El plan saldría bien.
Jungkook estaba seguro de sus posibilidades. Bueno, seguro no, pero tenía buenos números.
Sabía que la situación estaba complicada. Era lento, pero con tiempo acababa dándose cuenta de todo. Le hicieron falta dos meses para ver que la situación con Jimin no iba arreglarse mágicamente sola. Pero oye, mejor tarde que nunca. Si quería resultados tendría que trabajar. Como en el fútbol, pensaba.
¿Qué hace el entrenador cuando el equipo no rinde? Se arremanga y pone las cosas en su sitio. Bien, él era el entrenador y ya se había arremangado. Miró a Jimin, sentado tranquilamente en el sofá con el móvil.
Respiró profundo, dispuesto a echarle huevos.
Se levantó, con su plan A en la mano. Porque sí, tenía una lista. Y no, no era mental. Había escrito con papel y boli todos los pasos y posibles escenarios. A él le gustaba el éxito. Jimin estaba revisando su cuenta de Instagram tan tranquilo. Nada raro, todos estaban en las redes de una u otra forma, ocultos bajo alias, claro. Eran idols, pero no prehistóricos. Tal era su paz mental que no reparó en la sombra cerniéndose lentamente sobre él hasta que la tuvo encima.
Alzó los ojos. En cuanto hizo contacto visual, Jungkook llevó bruscamente la mano hacia delante, asustándolo.
Se pegó al respaldo del sofá.
—¿Quieres?
Jimin lo miraba fijamente a los ojos. ¿Qué si quería qué? Se encargó de reflejar la incógnita en su expresión ante lo cual, Jungkook agitó la mano frente a él.
El rubio bajó la vista. ¿Un bocadillo?
—Ehh...—alternó la vista entre el bocadillo y la cara de Jungkook.—No, muchas gracias.
—Es de mortadela.—insistió el menor, volviendo a agitarlo hasta ponerlo frente a los labios de Jimin.
No había llegado a ser el Maknae de oro rindiéndose tan fácil.
—No, de verdad que gracias Jungkook. Pero ya he merendado.
Los fusibles se fundieron en su cabeza. ¿Merendado? ¿Cuándo había merendado? ¿Cómo es que no había entrado aquel dato en la base de datos de su maravilloso plan?
—¿Cuándo? No te he visto.
Jimin mantuvo su expresión anonadada. ¿Desde cuándo le importaba a Jungkook si merendaba?
—Yoongi Hyung ha venido antes con churros.
—¡¿Churros?!
—Si. Con chocolate.—contestó simplemente.
¿Por qué se veía ofendido por la palabra churros? Jungkook se puso rojo, parecía al borde de explotar de rabia. Jimin presenció como respiraba profundamente, retiraba el bocadillo y volvía a su asiento. Vale, eso había sido raro.
Después de unos instantes decidió olvidarlo y seguir con su Instagram. Había dejado un meme de perros a medio leer.
En segundos olvidó que Jungkook estaba enfrente, ajeno a la mirada fija y carente de pestañeo que le dedicaba. Jungkook procuró mantener la calma. Vale, el plan A había fracasado. Un fallo de cálculo no haber vigilado si Jimin comía o no. Anotado. Pero tenía una lista, las listas eran infalibles.
¿Cuál era el plan B? Jungkook sonrió, recuperando la confianza. Evocó su lista y volvió a levantarse.
Esta vez Jimin si se lo vio venir. Difícilmente podía ignorar el ruido de pisadas de elefante en la misma sala. Esperó a que Jungkook llegase frente a él y preguntó.
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NEVERMIND ♠️Kookmin♠️
Fanfiction❝Donde finalmente, Jimin asume que debe dar un paso atrás.❞ Jungkook se pasa la vida ignorando y menospreciando a Jimin, aunque el pequeño rubio haga su mejor esfuerzo por agradarle. Gasta todos sus cartuchos y los vuelve a recargar, todo por el car...