No sabía que había pasado, todo había ocurrido de forma muy rápida.
No sabía por qué me preocupaba tanto, apenas lo conocía de semanas y ya me interesaba saber cada cosa, que por mínima o absurda que fuese, me interesaba. Y esto más que nada.
-Irina, no te preocupes, está bien – No sé cómo, pero sabía que lo que Jackson me había dicho, no era del todo cierto.
Todos estábamos preocupados por Jack, se había ido corriendo de repente. Nadie lo esperaba, nadie lo vio venir.
Pasamos todos al salón y nos sentamos en los sofás.
Aunque dijesen que no pasaba nada, sus miradas decían todo lo contrario. Se miraban con preocupación y con lástima.
- Tíos, me acaba de escribir Marco, que están en la puerta, pero que no le preguntemos nada y que hagamos como si nada hubiese pasado – Dijo Jason.
Lara fue a abrir y los invitó a pasar y a sentarse con nosotros.
Jack se sentó en el lado libre del sofá en el que estaba sentada, así que, me acerqué y apoyé mi cabeza en su hombro y le puse mi mano encima de la suya, dando leves caricias.
- ¿Estás bien? – Le susurré para que sólo él me pudiese oír.
- No, pero lo estaré.
Se notaba tenso, pensé que podía ser mi cercanía, por lo que me intenté alejar un poco, pero no me dejó, me acercó más, quedando recostada en su pecho. Fue entonces cuando se relajó, los músculos del pecho se relajaron, junto a los brazos, cuyos músculos, sentía en la espalda.
Estuvimos un rato callados, creando un silencio que debíamos romper para que no tornase a ser un silencio incómodo. Miré a Lara, diciéndole, con la mirada, que teníamos que hacer algo.
- Chicos, ¿qué queréis comer? – preguntó Lara rompiendo así un silencio de ya varios minutos.
- ¿Comeremos aquí? – preguntó Marco.
- Si queréis, y si hay comida, os puedo hacer un plato español que a mí me encanta y es sencillo – Propuse.
- No es mala idea, hace tiempo que no comemos nada español y así a la vez nos enseñas la receta – Dijo Paul.
- ¿Qué tienes pensado? – Preguntó Jason.
- Tortilla de patatas, obviamente, con cebolla.
- Por fin alguien que sí que sabe, habéis oído ¿verdad? – habló Jack haciendo que su voz se oyese profunda y ronca desde su pecho – Con – ce – bo – lla – Dijo remarcando las sílabas.
Me reí ante lo último, porque acababa de abrir uno de los debates más intensos de España. Cunado un debate así salía a relucir, podía arder Troya.
- A ver, si no os gusta con cebolla puedo hacer una con cebolla para quien quiera y otro sin cebolla para quién no quiera, no pasa nada.
Entre cebollas y tortillas, habíamos matado el silencio que se había creado cosa que me alegraba.
- A mí me gusta de ambas formas, es cierto que el sabor que deja la cebolla estás muy bueno – se pronunció Lara – a mí no me importa si le pones cebolla o no.
- Yo prefiero la Idea de Irina, hace las dos y así cada uno come lo que quiera – Dijo Jackson.
- Yo creo que es mejor que nos pongamos de acuerdo, Irina no es la nana de nadie.
Sí que es cierto que la idea de hacer dos tortillas la había propuesto yo, pero también es cierto que no soy la cocinera de nadie y no me puedo ocupar de dos tortillas al mismo tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente, Miami. (+18)
Teen FictionIrina es una chica corriente llena de complejos, es española y tiene 16 años. Se va a EE.UU, concretamente a Miami. Y allí conoce entre muchos a Jack, es el típico chico malo, con moto, fío y distante que tiene a las mujeres de hobby. LA HISTORIA E...