XI

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CAPÍTULO 11

Louis

Había sido consciente del impacto que mis palabras tuvieron en Harry, porque también lo tuvieron en mí. Y no, para nada me arrepentía de ellas, había sido sincero con él. Quizá más pronto de lo que había pensado en decirlas, pero el alcohol había estado tomando partida luego de la segunda botella, y me había dado el coraje necesario.

En cuanto Harry atendió esa llamada pude notar cómo se tensaba, sabía que alguien de su familia llamaba, y es que no podía conocer tanto de una persona con tan poco tiempo de conocernos, pero así era, sentía que conocía a Harry mejor de lo que incluso me conocía a mí mismo, y me gustaba esa sensación.

Me gustaba y me asustaba a partes iguales tener este tipo de conexión con Harry.

Comenzaba a sentir la necesidad de estar a su lado y sinceramente no sabía de dónde provenía todo aquel desborde de emociones.

Harry me parecía atractivo, ¡mierda, sí que me gustaba!, Stan lo sospechaba, pero yo aún no podía decirlo, no tenía el poder para admitirlo ante nadie más, no todavía. Si bien mi sexualidad no era algo que estaba definido, aún no me acostumbraba a la idea de que fuera precisamente Harry quien ocupara tanto espacio en mi mente. Me habían gustado chicas, había salido con ellas, había tenido relaciones con algunas de ellas sin llegar a comprometernos en nada; sin embargo, había sido Harry el primer chico en el que me perdía. Y eso era genial, solo no quería arruinar las cosas con él si es que Harry no sentía hacia mí lo mismo que yo hacia él.

Había llegado a casa luego de haber dejado a Stan y a su novia en la casa de esta, con un previo aviso sobre no querer convertirme en tío a tan temprana edad. Mis papás ya dormían, solo habían dejado la luz del pasillo prendida — que apagué en cuanto pasé por al lado del interruptor —, pues ya eran cerca de las cuatro de la madrugada.

Entré a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí e intentando hacer el mínimo ruido posible, fallando olímpicamente en cuanto mi teléfono comenzó a sonar con una llamada entrante. Rogaba porque no fuera Stan pidiendo a que fuera por él.

Saqué rápidamente el celular del bolsillo de mi campera, atendiendo sin siquiera revisar quién llamaba, pero suponiéndolo.

—Stan si piensas que iré a por ti, pues déjame decirte que... — susurraba, sin poder terminar de hablar antes de ser interrumpido.

—Soy Harry.

Estuve un momento quieto, sin saber cómo reaccionar ante su llamada. Alejé un poco el celular para revisar la hora y el nombre de contacto, y sí, definitivamente eran las cuatro y era Harry quien llamaba.

—¿Louis? — inquirió del otro lado, sacándome de mi estado.

—Sí, sí. Aquí estoy.

Caminé hacia mi cama, pasando antes por frente al espejo cercano a la ventana que daba al patio y viendo una sonrisa plantada en mi rostro, agaché mi cabeza para luego tomar asiento mientras me descalzaba y me recostaba, esperando a que Harry volviera a hablar.

—¿Te desperté?

—No pequeño, no lo hiciste.

El apodo había salido de la nada y golpeé mi cabeza en cuanto lo hice, Harry se había quedado en silencio del otro lado, esperaba no haberlo arruinado, de nuevo.

—¿Harry? — pregunté despacio, temeroso.

Oí un carraspeo de su parte antes de que comenzara a hablar.

For Your Eyes Only - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora