29. Equipo Yoon-tae-min

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El pasillo se encontraba vacío

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El pasillo se encontraba vacío.

Ni un solo ruido o movimiento hacia sospechar que hubiese alguien presente.

Jimin asomó medio cuerpo, oteando el lugar en busca del mas mínimo indicio de una presencia. Tras eternos segundos confirmó que no había moros en la costa. Aun cauteloso, asomó el cuerpo completo al pasillo.

Era un maldito pasillo, no podía ser tan dificil cruzarlo sin ser visto, ¿Verdad?

Lo hizo. A pasos cortos y rápidos, tratando de ser lo mas silencioso posible. Cuando estaba por llegar al final y alcanzar por fin la ansiada puerta del baño, se oyó un carraspeo a su espalda.

Una gota de sudor frío se deslizó por su columna.

—¿Huyes de alguien?

El rubio suspiró con cansancio y con la misma actitud, se dio la vuelta para encarar a su peor pesadilla.

—Jungkook.—saludó.

—Jimin.— este correspondió.—¿Por que huyes?

El otro lo miró con mala cara.

—No tendría que huir si no te encontrase en cada esquina.—exclamó.—¿Qué te ha dado ahora con seguirme a todos lados?

Jungkook se encogió de hombros, como si el tema no fuese con él.

—No te sigo a todos lados. Será la suerte que quiere que nos encontremos.

—¡Venga ya! No me tomes el pelo.

Kook entrecerró los ojos acusadoramente.

—Tal vez no tendría que perseguirte si no llevases evitándose desde que volvimos de Daegu.

Jimin se puso rojo. Touché. Eso era un hecho que no podía negar.

Desde que se despertó esa mañana con Jungkook dormido a su lado y los recuerdos de la noche lo avasallaron, había empleado como arma defensiva la técnica del escapismo. Había huído como una rata a la ducha esa mañana y abandonó la habitación sin despertar a Jungkook.

Los dos días que permanecieron en Daegu se mantuvo lejos, a pesar de la insistencia del Maknae por acercarse para poder hablar y las pocas veces que había conseguido acorralarle, este había encontrado un momento y una excusa para echar a correr.

Jungkook se había cansado de sus jueguecitos. Así que ahora, se dedicaba a perseguirle día y noche. Los patéticos intentos de ocultarse del patoso Jimin le harían gracia si no le irritasen tanto.

—Jimin, tenemos que hablar. Esta vez de verdad.—exigió.

—Ahora no es un buen momento, cualquiera puede oirnos y tenemos que salir en unos minutos.

Estaban en medio de las premiaciones de los MAMAs. Jimin tenía un punto, o lo tendría, de no llevar días buscando excusas bastante menos creíbles que esa para evitar hablar con él. El castaño respiró hondo, armándose de paciencia y echándole un visazo asintió, permitiéndole por fin entrar al baño.

NEVERMIND ♠️Kookmin♠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora