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➳ C H A P T E R T W E N T Y T H R E E

Todos detuvieron el paso cuando Allen paró repentinamente.

—¿Qué pasó?.— preguntó Hitomi aun en su espalda. 

Allen la bajó cuidadosamente y miró el piso por unos segundos.

— Tenemos que irnos rápido… eso nos dijo Serim. — insistió Woobin, quien aun con Hyeong Jun tenían en sus brazos a Yeosang.

— Volvere ahi.

Todos se quedaron callados a excepción de Woobin que solo resopló sin creerlo. 

—¿Qué?... No oíste a Serim. Dijo que huyamos.

— Necesito ir…deben necesitar ayuda, Woo Bin.

Woobin negaba levemente.

— Entiende por favor. — suplico acercándose a él y agarrándole cariñosamente su mano. — Hitomi puede caminar. Pueden irse y buscar ayuda. Hasta incluso la ayuda debe estar llegando y los van a encontrar.

Yeosang se alejó del agarre de sus ayudantes, incorporándose firmemente.

— Anda Allen...— dijo sonriendo. — Woo Bin nos llevará seguros al castillo.

— Protege a Wonjin. —pidió el pequeño Hyeongjun.

Allen sonrió enternecido con sus amigos quienes lo apoyaban. Pasó su vista a Woobin esperando por lo menos una pequeña sonrisa.

— Ayudalos… — eso bastó para que Allen lo abrazara aunque al instante los cinco se abrazaron antes de dejarlo ir.

Una vez se fue Yeosang cayó al piso algo cansado. No tenía fuerzas, no estaba bien alimentado en todo el tiempo que desapareció.

—¿Puedes seguir?. — pregunto Hyeongjun agachándose a su lado.

— Si…

Woobin les sonrió brevemente antes de decirles que iban a seguir su camino, pero todos se alarmaron al oír los crujidos de ramas y hojas secas ser pisadas. 

— Woobin… — esbozo bajito la única niña ahí poniéndose por inercia detrás de éste, quien inmediatamente se acomodó delante del grupo mientras apuntaba hacia la dirección del ruido con su varita. 

— Tranquilos ...— fue lo último que dijo  al oír los pasos de alguien cerca.

[...]

Allen corría velozmente sin importar que su ropa fuera rasgada por las ramas de los árboles. El oscuro bosque estaba lleno de peligros, incluso podía jurar que alguien susurraba en su oído pero nada lo detuvo de regresar con sus amigos que de seguro estaban en peligro.

En el momento en que llegó a aquel campo divisó a Wonjin, Hueningkai y Minhee ayudando a Soobin, mientras sus otros amigos se enfrentaban al profesor.

Discretamente pero asustado, se acercó al cuarteto sin dejar que ellos ni el resto lo viesen. 

 — Chicos… — susurro sin dar un paso más al darse cuenta que sus amigos estaban rodeados por una barrera. La imagen de Wonjin sobre el cuello de Soobin lo horrorizó.

— Allen. — murmuró Kai al oírlo hablar, aun con su cabeza en el pecho de Choi.

— 20...— dijo finalmente Minhee. 

En ese mismo instante Allen fue testigo de cómo Wonjin se despegaba bruscamente del cuello de Soobin, escupiendo a su lado izquierdo toda la sangre que pudo succionar de su amigo.