❝Donde finalmente, Jimin asume que debe dar un paso atrás.❞
Jungkook se pasa la vida ignorando y menospreciando a Jimin, aunque el pequeño rubio haga su mejor esfuerzo por agradarle. Gasta todos sus cartuchos y los vuelve a recargar, todo por el car...
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—¿Tú crees que se ha dado un golpe?
Jungkook, quien había estado revoloteando entre sartenes, platos y cubiertos, en ese preciso instante servía huevos en un plato. Namjoon y Jin miraban muy quietos desde lejos.
El primero respondió.
—Quisiera decir que no pero tiene toda la pinta.—cuando vieron como el castaño corría a atender los panes que el pitido de la tostadora acababa de anunciar, estaban listos, Namjoon se llevó una mano a la cabeza.—Joder, se ha tenido que caer del segundo piso, no me jodas.
Jin asintió, distraído.
—O del tejado.—musitó.—Si parece la puta Martha Stewart.
—Solo le falta el delantal.
De un respingo, se giraron azorados hacia la voz grave a sus espaldas. Yoongi les miraba de brazos cruzados aunque una chispa divertida brillaba en su expresión.
Jin aun sentía los latidos acelerados a través de la mano que cubría parte de su pecho.
—¿Quieres matarnos?
—En absoluto.—desechó.—Aunque no siento demasiado aprecio por la gente que no respeta la privacidad.—los dos metiches intercambiaron una mirada.—¿Se puede saber por qué espiáis a Jungkook?
—¿Quién no lo haría?—se defendió Jin.—¡Mira! Está cocinando. ¡Cocinando! Como si fuera un puto máster chef.
Yoon se vio arrastrado por la pechera, hasta que pudo asomarse a través del arco tras el que se habían estado escondiendo y echar un ojo a Jungkook. Parpadeó con las cejas bien arriba.
El castaño danzaba de un lado al otro de la cocina preparando un buen desayuno, Yoongi esperaba que para todos los miembros. En parte porque tenía hambre y en parte porque si ese troglodita planeaba meterse entre pecho y espalda esa cantidad ingente de comida, tendrían que hospitalizarle.
Hizo un puchero viendo que el menú tenía buena pinta.
—Y el otro día me pidió que le hiciese un bocadillo de atún porque no sabía abrir la lata, el muy piojoso.—se quejó entre dientes.
Hubo un silencio entre los espectadores a los que Jungkook permanecía ajeno.
Namjoon habló, de nuevo, preocupado.
—Creemos que se ha caído de algún sitio. Esto no es normal.
—No digas estupideces. ¿De dónde se va a haber caído?
—¡Pues explica tú esto, entonces!
Yoongi pensó un momento. Sus ojos regresaron de manera furtiva a Jungkook.
—Lo mismo le ha dado un aire mientras dormía.
—¿A quién le ha dado un aire?
El grupo se giró con el susto en el cuerpo y fulminaron a Taehyung quien no comprendía la hostilidad repentina contra su persona.
