4 - Irina

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- Vale, vale, tranquila - me decía para para mí misma.

Cogí la llamada y se fue hacia el balcón, pero es llamada fue mucho más que una de buenos días.

- Hola - murmuré, sabiendo que Álvaro estaría enfadado, o incluso furioso.

- Bueno, por fin la desaparecida me coge el puto teléfono - vociferó

- Ya, lo sé, pero no he podido... antes, es que... bueno pues estuve instalándome y.... -

- ¡Me da igual! - gritó- no te pongas con peros, perfectamente podrías haberme mandado un mensaje diciendo que estabas bien - calló un segundo, pero yo no me creía que me hubiese levantado la voz - Perdóname Irina- le tembló la voz- no tendría que haberte gritado, en serio, perdóname, lo siento mucho, pero me has preocupado muchísimo -

- Perdón- musitó Irina- tienes razón, debería haberte avisado- le tembló demasiado la voz- y.... te perdono, pero que no se vuelva a repetir lo de alzar la voz, por favor, me siento una niña, y no lo soy.

Hablamos durante unos minutos más hasta que nos despedimos.

- Ya sé que estás bien- silencio- Irina me tengo que ir, hoy hay partido y me voy ya.

- Vale, suerte, te quiero – Me despedí
- Chao – Me dijo y colgó.

Me quedé pensando en la despedida de Álvaro. No me había devuelto el te quiero, ni su característico beso de despedida. Tras esa llamada me sentí mal y confusa, por lo que decidí no pensar mucho en ello.

Volví a entrar en la habitación y Jack estaba en mi cama.

- Una llamada un tanto larga, ¿no crees? - gruñó Jack desde la cama.

Estaba sentado con la espalada apoyada en el cabecero y un libro mío entre las manos.

- Buenos días a ti también, Jack – Dije mientras entraba al vestidor a por mi ropa – Además, eres un exagerado, no ha sido tan larga, solo han sido ¿diez minutos de llamada, tal vez? – Respondí saliendo del vestidor con la ropa en el brazo.

- En los que sólo has hablado tú, y te ha echado en cara que no lo has llamado, y no te ha contado nada de él - dijo levantándose de la cama y dejando el libro encima del escritorio- Buenos días.

¿Pero qué coño...?

- Eso no es... - pero yo misma me callé, lo que acababa de decir el pelinegro tatuado es verdad - En fin, voy a ducharme.

Me di la vuelta y me dirigí al baño, pero oí una risilla de su parte. Le resté importancia.
Cuando salí de allí, Jack seguía en mi habitación medio durmiendo. La verdad es que tenía una pinta horrible, tenía ojeras la piel pálida.

Aunque ya estaba vestida y todo, no quería dejarlo allí durmiendo solo en mi habitación. Por lo que decidí quedarme hasta que se despertase. A los 10 minutos de estar decorando y colgando fotos mías con mi mejor amiga y mi novio, oí unas voces por los pasillos, hasta que supe que se dirigían a mi cuarto.

Entraron todos los chicos y por último Lara. Todos estaban recién levantados, despeluchados y en pijama, que eran unos pantalones cortos y sin camiseta.

Joder que espectáculo

Tienes novio, tonta del bote.

También tengo ojos, pero tienes razón, perdón.

Jay me dijo que los grabase, que se iban a tirar encima de Jack, a la cuenta de tres. Todo susurrando.

Uno, dos, tres...

Y se tiraron encima todos. Menos Lara y yo, que estábamos de público.

- ¡ME CAGO EN VUESTRA PUTA MADRE! ¡¿ME OÍS?!

Simplemente, Miami. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora