38 - Irina

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Bajé a desayunar y todos estaban allí. Nadie mencionó nada de que bajase sola y con ojos llorosos, pero así mejor, me ahorraba las explicaciones, aunque sabía que en algún momento me tocaría darlas.

- Buenos días – Dije al entrar en la cocina.

- Buenos días – Dijeron todos al unísono. Los adultos no estaban allí y cuando pregunté por ellos, me dijeron que se fueron temprano a hacer una ruta a caballo.

- Entiendo.

Nadie dijo nada más y yo me hice mi desayuno y me senté con el resto. Jaison me miró significativamente, apreté los labios y seguí desayunando.

- ¿Y ese anillo? – Preguntó Ainara. Puta, se sabía mi joyería mejor que yo, y no lo reconocía.

- Un regalo – Dije escuetamente, pero claro, la cosa no se iba a quedar así y más sin saber cómo estaba el percal.

- ¡¿Te casas?! – Dijo Lara levantando la cabeza rápidamente – ¡No hemos empezado con los preparativos! – Alzó la voz.

- Lara, no me...

- ¡El catering! – Me interrumpió gritando.

- Lara, escucha... - Intenté volver a hablar.

- ¡Los invitados, las invitaciones, los vestidos! – Dijo cogiendo el teléfono y marcando a alguien.

- ¡LARA! – Giró la cabeza – No me caso – Dije con lágrimas casi en los ojos.

No, desde luego que ahora no te casas.

Que graciosa.

Lo sé.

- Ups – Se rio y colgó el teléfono – Es que me emociono. ¿Pero entonces, el anillo de qué?

- Es un regalo, y ya está.

Esta vez Paul me miró y por lo visto, él sí que sabía lo que estaba pasando. Ese gesto lo dijo todo. Y me asustaba que se enfadase conmigo por lo que le había hecho a su hermano.

FLASBACK

- Paul – Una voz conocida me meneaba con insistencia.

- Joder, ¿qué coño quieres a estas horas? – Pregunté de mal humor.

- Paul, me voy – Dijo de sopetón, yo no entendía nada. ¿Qué se iba? ¿Dónde?

- ¿Qué estás diciendo? – Yo ya pensaba que mi hermano se estaba volviendo loco.

- Me voy, pasaré por casa un par de días y después me iré a New Haven, a estudiar – Definitivamente, ha perdido la cabeza completamente.

- Espera, y ¿qué hay de mí? ¿E Irina? ¿Y el resto, papá, mamá...?

- Quiero que se lo cuentes tú, necesito que lo hagas tú – Aiden se movió a mi lado y sabía que de un momento a otro se despertaría.

- Vamos a hablar al salón, que no despertemos a Aiden y me lo cuentas todo bien - Asintió y ambos salimos de la habitación.

- Cuenta – Me arrepentí de esa palabra al minuto de decirla, a Jack se le aguaron los ojos antes de si quiera decir palabra. Me lancé a abrazarlo y después nos sentamos en el suelo, al lado de los restos de la chimenea.

Después de todo lo que Jack me había contado y todo lo que le había costado decirlo entendía todo, por supuesto, no me pensaba enfadar con Irina, lo ha decidido así por el bien de su salud mental, Jack también era consciente de ello, pero le afectaba mucho y a él también lo comprendía. De todas formas, hablaré con ella para que sepa que yo no estoy enfadado con ella ni nada por el estilo.

Simplemente, Miami. (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora