Un chico rubio despertaba de su sueño, en donde estaba él con un lobo negro que lo acompañaba por donde fuera, no estaba solo. Estaba relajado. Al abrir los ojos vio su alrededor, tenía ganas de beber un café, sí, eso sería un buen comienzo para el día, al querer pararse se asustó, pues su cuerpo estaba desnudo.
—Pero, ¡qué mierda pasó! —hizo memoria de lo que había pasado ayer— A ver… Hoseok se cayó de cara, luego todos fuimos a dormir, pero yo no podía y…¡el lobo! Ese lobo negro apareció, no recuerdo que se haya ido —miró fijamente el suelo y sus sospechas se confirmaron cuando vio ramitas por el suelo. Su lobo había salido sin su permiso.
Has sido un mal lobo
Era importante humano —rasguñaba inquieto
Jimin ya no quiso hablar con su lobo y se vistió, bajando a desayunar para ir a su trabajo, estaba disgustado con su lobo, pero un alfa en especial hacía que olvidara aquello, deseaba que llegara la tarde de una vez, podría ver al pianista.
Fue a su trabajo y se sentó en su cómodo asiento para empezar a trabajar, después de unas largas horas para el rubio, llegó la hora de irse. Salió veloz de su oficina, sin embargo, al parecer ese no sería su día de suerte, pues al querer pasar la salida, su jefe apareció.
—Park, ¿a donde vas? —levantó una ceja con curiosidad.
—Jefe, ya es mi hora de salida —esa mirada le decía que no era buena señal lo que estaba por decirle.
—Oh no, claro que no, ¿acaso lo has olvidado? —este veía con malicia al pequeño omega— Ayer te dije que debías unas 3 horas más.
—Mierda —dijo entre susurros. La suerte no estaba de su lado.
Y así fue como Jimin se quedó unas tres horas más en su trabajo. Estaba desesperado porque quería ver al alfa y sí ¿ya no lo volvía a ver? Su lobo tampoco ayudaba, aullaba de tristeza.
El rubio no podía más, miraba las agujas del reloj específicamente el segundero faltaba tan solo un minuto, pero la maldita aguja no avanzaba como quería, y "clic" sonó en su oficina, ya había terminado por fin, agarró sus cosas y salió sin importar de despedirse de los demás.
Caminó sin parar por muchas calles, hasta que llegó al lugar deseado, pero "Oh no" dijo en su mente, el lugar estaba cerrado.
—Ah maldición, por culpa de mi jefe no pude llegar —salió un sollozo de sus labios, luego escuchó como la puerta del bar se abría, ¡era él!, el alfa al que tanto ansiaba ver— ¡Yoongi hyung, hola! Lo siento por tardar mucho en llegar, me había olvidado de mis horas extra en el trabajo —dijo acercándose a él y en un impulso, beso la mejilla del alfa.
El pálido no sabía qué decir, le encantó tocar de nuevo en aquel bar pero le había desanimado el no encontrar al omega entre el público, suponía que no tenía tiempo para ir, pero aquel beso lo alejó de todo pensamiento, causando que hasta se olvidara de lo que iba a decir.
El omega pasó sus manos frente al rostro del alfa sacándolo de su ensoñación, así respondiendo rápidamente al omega— A-ah no te preocupes Jimin, pensé que no tenías tiempo, así que no hay problema —se rasco la nuca el alfa, al parecer una costumbre que había adoptado cuando estaba nervioso.
—Hubiera querido verte tocar, ¿volverás a hacerlo? —Jimin lo miró ansioso, no quería perder al alfa. Emprendió camino, así siguiéndole el alfa.
—No lo haré, fue mi último día hoy —dijo recordando como rogó para volver a tocar y reemplazar al que verdaderamente tocaba allí, aunque el esfuerzo fue mínimo, pues de inmediato le ofrecieron quedarse con el trabajo permanentemente, mas Yoongi no aceptó, pues no tenía tiempo.
—Oh, pensé que volvería a verte tocar —el rubio hizo un puchero.
—Ah pero, si quieres puedes verme, no volveré a tocar ahí, pero tengo el mío y puedo enseñarte —sonrió el pálido observando al omega, realmente no sabía lo que le pasaba cuando estaba con él.
