~9~
Un dolor descomunal me presiona la sien al abrir los ojos. A penas puedo abrirlos, pues al hacerlo la luz me invade. El olor de este cuarto, no me es familiar, de echo creo que no estoy en mi cama. ¿Al final me quedé a dormir con John? Mis dudas son resueltas cuando consigo abrir por completo mis ojos. Una figura fuerte duerme a mi lado. Es Tyler.
De pronto me acuerdo de una de las cosas que hice ayer. Me besó. Luego… Creo que me quede sola un rato, contemplando a John sonriente, con su chica. Más tarde recuerdo que quería ir al baño, y… me trajo a la habitación, pero luego, el sueño me invadió, entonces me dormí. Supongo que no hicimos nada, pero realmente no conozco a este tal Tyler, por lo que me reviso si llevo puesta la ropa.
Suspiro al ver que efectivamente, llevo puesto lo que me puse ayer. El alivio me recorre gustosamente, y mi corazón puede volver a latir con normalidad. Me levanto de la cama, sigilosamente, tratando de no despertar al chico que tengo a mi lado.
Busco mis botas, por debajo de la cama. Ya que me las quitó antes de que me durmiera. Una vez las tengo en la mano, ando de cuclillas en dirección a la blanca puerta, abriéndola con cuidado salgo. Luego la cierro, con la misma precaución, para evitar cualquier ruido. Al salir, y ser “libre” dejo salir todo el aire que no sabía que estaba conteniendo. Recorro todo el pasillo, en dos segundos, y rápidamente bajo las escaleras, las cuales me llevan directamente a la puerta principal.
Observo a toda la gente tirada por el suelo, durmiendo, o sobre el sofá, la mesa, incluso hay quien se quedó dormido en la colchoneta de la piscina, me pregunto si habrá cogido frío durante la noche. Un par de chicos se despiertan mientras que cruzo el corto tramo de suelo que me queda para alcanzar la salida. Uno de ellos me saluda, con una sonrisa relajada, y los ojos entreabiertos. Le devuelvo el saludo, y acelero el paso, para que no le de tiempo a alcanzarme y entretenerme hablando.
Cuando salgo de la casa, cojo el teléfono al recordar que no he visto a John desde que le perdí de vista antes de subir a la habitación. Marco su número, y comienzo a caminar formando círculos impacientemente.
Un tono, dos tonos, tres tonos… Pero mi querido amigo no contesta. Le he llamado ya tres veces, solo espero que al menos esté bien. Harta de estar esperando una respuesta al teléfono que en estos momentos no va a llegar, decido escribirle un mensaje, para que al menos sepa que me he ido.
Me acabo de ir de casa de Tyler, no sé dónde estás, así que cuando leas esto llámame
Comienzo a caminar sobre la gris acera. Viendo pasar los coches de gente que tiene que madrugar, para ir a trabajar o para coger el avión temprano. Me relajo escuchando música, y recordando la fiesta de ayer, con una sonrisa risueña en la cara. Hacía mucho tiempo que no marchaba de fiesta. Y antes cuando lo hacía era para intentar ligar con los chicos que me gustaban, no como hoy, para simplemente pasármelo bien. Lo cierto es que en la noche anterior me lo he pasado mucho mejor de lo que me esperaba, ha sido increíble.
Estoy andando de vuelta, cuando la música que tenía puesta se para. Ante la inesperada interrupción, miro mi pantalla, y descubro enseguida la razón de que se haya parado. John me está llamando, ha debido de ver mi mensaje. Enseguida pulso el botón de descolgar, un poco preocupada, pero a la vez bastante aliviada, al comprobar que tiene el teléfono y que los riesgos de que en este momento le esté pasando algo malo, son bajos.
-Tía, lo siento- Empieza a decir. Suena ronco, por las horas, aunque no ha pasado desapercibido el toque alegre en su voz. -Me fui a casa, y no te vi. Así que pensé… que te habías ido ya- No ha tardado mucho en excusarse, aunque por lo menos no lo ha hecho en forma acusadora. He de admitir que me esperaba que me echara la culpa de no haberme cogido el teléfono, pero no lo ha hecho, y eso solo consigue que mi pequeño enfado con él, por haberme causado angustia, desaparezca, alejando los prejuicios también.
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Contigo y sin ti
RomanceBritney Paige, ese es mi nombre, pero el comienzo de los peores y mejores días de mi vida tiene otro nombre; William Kaest. Y por suerte o por desgracia me tocó enamorarme de él.