XXI

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CAPÍTULO 21

Louis

Hospitales. Los odiaba.

El olor a desinfectante impregnando mis fosas nasales.

Llanto.

Médicos yendo y viniendo para dar noticias, malas y buenas. Llanto de alegría, llanto por una pérdida.

Gritos.

Alaridos de felicidad; bramidos y lamentos.

Luego estaba yo. Sentado en una de esas sillas que te parecen cómodas hasta el momento en que debes sentarte en una y descubres que estabas equivocado, para nada son cómodas. Movía mis piernas sin parar, con el nerviosismo consumiéndome lentamente y el miedo apoderándose de todos mis sentidos.

El disparo, el olor a pólvora, sus ojos cerrándose con fuerza y un fuerte quejido abandonando sus labios. El pánico invadiéndome. Sus ojos abriéndose lentamente, llevando su mano al lugar del impacto, la sangre borboteando y una débil sonrisa mostrándose en sus labios, enviando tranquilidad.

Los recuerdos me invadían, se recreaban una y otra vez en mi mente mientras yo intentaba decirme que todo iba bien, que todo saldría bien. El médico que lo atendió ya me lo había asegurado, no había de qué preocuparme.

Harry estaría bien.

No sabía de dónde el disparo había venido, solo podía suponer que no desde muy lejos. Mi mente daba vueltas intentando encontrar respuestas al sorpresivo ataque y solo una cosa resonaba en mi mente de manera constante, un nombre sobresaliendo de todo aquello:

Desmond.

¿Nos había descubierto? ¿La bala iba para mí? ¿Eran otros sucios negocios los culpables? Podía hacerme preguntas, pero no obtendría respuestas concretas y eso me fastidiaba.

Vi a mamá acercándose, vistiendo el azul uniforme del hospital. Ella trabajaba aquí como enfermera y se encontraba de guardia en cuanto traje a Harry. Nos había visto entrar, manchados en la sangre de Harry y había corrido hacia nosotros.

Caminaba a paso cansado, con su cabello recogido hacia atrás en una coleta, las largas horas del turno nocturno la estaban cansando, pero se negaba a irse a casa hasta saber cómo estaba Harry, por lo que se veía haciendo horas extras. Aun así, la sonrisa de su rostro no menguaba, buscaba darme paz y en cierto punto lo lograba.

Tomó asiento a mi lado y atrapó una de mis manos entre las suyas, acariciando y enviándome tranquilidad.

—¿Cómo está? — decidí preguntar con mi vista fija en el piso.

—Louis...

—Mamá, ¿cómo está Harry? — intentaba no ser duro, ella no tenía la culpa, pero el miedo tomaba partido y la desesperación se hacía notar en mi tono de voz.

—Está bien. Hablé con el doctor que lo atendió, la bala no impactó muy profundo ni dañó ningún músculo ni arteria, deberá hacer rehabilitación, nada grave. Pudieron retirar la bala sin complicaciones. Tranquilo...

Aquello sin duda me quitaba un peso de encima, pero seguía preocupado. Mi mente no dejaba de trabajar buscando respuestas, no estaría tranquilo hasta que él me lo pidiera, e incluso ni aun así creía poder obtener un poco de calma.

—No me pidas tranquilidad. Le dispararon, mamá. Le dispararon justo frente a mí... — terminé con la voz rota.

—Lo sé. Debes avisar a sus padres.

For Your Eyes Only - LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora