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➳ C H A P T E R E I G H T E E N

— Soobin, Soobinn, despierta, ¡SOOBINNN! 

Era el grito de su hermana menor cerca de su oído.

Soobin abrió sus ojos al sentir que era sacudido. Lo primero que percibieron sus ojos fue la cantidad de humo y oscuridad que ambientaba el lugar. 

— Soobin. — oyó otra vez, pero no era la voz de su hermanita,era la voz de un niño.

Aclaró su vista intentando adaptarse a la oscuridad, evitando los mareos y náuseas que empezaba a tener.

— Soobin despertaste. — Una vocecita femenina lo sacó del trance.

—¿Que… paso?... — se incorporó correctamente en el frío suelo, mientras su espalda chocaba con la fría pared — Duele… — sentenció tocándose la cabeza al sentir una punzada fuerte, todo aun sin prestarle atención a los niños que estaban con él.

— Estarás bien. Me pasó lo mismo la primera vez.

Soobin alzó su mirada a aquel niño que estaba sentado delante de él.

—¿Yeosang?. — abrió sus ojos sorprendido sin poder creerlo.

— Ha pasado mucho tiempo… — dijo aquel niño apenas sonriente. 

Su estado era deprimente, aún vestía con el uniforme del colegio, pero este estaba algo rasgado y muy sucio. Era notable la suciedad en su rostro, tenía tanto polvo como tierra, al igual que sus uñas, eran un poco largas y estaban llenas de mugre. Yeong estaba destruido, más delgado, a como lo solía recordar Soobin y con pequeños rasguños y heridas en las manos. 

Soobin inmediatamente observó las paredes y descubrió que estas fueron rasguñadas,dedujo que todo fue a causa de Yeosang, que de seguro lo hizo para que alguien lo escuchara. 

Pero a pesar de todo eso, el niño siguió manteniendo una sonrisa aunque no tan alegre y sincera de cómo era antes.

— Dijeron que huiste…

— Lo sé… ya me lo dijo Hitomi.

Soobin miró hacia su izquierda en donde la pequeña Hitomi se apoyaba en la pared con la mirada perdida y con indicios de haber llorado. Ella no estaba tan demacrada como Yeo Sang, pero si estaba igual de asustada y triste.

— Hitomi… — Soobin fue hacia ella y la abrazo a pesar del dolor que sentía en su cabeza.

— Ahg- — se quejo la menor provocando que Soobin se alejara de ella

—¿Qué pasó?. — pregunto preocupado, pensando en que algo malo le habían hecho a su delicado cuerpo.

La niña no contestó, lo que generó que Soobin se asustara.

— Te hicieron da-

— No le paso nada malo, nada de lo que estás pensando. Solo… solo que no ha comido desde que llego. Desde ayer.

—No voy a comer nada que ese señor me de. 

Soobin rebusco en los bolsillos de su túnica encontrando en ellos una barra de chocolate Wonka. Si, definitivamente ser amigo del hijo de una vendedora de dulces era un privilegio.

— Ten. — le extiende el chocolate a la niña. — Comanlo. — la niña parecía dudarlo. — Confía en mi Hitomi. Me lo dio Kai. Esta un poquito derretida y algo rota pero te prometo que sigue manteniendo el sabor

La niña tomó aquella barra de chocolate.

—¿Dónde estamos?.

— ¿El lugar no te parece conocido Soobin?.