➳ C H A P T E R N I N E T E E N

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Los amigos siempre estarán para apoyarte...






Ya habían pasado cuatro guardias de seguridad. 

Además de ser un grupo de 7 niños que corrían por los pasillos del gran castillo, eran demasiado ruidosos, de no ser por Serim ya los hubieran descubierto.

—¿Y donde hay un lago virgen?... digo, porque vírgenes hay, pero un lago no.— comentó Beomgyu ganándose un golpe en el hombro por parte de Minhee. — Esta el Lago Negro.

—¡Estupido! — grito Seongmin — Con lago virgen se refiere a un lago que no esté infectada ni haya sido tocada por manos humanas.

— Ahhh… Yo pense que era un lago en donde ponían a virgene-

—Cállate ¿si?, Callate. — replicó Seongmin, mostrándole la palma de su mano.

Estaban pasando por la escalera principal, en donde observaron cómo los alumnos de 7mo año bajaban, cada uno llevando sus maletas. Los siete solo se escondieron detrás de una inmensa columna de piedra.

— Podemos rodearlos. -- susurro Allen.

— Tardaremos en salir al patio si los rodeamos. -- dijo Serim.

— Son gigantes. -- Beomgyu estaba impresionado con la altura de dichos alumnos. -- Quiero ser así de grande cuando crezca.

— Si es que salimos vivos. — Y ahí otra vez, Seongmin rompiendole todo tipo de esperanzas. -- No me hagan mucho caso. — esbozó al darse cuenta de que sus palabras habían asustado a sus amigos.

— Okey, ya están saliendo. — Wonjin se giró en su lugar para hablarles. -- Vamos rápido. — todos asintieron. Cuando la última alumna desapareció de las escaleras, el grupito vio la oportunidad de seguir con su camino.

Con el aviso de Serim todos salieron corriendo, pasando enfrente de la gran escalera sin percatarse de que alguien los veía.

—¡AHN SEONG MIN!.

Todos se congelaron ante aquel grito.

—Mamá.. — dijo el niño más para sí mismo que para el resto, mientras cerraba sus ojos y trataba de esconderse en un lugar aunque era imposible.

Volteo, viendo como su madre bajaba aquellas escaleras en donde minutos antes bajaban los alumnos. Su rostro expresando seriedad y enojo que provocó que su hijo temblara y sus amigos tragaran saliva.

Solo una mirada le hizo comprender que su madre se lo llevaría con él. Su madre no iba a dejarlo solo.

Para  Ahn Si Young, Seongmin era el tesoro más hermoso que la vida pudo haberle dado.

Seongmin sabía que su madre no iba a permitir que vayan en la búsqueda de sus amigos.

— 1,2,3 ¡CORRAN!. — les gritó a sus amigos, quienes se asustaron ante aquel grito y algo desconcertados empezaron a correr.

La profesora  de pociones, con el ceño fruncido iba a seguirlo, pero fue retenida por su hijo, quien abrazó fuertemente sus piernas. Si, Seongmin se aferró a las piernas de su mamá como todo un niño pequeño haciendo berrinche.

—¡VUELVAN AQUÍ AHORA!. — gritó la mujer mientras movia freneticamentsus piernas. Observó cómo sus alumnos se iban corriendo, no sin antes haciéndole una reverencia en señal de disculpa. — ¡SEONGMIN SUÉLTAME YA!.

— No mamá. 

— AHN… ¡AHORA! — Una fuerte luz proveniente de la varita de su madre ocasionó que por fuerza paranormal, el niño salga volando directamente hacia la pared del pasillo, golpeando apenas un poco la espalda.

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