Estoy aquí-Cap. 6 pt. 4 (Jenlisa)

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—N-no llores alfa, mira estoy aquí —se sentó al lado de ella, acariciando su suave piel, causando que la contraria suspirara— Sé que esto será la mejor para las dos, así ninguna saldrá lastimada, al menos tú no —dejó un besito en la mejilla de Jennie, dudando de si se le podía permitir dejar uno en esos esponjosos labios... Y lo hizo, un piquito, fue tan corto pero con eso solo logró que el revoltijo de emociones aumentara. Su lobo rasguñaba, exigiendo más contacto y aullaba por haber lastimado a su alfa. Lisa se sentía de lo peor por eso, pero no quería comprometer a la alfa.

Notó como Jennie ya no lloraba sino sonreía entre sueños, ¿en serio la alfa sería feliz con ella? Lo dudaba mucho, ya que se percataba de cómo ella la miraba, era una mirada de desprecio, ¿cierto?

Lisa sintió un fuerte agarre en su brazo y luego un gran tirón. Ahora se encontraba acostada con la alfa, la cual la abrazó sin posibilidad de escaparse, estaba demasiado cerca, oh por la Diosa Luna, aun así se veía hermosa.

—Alfa, suéltame —trató de alejarla, mas no le era posible, ahora maldecía la fuerza bruta de los alfas.

—Mhmm… No —salió una voz tan ronca que estremeció a la omega, era la voz de mando.

La voz de mando de un alfa producía en los omegas sumisión y obediencia, otra característica que odiaba de ellos.

—A-alfa p-por favor se l-lo pido —temblaba bajo los brazos de ella, tenía miedo— S-suéltame —dijo al borde del llanto.

En sí ella no debía de estar en esa posición, si bien un alfa utilizaba su voz de mando en un omega, este solo obedecía en silencio, pero su lobo estaba tan sensible que se destrozó con la más mínima molestia de su alfa.

    Alfa está molesta con nosotras, es tu culpa.

    Créeme es lo mejor.

Jennie se removió, abrió los ojos y se percató de cómo su empleada, a la cual la tenía abrazada y no sabía la razón, estaba llorando y temblando. Pero eso fue lo de menos, porque preguntó— ¿Qué haces aquí? —a la pelinegra se le notaba más enojada, nunca ella se había enojado así con Lisa— Lárgate

Oh no, esa fue la gota que derramó el vaso, ahora ya no había consolación para la castaña, su lobo aulló por cuarta vez y dejó de hacerlo, ya no estaba.

    Lobito ¿estás ahí? —preguntó Lisa, era imposible que la hubiera dejado, ¿cierto?

...

No hubo respuesta del lobo.

—Sí, sí señora —Lisa respondió, se levantó de golpe, mala idea, un mareo causó que se cayera al frío piso y de pronto ya no vio nada, todo estaba negro.

—Lisa, despierta... ¿estás ahí? —la castaña abrió los ojos y vio como él rostro de su señora estaba muy pegada a la de ella, no recordaba casi nada, solo que Jennie la abrazó y... Nada más— Por fin despiertas, me tenías preocupada, ha pasado una semana desde que no despiertas. Por un momento pensé que te perdería.

La alfa abrazó a Lisa, colocando su rostro en el esbelto cuello de la omega, aspirando su olor tan dulce que desprendía y que la volvía loca, pero le seguía preocupando algo, su olor apenas se sentía.

—Se-señora, estoy bien, ya me retiro —se fijó que esa no era su habitación, era de la alfa, hizo un ademán de levantarse, pero la alfa no la dejó, la pelinegra la abrazó más fuerte, la alzó sentandola en sus piernas y se puso a llorar. ¿Llorar? ¿Por qué?, eran las preguntas que se hacía la pequeña omega.

—N-no llore señora, ¿por qué lo hace?

—No lo sé, siento que te necesito, tengo ganas de marcarte y hacerte mía, tengo miedo, porque siento que te amo mucho, pero no sé cómo pasó —Jennie decía entre sollozos e hipidos, la omega nunca había visto de ese modo a la alfa.

—Jennie… —dudo en si decirle o no, sin embargo, lo hizo— Tu lobo y el mío, son destinados —la alfa levantó su mirada hacia el rostro de ella, esperaba una explicación, pero no una tan descabellada, aún así siguió escuchando— Lo supe cuando llegó mi celo, tu alfa salió y me habló de que éramos destinados y lo aseguré cuando mi omega se volvía un lobito muy eufórico con él —dio una risita, pero desapareció en un segundo— Pe-pero yo la rechacé, sabía que lo nuestro no era posible, usted es una mujer muy hermosa e inteligente, una alfa; mientras que yo soy solo una tonta e insignificante omega —lo último lo dijo mirándola a los ojos, Jennie tenía los ojos llorosos, la castaña quería descifrar lo que pasaba por su mente, pero no podía.

—E-eso explica muchas cosas —siguió mirándola, ahora entendía todo, pero eso ya no importaba, porque ambas se habían hecho daño, ambas llegaron a ese punto solo para salvar a la otra, pero ¿de qué servía si una no podía vivir sin la otra? Jennie no lo pensó mucho y la besó, esta vez no era su lobo, ella misma lo quiso así.

Fue un beso especial, el cual Lisa no rechazó, se sentía en las nubes, se tranquilizó cuando notó su lobo mostrar la pancita, estaba ahí, había aparecido.

—Escúchame bien Lisa, tú no eres tonta, eres la chica más tierna que he visto y créeme que desde el inicio te he tenido en la mira, solo que soy tan ciega a los sentimientos que nunca lo había notado —le dio una sonrisa sincera, se reclamaba todo lo que le había hecho a su omega, tuvo suerte, su destinada siempre estuvo a su lado— Te amo.

—Yo también te amo alfa, por favor no me dejes —Lisa la abrazó fuertemente, ahora ella era la que tenía miedo, miedo de que lo que decía la alfa solo fueran falsas promesas.

—Nunca te dejaré mi hermosa omega...

Lisa despertaba de un sueño que tuvo, la sensación en su cuerpo era abrumadora, sin embargo le encantaba.

—Cariño, ya despertaste —Jennie la miraba de cerca, la pelinegra estuvo mirándola desde que despertó y eso no era poco tiempo.

—Sí amor, tuve un sueño, pero no uno cualquiera, sino eran nuestros momentos, soñé de cómo nos fuimos enamorando; ahora que lo recuerdo, tú no estabas segura de si yo te gustaba —frunció el ceño y se volteó indignada, dándole la espalda a la alfa.

—Ey cariño, pero eso ya pasó, sabes que ahora estoy muy, pero muy segura de que me gustas; mejor aún, de que te amo, así que ya no te enojes —la abrazó por la espalda aspirando su aroma.

—Yo también te amo —Lisa dio la cara y le dio un tierno beso a Jennie, la cual no dudo en corresponderle, sin duda una forma de amanecer de buen humor.

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Aquí termina el especial Jenlisa, espero que les haya gustado :3

Besos 💜

Let me Love You  [YOONMIN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora