendo al rubio.

—Pero... Si justo ayer fui con Suga Hyung.

—Ya. Y si llegáis a habérmelo dicho ya tendría mi amplificador.

Jimin guardó silencio ante el deje cortante de su voz, sintiéndose de inmediato culpable por no haberle ofrecido acompañarlos. El resto del camino transcurrió silencioso e imitó al menor sacando su móvil mientras el vehículo circulaba. Cuando llegaron a la tienda, Jimin se dedicó a seguir al dependiente y a Jungkook mientras este barajaba las distintas opciones.

Total, ya había recorrido la tienda al completo ayer.

Al final salieron de allí con un modelo nuevo que Jungkook guardó en el maletero.

—¿Volvemos ya?—preguntó el pequeño, metiendo las manos a sus bolsillos.

—No. Vamos a cenar.—cerró bruscamente el maletero y le indicó a Jimin que subiera.

—Oh... Vale.

Una vez se encontraron en los asientos traseros y Jungkook indicó al conductor la dirección, volvieron a quedar callados. Sinceramente, Jimin se preguntaba por qué su amigo se empeñaba en que le acompañase a ninguna parte si a duras penas le dirigía la palabra.

Ni en sus sueños más locos imaginaba la verdadera razón.

Jungkook estaba picado. Dejarlo de lado era una mala idea y eso es lo que sintió el día anterior. Y si plagiar la salida de ayer con Yoongi era una forma de reafirmar su autoridad sobre el pequeño, en fin. Nadie tenía por qué saberlo. A Jungkook no le dirigía la razón, únicamente esa bola pesada y caliente que le atravesaba la garganta cuando sintió que su jodida sombra lo había hecho a un lado.

Le echó un vistazo, allí sentado a su izquierda. Tal vez había sido demasiado grosero y Jimin se había cansado. Debía aflojar un poco.

Carraspeó.

—¿Dónde quieres comer?

Jimin lo miró desconcertado.

—Acabas de darle la dirección.—señaló al chófer con una sonrisa perdida.

—Bueno, pero podemos ir a otro restaurante si tú quieres.

—Tranquilo, por mí está bien. Me gusta ese sitio.

—Bien.—claudicó Jungkook, regresando la vista al frente. Un pensamiento se le vino encima y volvió a mirarle.—¿Estás mejor por lo del otro día? Ya sabes, lo de twitter.—agregó al ver que Jimin no comprendía.

El chico se tensó un instante antes de obligarse a relajarse. Sonrió con sospechoso entusiasmo.

—Si, si. Ya estoy bien. Procuro que no me afecten esas cosas.

Jungkook asintió a pesar de ver su labio temblar.

—Eso está bien.—dijo.—Si en algún momento se te sale de control y te afecta, sabes que puedes hablar con nosotros... Conmigo.

La felicidad regresó en continuas ráfagas hacia Jimin, calentando su pecho y otorgando de nuevo brillo a sus ojos. Adoraba a su compañero en todos los momentos y lugares, pero si debía escoger uno concreto donde lo hiciese de más, sería allí. En aquel sitio al azar, preocupándose por él.

NEVERMIND ♠️Kookmin♠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora