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CAPÍTULO 20

Harry

Su sonrisa, sus besos y luego, el sordo sonido de un arma siendo disparada...

Sábado por la mañana. Me levanto rápidamente a causa de una fuerte oleada de gritos desesperados en la planta baja de casa. Tomo asiento en la cama, intentando desperezarme mientras extiendo mis brazos y luego paso una mano por mi rostro, intentando averiguar si los gritos fueron producto de mi imaginación u ocurrieron realmente.

Los gritos continúan y la preocupación me invade, me pongo en pie rápidamente, tomando una remera que había dejado a los pies de mi cama la noche anterior. Camino hacia la puerta, pero se encuentra cerrada bajo llave. Ni siquiera recordaba haberle puesto llave la noche anterior, nunca lo hacía, de hecho.

La voz de uno de los guardias del otro lado es la que me saca de mi aturdimiento.

—No puede salir joven. No es seguro.

Mi rostro tiñéndose en confusión y alarma. Si no era seguro, al menos necesitaba saber los motivos y debía saber sobre el paradero de los demás miembros de mi familia. Y, principalmente, ¿qué mierda estaba pasando abajo?

Tomé mi teléfono, sorprendiéndome al ver que la señal estaba caída. Ninguna llamada entraba, ninguna salía. Fruncí mi ceño, tomé mi computadora y mientras esperaba a que prendiera, un estallido de vidrios se hizo presente en mi habitación, cubrí mi cabeza con mis brazos rápidamente en un acto reflejo dejando caer la computadora al piso con un sordo ruido.

Fui tomado por los brazos y en cuanto levanté mi vista uno de los guardias me estaba dirigiendo hacia fuera de la habitación, cubriéndome con un brazo mientras que con el otro me guiaba hacia la habitación de mamá. Ni siquiera había sido consciente de que otro par de guardias nos seguían con unas armas en mano, dispuestos a disparar a quien fuera se apareciese frente a ellos.

Mi cabeza era un lío. No podía pensar con claridad, todo se tornaba borroso y los pensamientos razonables parecían no querer aparecer. El estrepitoso sonido de mi ventana siendo destruida se repetía una y otra vez en mi mente, sin darme oportunidad de comprender los hechos.

Entramos a la habitación de mamá, Gemma estaba con ella, llorando en la cama y abrazada a una almohada mientras mamá acariciaba su espalda. En cuanto mamá me vio atravesar las puertas de la habitación su rostro se tornó gris, cargado en preocupación, y es que mi cabeza estaba llena de pequeños vidrios.

—¡Harry! — profanó, corriendo hacia mí para abrazarme — ¿Estás bien, amor?

Se soltó de mí antes de que pudiera corresponder a su abrazo. Me miraba con una pequeña sonrisa plantada en su rostro y unas casi invisibles lágrimas en sus ojos, mientras comenzaba a mover un poco mi cabello, quitando los restos de vidrio.

—Sí.

Seguía en un absoluto estado de pasmo. Intentaba e intentaba poder poner mi mente en orden. Miré alrededor de la habitación y papá no estaba dentro. Fruncí mi ceño ante eso, buscando respuestas donde claramente no las obtendría. Debía pensar en frío, tomar un poco el control de toda la situación, apoderarme de mis pensamientos y no vagar en pensamientos intrusivos.

Papá no estaba con nosotros, por lo que debería de estar abajo, donde todo el desastre se estaba llevando a cabo. Gemma lloraba, temblaba y eso implicaba algo mucho más grande. Esperaba estar equivocado, esperaba que esto no estuviera conectado con su secuestro, con la nota que habían dejado con ella aquel día. Todo daba vueltas ahora... papá era peligroso.

For Your Eyes Only - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora