Sungmin estaba enfermo y solo. Una amistad adolescente podría convertirse en el amor que ha estado esperando, pero también en una enfermedad mortal para el corazón.
Pareja principal: KyuMin
Pareja secundaria: EunHae
Género: Fanfic, drama, romance, y...
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Sungmin sintió como ese hombre acercaba sus manos para comenzar a desvestirlo, escuchó como el cierre de su pantalón era bajado y no podía hacer nada para evitarlo. Saki reía mientras veía como lo tocaban, sin mostrar un poco de piedad, al contrario, se divertía al observar su rostro suplicante.
No podía estar pasando eso, Kyuhyun no estaba cerca para ayudarlo, él no sabía nada de lo que ocurría en esos momentos, y no lo culpaba por no poder ayudarlo. Saki tenía sus trucos, fue más lista esta vez, ella se estaba saliendo con la suya.
Sungmin tuvo entonces una chispa de valor. Tenía que hacer algo, por algún tiempo en la escuela sufrió de golpes, burlas y demás, no podía dejar que sucediera lo mismo, necesitaba defenderse, por Kyuhyun, por él y por sus amigos, y aunque lo lastimaran por intentarlo... al menos había dado su lucha.
Se movió para alejarse de las manos de ese hombre, cuando él intentó agarrarlo de nuevo, le dio un cabezazo que lo hizo caer por completo. Saki se molestó, así que le hizo frente, pero cometió un error al acercarse, pues Min la mordió con fuerza del brazo ya que no podía utilizar sus manos para volverla a arrastrar de los cabellos como una vez lo hizo.
—¡Ah, suéltame! —gritó Saki desesperada, Minnie le había clavado los dientes hasta el fondo.
—¡No la sueltes, córtale el brazo Sungmin! —gritó Heechul.
Pero pronto varios hombres hicieron, a golpes, que Sungmin soltara a Saki. Su brazo sangraba, Min le había hecho gran daño.
—¡Pequeña y fea piraña! —le dijo mientras miraba lo que había hecho— ¡Dame eso!
Uno de sus hombres le entregó a Saki una navaja pequeña pero afilada. Ellos sostuvieron a Minnie para que no forcejeara más. Sungmin vio acercar el instrumento hacia él, quería cortarlo, dejarle una enorme cicatriz en el rostro. Su respiración se aceleró al imaginar lo que haría.
—¡Saki, no te atrevas! —gritó Heechul, pero fue en vano, ella seguía acercándose con esos ojos que, al verlos, te contaban la satisfacción por lo que estaba a punto de hacerle, y lo disfrutaba, mucho.
Puso la navaja en su mejilla derecha y comenzó a hacerle una gran y profunda cortada, Sungmin gritó.
—¡NO! —pero nadie pudo ayudarlo. Fue perdiendo sus fuerzas, ya no podía más.
"Kyu, por favor perdóname" Sus ojos se cerraron.
—¿Está muerto? —preguntó Saki tirando la navaja lejos. Uno de sus hombres inspeccionó el pulso de Min.
—No, todavía vive, pero sus palpitaciones son débiles —Saki chasqueó la lengua, pero estuvo feliz, pues seguiría con el plan de destrozarle el cuerpo al pobre Sungmin.
—Eso le pasa por hacerme daño, Kyuhyun no te querrá ahora que tu cara es horrible —rio—. No te detengas, sigue donde te quedaste —le ordenó. El hombre volvió a recostar a Min, esta vez comenzó a desvestirlo sin dificultades.