Sungmin estaba enfermo y solo. Una amistad adolescente podría convertirse en el amor que ha estado esperando, pero también en una enfermedad mortal para el corazón.
Pareja principal: KyuMin
Pareja secundaria: EunHae
Género: Fanfic, drama, romance, y...
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Esa mañana había salido de su casa de mal humor, había peleado con su madre nuevamente. No le gustaba llegar a esa situación, la cual se repetía dos veces por semana, su mamá insistía siempre en que dejara el pequeño grupo de baile donde asistía cada sábado y por el cual debía pagar cada mes una cierta cantidad de dinero, pero Hyukjae amaba bailar y no deseaba que se le arrebatara. Su familia tenía problemas económicos, y aunque Hyuk pagara con su propio dinero, su mamá prefería aprovechar ese ingreso en algo más productivo, como cuentas acumuladas.
Hyukjae vivía con su mamá y su hermano menor en un barrio alejado de su escuela, la casa era lo único que les había dejado su padre antes de morir en un accidente de auto, era taxista. Hyuk casi siempre estaba fuera de casa, trabajaba de lunes a viernes en un pequeño local de ramen, su vecino muy amablemente le había otorgado el trabajo y ya tenía más del año en ese lugar.
Esa mañana Hyukjae cargaba su mochila en la espalda, estaba a punto de llegar cuando miró a Lee Sungmin bajar del auto como todas las mañanas para luego reunirse con Cho Kyuhyun mostrando una sonrisa de imbécil. Hizo una mueca moviendo sus labios al presenciar la ridícula imagen matutina y avanzó a paso rápido. Cuando estuvo frente a la puerta, la pareja ya había ingresado, mucho mejor, no estaba de humor para verlos tan temprano.
—Hyukjae. —Uno de sus amigos se reunió con él.
—Kangin —saludó sin una pizca de alegría.
—¿Acabas de llegar? —preguntó, Hyuk no respondió, simplemente asintió mirando hacia la calle, su otro amigo corrió hacia ellos.
—¡Hola! Me quedé dormido. —Kangin se burló de su otro compañero— ¿Qué te pasa, Hyuk? Pareces distraído.
—Peleé con mi mamá otra vez —respondió, pero no tenía ganas de hablar de eso, quería por ese día olvidarse de sus problemas, pero estaba tan enojado que no sería sencillo.
—¿Otra vez?, ¿es por lo del baile o por aquello otro? —La última pregunta de Kangin no fue bien vista por Hyukjae, cerró los ojos para intentar tranquilizarse y luego dio media vuelta—. Está bien, ya no preguntaré. Como no se puede ni hablarte, lo haré con Hangeng.
Durante las clases, Hyuk no prestó gran atención, no era un estudiante flojo ni tampoco con excelentes calificaciones, pero en los días que peleaba con su mamá, por lo general, su mente divagaba en los problemas de su hogar. Su madre era secretaria y su hermanito estaba en la escuela elemental, podría decirse que él era el hombre de la familia e intentaba ser un buen ejemplo para su hermano, pero desde que se había reencontrado con su pasado, su personalidad había cambiado para mal. Sus profesores casi lo trataban por vago y su conducta era reprobable, toda esa ira que guardaba venía a soltarla en la escuela, con estudiantes que nada tenían que ver con su vida, excepto uno, Lee Sungmin.
—Lee Hyukjae, señor Lee, le estoy hablando. —Hyuk salió de sus pensamientos al escuchar la voz lejana de su maestro. Al voltear lo tenía a menos de un metro de él—. Quiero aclararle que esta es una clase importante, si no presta atención tendré que suspenderlo... de nuevo ¿Y qué son esos cabellos?, le dije la semana pasada que no quería volver a ver ese color en su pelo.