—Claro que sí, está bien Yoongi, es un trato —dio una de sus más hermosas sonrisas, las cuales estaban enloqueciendo al contrario— Yoongi tengo una idea… ¿quieres ver las estrellas conmigo? —Jimin paró de caminar y volteó para estar al frente de Yoongi.
—¿Mirar las estrellas? —frunció el ceño.
—Oh vamos, deja de ser un gato gruñón y sígueme —el omega empezó a correr.
Yoongi no sabía a dónde iban, pero lo siguió, a pesar de no confiar en las personas rápidamente, sentía que aquel omega que lo cautivó en un segundo, era confiable.
Jimin paró de correr con su respiración agitada y llegaron a un lugar dentro del bosque. El omega se recostó sobre el césped, viendo satisfecho como el otro hacía lo mismo. Aunque el bosque estaba lleno de árboles de todo tipo, ahí donde se hallaban, estaba despejado.
—Esto es lo que llamo mirar las estrellas —miró hacia el cielo estrellado.
—Es hermoso —Yoongi habló mirando a Jimin, al darse cuenta de lo que dijo, volteó velozmente hacía el cielo, con un sonrojo, que esperaba que no se notara.
—Lo es…
El cielo era precioso, estaba cubierto de un montón de puntitos, que parecía arte del puntillismo, la luna también resplandecía en la obra de arte, orgullosa por lo que había formado. Pero para los que la admiraban, no era solo eso, era su momento, el momento en que aprendían a apreciar los pequeños detalles y a amarse de alguna forma, pues ambos se conocieron en muy poco tiempo, pero sentían que se conocían de todo la vida y no podían explicarlo porque no se trataba de palabras sino de los sentimientos que los envolvían y hacía ver el momento y el paisaje más hermoso de lo que era.
—Jimin, ¿sabes quien soy, cierto? —volteó a ver al que estaba a su costado aún admirando el cielo.
—No lo sé en realidad, solo sé que te llamas Min Yoongi, pero, ¿para eso estamos aquí verdad? Para conocernos —siguió en su trabajo de descifrar cuántas estrellas había en el firmamento
—Exactamente, sin embargo, ya deberías conocerme por mí tan célebre apellido —siguió observando al omega, no quería alejarlo de él, pero sabía que de alguna forma u otra encariñarse del de mejillas regordetas, era una pérdida de tiempo.
—Claro que lo sé, he vivido toda mi vida en esta ciudad, tu abuela es considerada la mujer más despiadada de este lugar, aunque dicen que ha cambiado un poco; además de todo los enredos que estuvo metida tu familia, claro que estoy enterado —esta vez volteó a ver a Yoongi— Pero eso no quiere decir que tú seas igual —lo último lo dijo en un pequeño susurro.
Jimin desde que escuchó su nombre, sabía muy bien en los posibles problemas que se estaba metiendo por solo conocer al alfa, pero de qué servía rendirse cuando sentía que él era el indicado. Ahora por fin podría decirle a su hermano que ya lo había encontrado; ahora entendía a su lobo, porque la emoción y todos los sentimientos y también aquel lobo negro que apareció de imprevisto en su casa, era él, era el lobo de Yoongi que lo vino a visitar.
—Yo…Jimin en serio, ¿crees que vale la pena conocerme?, en serio, ¿arriesgarías todo sólo por entrar en mi vida? —brotaron algunas lágrimas de sus ojos, el pálido también se había dado cuenta que Jimin era su omega.
—Haré lo que sea para conocerte y algún día llegar a ser tu omega —acarició la mejilla del contrario, sonriendo y juntando sus frentes.
Ambos estaban felices y con temor a la vez, felices porque ambos ya sabían que eran destinados y que se habían encontrado el uno al otro, pero con temor a lo que pasará, temor a que los separaran, pero ellos estaban preparados a sufrir para alcanzar su felicidad tan deseada, que ambos desde luego, se merecían.
Besos 💜
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Let me Love You [YOONMIN]
FanfictionEl amor entre ellos es infinito y es correspondido, pero hay un secreto que puede separarlos, hasta que se revela y de la peor forma. ¿Podrán ellos superarlo? ¿Podrán amarse? ¿Podrán vivir sin el otro? . . . ° Prólogo + 32 capítulos + epílogo. ...