XII

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CAPÍTULO 12

Harry

Los siguientes días habían transcurrido con rapidez, ni Louis ni yo nos habíamos atrevido a mencionar palabra alguna de lo que habíamos confesado en aquella llamada. Yo seguía creyendo que él iba borracho y no lo recordaba, y me aferraba a esa idea.

El tener a dos hombres corpulentos y vestidos con negros trajes, siguiendo protocolos y cuidando cada paso que daba no había ayudado en nada a mantener mi perfil bajo, papá había insistido en que ellos se mantuvieran pegados a mí todo tiempo, rotaban cada tanto sin que siquiera me diera cuenta. Más de la mitad del colegio ya sabía quién era mi papá y muchos evitaban tener contacto alguno conmigo, exceptuando a aquellos que siempre buscaban algo.

Mis compañeros del centro estudiantil habían pedido mi renuncia luego de no acatar con peticiones descabelladas que involucraban a mi padre, con la justificación de haber obtenido mi puesto gracias a mi apellido y no por mérito propio. Consideré aquello como un acto hipócrita; sin embargo, esa misma tarde había presentado mi renuncia en la dirección, firmando actas y evitando hablar del tema.

No había tenido problemas con los del periódico escolar puesto que con ellos solo intercambiaba palabra alguna cuando de las fotos se trataba, al menos eso me quedaba. Era mi único escape hasta el momento.

Louis había cumplido su promesa y me había acompañado al asilo para ver a los ancianos allí. Me recibieron tan joviales que por un momento no me lo había creído, John incluso había soltado un par de lágrimas mientras me abrazaba diciendo que había creído que jamás me volvería a ver. Fue en ese instante en que lo entendí, aquel seguía siendo lugar, ellos me seguían viendo como Harry, y solo así. Aquella tarde había sido maravillosa, llena de recuerdos de John, quien también estaba feliz porque uno de sus nietos que estaba en la universidad había decidido pasarse por ahí a verlo después de tanto tiempo sin verlo.

Una semana entera había pasado y el impacto generado por la vigilancia en el colegio de a poco iba aminorando. Cada tarde luego de clases, Louis y yo la pasábamos juntos, riendo, jugando juegos de fútbol en mi habitación, o en la suya. Mamá lo había conocido una de las tantas tardes y había quedado encantada con él, así como Gemma quien de a poco salía del estado de aturdimiento en el que se encontraba luego de su secuestro exprés e intento de violación. Louis había sido de ayuda con eso, sacándole una que otra sonrisa y distrayéndola.

Con papá todo había sido diferente, a él no le agradaba Louis, para nada, y se lo hacía notar cada vez que Louis venía a casa. No entendía el motivo, a papá le agradaba que fuera sociable y veía a cada una de las personas con las que mantenía alguna relación como un votante más.

Lo había visto nervioso, la campaña había comenzado y cada vez se ausentaba más en casa por estar en reuniones y haciendo de todo para poder ganar esta vez nuevamente.

Aquella tarde estaba con Louis en su casa, sentados en el sofá de su sala de estar viendo su película favorita "Grease", él en serio amaba esa película, se sabía todos los diálogos incluso. Jay estaba en la cocina preparando chocolate para acompañar y calentar un poco más nuestros cuerpos, el frío era cada vez peor.

Mis guardias estaban fuera esperando en un Range Rover negro. Ellos por supuesto habían tenido que entrar y requisar la casa en su totalidad, me había disculpado como unas diez veces por eso.

—Louis, cariño — había llamado Jay — ¿puedes ayudarme?

—Yo iré — ofrecí.

Quería dejarlo ver su película sin interrupciones, me había parecido un lindo gesto hacerlo. También porque Louis ni siquiera parecía haber escuchado a Jay llamándolo.

For Your Eyes Only - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora