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➳ C H A P T E R F I F T E E N

Sábado 9 de enero (2016).

Después de las pequeñas vacaciones de Navidad, Soobin ya estaba de vuelta en Hogwart. Se encontraba caminando por el pasillo de la planta baja del castillo, había acompañado al pequeño Kai al baño pero este se demoró demasiado, así que sin dudarlo agarró sus maletas y las de su amigo y empezó su marcha hacia la sala común de Hufflepuff.

Sus pequeñas vacaciones habían sido las mejores, no sabía si era por el hecho de ver a su familia después de mucho, por las nuevas recetas de comida que su madre aprendió, por que había crecido 2 cm o porque tenía nuevos vecinos.

No simples vecinos, sino que vecinos famosos. 

Dos semanas después de que ingresó a Hogwarts, se mudo una pareja al lado de su casa. Según su hermanita la pareja era muy divertida y entretenida, todos los fines de semana iba a tomar el té con ellos, así que cuando Soobin volvió a su hogar también fue invitado, y en definitiva, esa pareja le agrado completamente.

…

— Vamos Soo Bin, los vecinos nos esperan. — insistió su pequeña hermana.

— Ha Eun no quiero, no los conozco. Tu sabes que soy tímido.

— Pero ya les dije la semana pasada que hoy ibas a ir conmigo. — su hermana hizo un puchero tierno con sus labios y puso ojitos de gatito triste. — El señor Lee hace excelentes galletas.

Soobin no le podía decir que no a la carita de su hermanita así que aunque le costó accedió a acompañarla.

Su madre, Nayeon, los abrigo y vistió igual. Ambos tenian unos jeans azules, sueters de lana color negro con una franja blanca en el pecho, y encima una campera acolchonada color roja. Sus cabezitas iban abrigadas con un gorro negro tejido especialmente por su padre.

Salieron de su casa, la menor iba adelante animada mientras Soobin caminaba detrás sin ganas pisando el césped de su patio delantero.

En vísperas navideñas la nieve hacía presencia, tanto que su hermana dejaba un claro camino de sus huellas por el pavimento cubierto de nieve.

Llegaron a la vereda y doblaron a la izquierda. Unos 10 pasitos los llevó a su destino, a la casa de al lado. 

Ha Eun se apresuró y corrió a la puerta, tocando el timbre unas 5 veces.

Soobin, en cambio, apenas había llegado a su lado cuando la puerta fue abierta drásticamente.

Fueron recibidos por un hombre alto, parecía tener unos 24 años, de tez algo blanca, no era coreano, no era asiatico, sin duda era de América. Sus ojos eran grandes y redondos, tenía unas largas y pobladas pestañas. Sus cejas estaban bien definidas y sus labios eran de un tono rosado natural. Su pelo era negro y corto con algunos rizos, peinado para atras. 

Tenía puesto un delantal blanco de chef y un poco de harina cubría algo de su mejilla derecha.

— Hola señor Lee. — habló felizmente la niña.

—¡Ha Eun!. — dijo emocionado al ver a la pequeña. — ¡Oh! Este niño lindo debe ser tu hermano, Soobin. — La niña asintió alegre mostrando sus no tantos dientes.

Soobin miró confundido a su vecino,”¿Él es el señor Lee?...pero no parece coreano... “ pensó.

— Mucho gusto Soobin. — el señor se limpió su mano en el delantal y se la extendió al menor — Mi nombre es Maickol.