XXIII

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CAPÍTULO 23

Louis

Uno de los días más importantes había llegado.

Hoy era la final.

Hoy se definiría quién sería el nuevo Gobernador.

Esta era nuestra última semana de clases.

Estábamos en el vestidor, habíamos terminado de cambiarnos y repasábamos las jugadas con el entrenador. El día de hoy, este partido, era decisivo en mi vida. En muchos sentidos. Hoy se definiría mi futuro, podía obtener una beca en la Universidad si los entrenadores que habían venido a presenciar el partido consideraban que era lo suficientemente bueno, y eso podía probarlo ganando el partido y siendo un buen lider.

Revisaba mi celular cada diez minutos, intentando obtener respuestas de cómo iban las elecciones, pero no obtenía nada.

Harry me había enviado un mensaje, deseándome suerte y haciéndome saber que vendría al partido. De solo saber que estaría entre la multitud sentía que debía deslumbrar, por él, por mí.

No habíamos podido hablar bien desde que lo dejé en el hospital, pero sí que había visto a un Styles, al mismísimo Desmond Styles. El recuerdo aún me incomodaba.

—Te han visto con mi hijo — habló Desmond, intentando infundarme terror.

Se había afirmado contra mi puerta, no dejándome salir del auto y manteniendo esta diferencia de alturas, creyendo que de esa forma podría temerle.

—Pues le han informado mal — ataqué.

—¿Eso crees, Louis? — inquirió, sonriendo — ¿De dónde venías?

—¿Qué le importa?

Necesitaba tiempo para pensar, cualquier cosa era válida, él no lo sabría a menos que me dejara intimidar. De todas formas, había estado en el entrenamiento y quien decía ser mi novia por un contrato estúpido también estuvo allí.

Golpeó el techo de mi auto, provocando un pequeño sobresalto de mi parte.

—No te hagas el listo conmigo.

—Soy listo por naturaleza, disculpe usted.

Soltó una carcajada, parecía tan déspota que me causaba asco. Era increíble pensar que Harry pudiera tener a este imbécil como padre, ni siquiera se parecían, y lo agradecía.

—Puedo ver porqué le gustas. Vete.

Se había ido, dejándome impertérrito ante su repentina confesión. Arranqué mi auto y salí disparado, llegando a casa y tomando el celular para contarle a Stan todo lo que había pasado, desde eso hasta que debía de esperar a las elecciones, estaba al tanto de todo.

Salimos de los vestidores luego de una larga charla motivadora — amenaza — por parte del entrenador. Él estaba igual o más nervioso que nosotros, nos jugábamos mucho en esto.

Competíamos con Los Tigres, — vaya nombre de equipo — y eran uno de los mejores equipos que se habían visto, pero no eran mejores que nosotros, ponía todas las esperanzas en mi equipo, sabiendo que podríamos lograrlo.

Salimos a la cancha, con alaridos de emoción y aliento por parte de las estudiantes que habían venido a apoyar, y por otro lado abucheos por parte de los estudiantes de la otra escuela.

Nos posicionamos en nuestros lugares y el árbitro llamó a los capitanes de ambos equipos para arrojar la moneda y ver qué equipo comenzaba, el árbitro arrojó la moneda al cielo.

For Your Eyes Only - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora