Todo era silencio en aquel lugar, el dueño cada segundo que pasaba se hundía en la soledad, respiraba el vacío, no tenía a quien anhelar más que a su misma nana, que amaba con todo el corazón, ella estaba para él y él estaba para ella, pero no era lo mismo; él necesitaba desvelarse por alguien y que se desvelaran por él... Yoongi no podría decir que sentía todo eso por la chica de su universidad, o ¿sí? En realidad no; estaba seguro de ello.
"Rin rin" sonó su celular indicando que una llamada estaba en espera.
Se acercó perezoso, no tenía ganas de responder a nadie; cogió su celular y contestó.
-Con el señor Min, ¿quién habla? -dijo un poco fastidiado por la persona que interrumpió su tranquilidad.
-Buenos días, nieto, necesito que regreses a Corea, ahora -esa voz era reconocible por donde fuera, era su abuela, que por cierto no le agradaba nada, sabía que a ella no le importaba; era el único heredero, no le quedaba de otra a la alfa que estar en contacto.
-Hola abuela, ¿cómo estás? Oh, yo también, por si te lo preguntabas -bufó- Para qué necesitas que regrese allá, tú no me querías ver ni en pintura, sabes que puedo educarme aquí, aún no es tiempo para que tome el cargo -era fastidioso que justo en el momento en que estaba intentando descubrirse a sí mismo, fuera interrumpido.
-Aún así debes volver, sabes que aquí es tu responsabilidad como el Min que eres, deberías de estar orgulloso por llevar el apellido y tener una vida afortunada; niño malagradecido -hasta por teléfono lo reprendía.
Exhalo tratando de calmar la furia que lo estaba consumiendo, esa mujer si que lo ponía de malas con sólo escuchar su voz.
-Está bien abuela, estaré allá lo más pronto que pueda -dijo de una vez queriendo terminar la conversación.
-Te estaré esperando, nieto -al escuchar eso, cortó la llamada.
Por un lado vería a la abuela y quizás su malhumor aumente, pero por el otro vería a su nana, eso sí que valía la pena.
Empezó a alistar sus maletas, con las cosas que necesitaría y se marchó dejando su casa, mirándola por última vez. Pensó que la nostalgia vendría a él, pero no fue así, tal vez era porque en ella no hubo nada interesante, nada especial que la haga extrañarla. En fin, suspiro y se adentró en el taxi que pidió, ya hace unos minutos, camino a Corea.
-Señor ya llegamos -habló el taxista esperando a que el señor que transportó le pagara y se bajara.
-S-sí gracias -dijo algo aturdido, estaba tan absorto en sus pensamientos que ni se dio cuenta cuando llegaron al aeropuerto, vio que sus maletas ya estaban afuera y sólo faltaba él; pagó al taxista y le volvió a agradecer su servicio- Está bien, ahí te voy Corea -tomó sus maletas y entró...
"Rin Rin" la alarma no paraba de sonar, seguía insistiendo con su función.
-Ahh maldita alarma déjame dormiiir~ -el chico decía mientras trataba de alcanzar el objeto que le había robado su hermoso sueño.
Por fin la alcanzó y la apagó, como odiaba a su despertador, si por él fuera, el objeto ya estaría quemándose en el patio de su casa. Se levantó desganado, queriendo cerrar los ojos, pero no podía; estaba llegando tarde a su trabajo, así que mejor debía apurarse. Ya cambiado, agarró su maletín, que contenía sus materiales de trabajo.
Tomó lo que podía de su desayuno y salió disparado, ojalá su jefe tuviera piedad de él.
Llegó al trabajo, al parecer su jefe ya lo estaba esperando sentado en el recibidor, ahora si que estaba jodido.
-Hasta que llega doctor kim, estoy volviendo a pensar si se merece que le deje la tarde libre -lo decía con el ceño fruncido y una mirada que hasta el más valiente temería y no estaba bromeando, el viejo sí que tenía su carácter.
-Bu-Buenos días jefe, perdón por la tardanza, disculpe, por favor -hacía reverencias sin parar, se sentía humillado, pero eso era mejor a que perdiera su trabajo, que tanto le había costado.
-Mmm, está bien doctor Kim, que sea la última -se fue dejando a un chico medio pálido por el susto que le recorrió por todo el cuerpo.
Sentía la mirada de todos encima de él, supuso que era por el espectáculo que había dado, ya no le quedaba nada que hacer, así que solo se limitó a marcharse a su oficina.
Se sentó en su silla giratoria y prendió su laptop, dispuesto a ver que citas tenía, su agenda no estaba tan ocupada como lo normal. Era un día tranquilo, eso le agradaba, mientras su mirada viajaba por todo su escritorio se fijó en su portaretrato en la que estaba con toda su familia, su hermano en esa foto se veía muy guapo. Se preguntaba qué sería de él, cada vez que lo recordaba su lobo se ponía inquieto por la curiosidad de como estaría el chico; su hermano era alguien risueño, le encantaba escribir por eso se fue a Seúl para poder inspirarse más y ver de cerca el lugar que describiría en su libro, el cual ya había sido publicado apenas ayer, aunque él no lo había leído, ni siquiera comprado; se molestaba consigo mismo por no haber comprado el libro de su hermano, ya luego lo haría.
El día estaba tan tranquilo que no lo podía creer, sus días se caracterizaban por ser agitados; parecía perfecto... Pero de la nada entró su compañera, que lo vio con ojos de cachorrito emocionado y luego se sumó otra y otra, pero, ¿qué rayos estaba pasando?
-Jimin, es cierto que la chica morirá?, dime que no, por favor. ¿Harás segunda temporada verdad? ¿Hay un final feliz? Dime, ¿por qué no me dijiste que eras un escritor y uno muy bueno? -ahora sí que todos estaban desquiciados, ¿cómo que segunda temporada?, ¿final feliz? ¿Y un escritor muy bueno? Ok él se veía muy bien... Pero ese no era el punto.
-¿De qué estás hablando? Primero no puedes entrar a mi oficina cuando se te dé la reverenda gana y segundo, yo no soy ningún escritor -dijo harto de todo.
Primero, la alarma no lo dejaba dormir bien; segundo, su jefe lo había regañado y tercero, se metían a su oficina sin ningún buen motivo para hacerlo.
-Ay Jimin, ya no te hagas, tú eres el escritor de este libro -vió como la chica sacaba un libro de tapa gruesa, se notaba lo extenso que era; por fin pudo ver bien el diseño y el título, espera... No puede ser, ¡ese era el libro de su hermano! pero era imposible que se hayan confundido, ellas mismas sabían su nombre completo; además, no era como si los dos se llamaran igual, él era Kim Jimin y su hermano, Kim Hoseok.
-Déjame verlo -lo tomó, rozando un poco la mano de su compañera, que dio un gritito por tal contacto.
El libro tenía un buen diseño, su hermano si que se lució, abrió la tapa del libro y se fijó en donde debería estar el nombre del autor...¡¿Pero qué mierda estaba pasando?! , su maldito nombre estaba ahí, justo ahí, decía Kim Jimin; volvía a releer, pero ya era muy obvio.
Se fijó en su reloj de mano, faltaban aún tres horas para que llegase su hermano al aeropuerto.
Hace esas mismas tres horas hubiera dicho que estaba emocionado por verlo, incluso su lobo saltaba de felicidad, pero ahora no podría decir lo mismo.
Pobre Hoseok, ahora su destino era incierto.
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Let me Love You [YOONMIN]
FanficEl amor entre ellos es infinito y es correspondido, pero hay un secreto que puede separarlos, hasta que se revela y de la peor forma. ¿Podrán ellos superarlo? ¿Podrán amarse? ¿Podrán vivir sin el otro? . . . ° Prólogo + 32 capítulos + epílogo. ...