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CAPÍTULO 30

Harry

—Desmond Styles, nuestro antiguo gobernador, ha sido condenado a dos condenas perpetuas sin derecho a libertad condicional.

Aquella mañana las noticias habían sido invadidas por la misma noticia. La noticia que había dejado a todos impactados, excepto a mí.

Sentado frente a aquel gran televisor, comencé a cambiar de canal, intentando encontrar algo más que ver, algo que no fuera la cara de mi progenitor en cada canal de noticias. Pues se había generado un extremo revuelo, algo donde también nosotros habíamos caído tan solo por portar su mismo apellido. Nuestro abogado había intentado alegar que todo lo que teníamos, estaba bajo nombre de mamá, nada ilícito podía probarse en su contra.

—Es una pena — declaró otro de los periodistas —. Apuesto a que su familia está destruida.

Una cínica sonrisa se posó en mis labios mientras apagaba el televisor y arrojaba el control contra el sillón. Tiré todo mi peso sobre el respaldar del sillón, colocando mi cabeza hacia atrás, cerrando mis ojos con fuerza y llevando mis manos hacia mi pelo, tomándolo con fuerza, intentando tener un pequeño momento de conexión con la realidad.

Ocho meses habían pasado ya, meses donde todo parecía haber querido derrumbarse.

Louis ya no estaba conmigo, al menos no físicamente. Y no, nada malo había pasado con él, solo se había ido a otra ciudad, a la Universidad. Me había llevado con él a buscar departamento, porque alegaba que aquel también sería mi departamento.

En estos ocho meses también había tenido algún que otro martirio legal. John había dejado todos sus bienes en mis manos, había cambiado su testamento, dejándome poseedor de su dinero y bienes materiales, esto por supuesto solo logró que su familia se enervara, pidiendo que el testamento fuera revocado. Me la había pasado en la corte más tiempo del que hubiese deseado, y esto por papá y también por el testamento.

Mi teléfono sonó, indicándome la entrada de un nuevo mensaje. Abandoné mi anterior posición y sonreí al ver la foto de pantalla, éramos Louis y yo, junto al perro que había adoptado a las dos semanas de mudarse al departamento. Un mensaje de Louis esperaba a ser respondido, así que decidí que lo mejor sería llamar.

—Oficialmente soy libre — informó con júbilo en cuanto atendió al llamado.

Sonreí, una boba sonrisa se posaba en mis labios cada que sabía algo de él.

Louis había estado tan ocupado estas últimas semanas a causa de sus exámenes que ni siquiera habíamos tenido el tiempo para hablar con frecuencia.

Él había optado por estudiar abogacía y aprovechar su beca deportiva. Había estado tan feliz por él la vez que me lo informó que no me había importado tomarme un avión a último momento para ir a verlo.

La distancia no había sido impedimento alguno para nuestro amor, y sonaba tan cursi dicho de esa manera, pero así se sentía. Louis y yo seguíamos tan unidos como la primera vez, e incluso más.

Nuestros brazos comenzaban a pintarse con nuestra historia contada a través de tatuajes. Tatuajes que obteníamos cada vez que uno visitaba al otro.

—¿Qué tal lo de Desmond? ¿Tienes noticias? — inquirió luego de un rato hablando.

—Perpetua — respondí.

El silencio del otro lado se había hecho arrullador, hasta que un aturdidor grito se hizo presente. Al parecer había tardado en digerir la noticia. Tanto él como mi familia y algunos guardias habían sido testigos claves en la investigación, Louis había pasado por tanto con Desmond que me odiaba por no haber estado más atento a la situación. Y lo odié por unos momentos por no haberme informado de toda la mierda que mi papá le había hecho pasar, comenzando por el estúpido secuestro.

For Your Eyes Only - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora