Capítulo 7

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La primera vez que vio a Kyuhyun miró directamente a sus ojos, esa mirada cálida, amable y especial; dentro de ese pequeño espacio en el baño de varones conoció a la persona que le gustaba, no le costó mucho tiempo rendirse ante esos ojos, tal vez...

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La primera vez que vio a Kyuhyun miró directamente a sus ojos, esa mirada cálida, amable y especial; dentro de ese pequeño espacio en el baño de varones conoció a la persona que le gustaba, no le costó mucho tiempo rendirse ante esos ojos, tal vez no podía verse directamente cuando contemplaba a Kyuhyun, pero sí podía sentir la profundidad de esta, su amor por él era apenas nuevo, y aun así estaba consciente de cuánto lo quería.

Pero, ¿y si se estaba confundiendo? Kyuhyun le gustaba, pero no estaba seguro si su mirada fuera igual a la suya, quizás estaba malinterpretando las cosas. De pronto, su poca autoestima bajó sus ánimos hasta el suelo, no podía ser posible que Kyuhyun lo quisiera de la misma manera porque no encontraba una explicación lógica para que un chico tan genial como él se fijara en un inadaptado antisocial y débil cuatro ojos como él, era por completo imposible.

—Quiero ver que entres —le dijo Kyuhyun haciéndolo salir de sus pensamientos pesimistas y depresivos.

—Ya voy —respondió forzando una sonrisa para tapar su pena, Kyuhyun no se dio cuenta y una vez que Minnie estuvo dentro se fue.

Tuvo una mañana tranquila, nadie lo molestó por el momento, se preguntó si se debía a lo de esa mañana, Kyuhyun había tomado su mano y después la besó, probablemente sirvió para que nadie se atreviera a molestarlo de nuevo. Sonrió al ver su mano, era imposible no sentirse feliz por eso. Le prometió a Kyuhyun cuidarse en caso de alguna clase libre, así que cuando se presentó la ocasión ofreció ayuda a un profesor, pero por desgracia no era demasiado trabajo y terminó pronto.

—Ya sé, iré al club de teatro, comienzo esta semana de igual modo —se dijo a sí mismo.

Tomó su mochila y caminó rumbo al pasillo hasta tomar una puerta que daba al segundo pasillo de la planta baja rumbo al club. Casi al llegar se encontró con aquel chico, su abusivo personal, saliendo de una de las puertas de otro club. La pastilla controló bien los latidos por la impresión de verlo, lo cual era una suerte. Decidió no darle mucha importancia y seguir caminando, con suerte no le diría nada, pero eso no sucedió.

—Debes sentirte ahora muy confiado, ¿no, cuatro ojos? —dijo con cierto tono burlón. Minnie no volteó a verlo pero se detuvo—. He investigado a tu ángel de la guarda. Ahora entiendo por qué están juntos, tal para cual.

—No entiendo a qué te refieres —respondió Min todavía sin mirarlo, no quería hablar con él pero si lo ignoraba podría golpearlo.

—Tú y ese idiota, los ricos se juntan con ricos, es la ley de la vida —escupió con molestia.

—¿Por qué le das tanta importancia a eso? Mi familia y yo no te hemos hecho nada, ¿qué más da si estoy estudiando en una escuela pública? —Necesitaba saber por qué tanto odio, nunca le había hecho nada, ese chico siempre repetía una y otra vez cuál era su posición económica, y no entendía por qué.

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